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Demasiado joven para el Arsenal

Henry veterano en el Arsenal

Por Francisco Ortí (@franciscoorti)

Cuando el cronómetro alcanzó el minuto 90, los silbidos que estaban sonando hasta ese momento en Highbury se transformaron en una unánime ovación. No se trataba de un aplauso sincero, puesto que -una vez más- el Arsenal estaba por debajo en el marcador, sino de una irónica queja contra la política de fichajes que había seguido el club londinense durante los últimos años. “Acordamos aplaudir en el minuto noventa porque esa es la edad media de nuestros jugadores. Al menos, esa es la edad que aparentan sobre el terreno de juego”, bromea Nicholas Hornby, líder del sector más radical de los aficionados del Arsenal. Hornby es el instigador de este movimiento de protesta, pero el apoyo que está recibiendo por parte del resto de aficionados evidencia que se trata de un sentimiento compartido por toda la grada de Highbury. “Estamos cansados de ver siempre las mismas caras vistiendo nuestra camiseta. Necesitamos savia joven para recuperar la ilusión y no tanto vejestorio”, insiste Hornby.

El constante goteo de títulos durante nueve campañas consecutivas había silenciado hasta ahora las críticas contra la directiva por su política reaccionaria. Sin embargo, la temporada 2013 – 2014 se ha convertido en un altavoz para las protestas. Casi una década después, el Arsenal cerraba el curso sin incorporar un nuevo trofeo a sus vitrinas y ya no hubo motivos para morderse la lengua. Este año el equipo tampoco ha arrancado bien, lo que ha acentuado las críticas contra una plantilla con una edad media superior a los 30 años. Las victorias maquillaban las arrugas de unos jugadores para los que nunca se buscó relevo. Ese envejecimiento ha convertido al Arsenal en un equipo previsible, falto de hambre y caduco. La afición reclama una revolución con carácter de urgencia, la llegada de jugadores jóvenes que puedan reverdecer los laureles de la mejor época. Hasta el pasado curso no parecía mala la estrategia del Arsenal de confiar en jugadores veteranos, puesto que se levantaban títulos y apenas se sufrían lesiones graves pese a la edad. Se trataba de un equipo experto, pero la decadencia se ha acelerado en las dos últimas campañas.

Wenger con Kolo Touré y Lehmann en el Arsenal“El Arsenal no ha sabido regenerarse”, escribe Andy Dunn en el Daily Mirror. No le falta razón. La columna vertebral del equipo prácticamente no ha cambiado desde hace más de una década. Los defensas Kolo Touré (33 años) y Ashley Cole (33), los centrocampistas Gilberto Silva (37), Patrick Vieira (38) y Robert Pires (40 años), y el delantero Thierry Henry (37) ya formaban parte de la plantilla que en 2004 fue capaz de ganar la Premier League sin perder ningún encuentro. “Los invencibles se han transformando en los injubilables”, ironiza Pep Guardiola, quien sí lidera un proceso regenerativo en el Barcelona tras haberse desprendido de símbolos como Carles Puyol, Xavi Hernández o Lionel Messi. “Es difícil despedirse de jugadores que lo han sido todo para el equipo, pero el tiempo nunca se detiene y el club tiene que continuar funcionando”, explica el técnico catalán.

Precisamente Guardiola es uno de los señalados como culpables de la excesiva veteranía de la plantilla del Arsenal. Desde que llegara al club londinense, Arsène Wenger se preocupó por desarrollar el sistema de cantera. Reclutó a algunos de los mejores jugadores jóvenes del planeta para que se formaran en sus instalaciones, con la idea de que algún día acabaran formando parte del primer equipo. Era un plan perfecto, pero el Barcelona ha impedido que fructificara. Los jugadores punteros de las categorías inferiores del Arsenal emigraron a la Ciudad Condal antes de cumplir la mayoría de edad, sin que Wenger pudiera evitarlo. “El Barcelona nos ve como su cantera”, se ha lamentado el técnico francés en más de una ocasión. Kieran Gibbs, Aaron Ramsey o Jack Wilshere son algunos de los jóvenes talentos que los azulgrana robaron de la cantera londinense. O Cesc Fábregas, quien realizó un viaje de ida y vuelta para regresar al Camp Nou, habiendo disputado apenas dos partidos con el primer equipo del Arsenal. La FIFA está investigando estos fichajes ante la sospecha de que el Barcelona pueda haber cometido irregularidades.

En cualquier caso, el Arsenal es el verdadero culpable de sus propios males. Más allá de los obstáculos que puedan surgir en el exterior, los errores se han cometido en el seno del club. Son muchos los factores que han impedido la regeneración de un equipo acostumbrado a ganar. Sin duda, el mayor de todos es la negativa a vender. Evidentemente, durante los últimos años el Arsenal ha recibido ofertas millonarias por muchos de sus jugadores, pero Wenger siempre se negó a escucharlas. Y aunque las hubiera aceptado, los futbolistas tampoco parecían dispuestos a marcharse. “Solo pienso en ganar títulos y el Arsenal me ofrece la posibilidad de luchar por los más importante. ¿Por qué iba a marcharme?”, declaró Robin Van Persie cuando estuvo muy cerca de fichar por el Manchester United. Al igual que el holandés, Samir Nasri o Patrick Vieira se han convertido en otros símbolos de la fidelidad a los colores del Arsenal. La ausencia de cambio es tan acusada que hasta se paralizó la construcción de un nuevo estadio. Estaba previsto que los Gunners abandonaran Highbury para mudarse al nuevo campo, pero Arsène Wenger evitó el traslado.

Retirees Stadium - Emirates Stadium

Ese gesto ha sido fuente de burla en las redes sociales. En Twitter han aparecido montajes transformando la que iba a ser la fachada del que aspiraba a ser el nuevo estadio del Arsenal. En lugar de leerse Emirates Stadium aparecía escrito Retirees Stadium (estadio de los jubilados). No es la única mofa que le han dedicado al Arsenal los aficionados de los equipos rivales. Estos han cambiado el apodo del club, que ha pasado de ser ‘Gunners’ a ‘Musketeers’, en honor a los soldados que portaban un mosquete durante el Siglo XVI. También se bromea con que Arsène Wenger es el hombre más en forma de la club, después de verle divertirse en las playas de Brasil durante el Mundial de 2014. La acumulación de jugadores veteranos incluso ha provocado que algunos sectores se sientan perjudicados. Don Garber, comisionado de la Major League Soccer estadounidense, protestó amargamente después de que Frank Lampard o Kaká fueran captados por los Gunners cuando tenían pie y medio al otro lado del charco.

La situación se ha tornado más tensa en Highbury durante el último año y medio, pero hasta ese momento el Arsenal incluso presumía de la avanzada edad de sus jugadores. Los títulos le permitían sacar pecho y explotaba la veteranía de algunos de sus futbolistas más mediáticos con fines comerciales. Por ejemplo, Thierry Henry protagonizó la última campaña de Beats en la que se promocionaba un Walkman. Además, mientras el resto de clubes intensifican su política de comunicación en internet a través de las redes sociales, el Arsenal presentó recientemente su nueva página de Teletexto. “Nuestros seguidores están más acostumbrados a lo clásico”, explica el director de operaciones del Arsenal.

Pero cuando los títulos han dejado de llegar a Highbury, la experiencia se ha transformado en vejez. La afición reclama una regeneración en la plantilla. Es necesaria la llegada de caras nuevas y jóvenes que garanticen la renovación del equipo a corto plazo. Soplan vientos de cambio en el Retirees Stadium.

 


 

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