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Albino United, fútbol como supervivencia

Albino United

Por Francisco Ortí (@FranciscoOrti)

Fatoup Diop apenas tiene quince años, pero se ha dado prisa en perder la esperanza de ser feliz. Hace tiempo que le robaron el derecho a soñar. “Me gustaría ser maestra, creo que es el oficio más bello del mundo, pero sueño demasiado. Con mi piel es imposible“, lamenta esta pálida niña en El País Semanal. Lo mismo sucede con el pequeño Fallou Diallo. Sus inocentes palabras esconden una cruda realidad: “No quiero tener amigos negros. Ellos no son amables. Estoy bien con la gente del mismo color que yo“. Ambos comparten una misma ‘maldición’. Son albinos y viven en África.

Únicamente a causa de esta condición genética que les priva de pigmento en la piel, el pelo y los ojos, personas como Diallo o Diop crecen sufriendo un profundo rechazo. En África la comunidad albina sobrevive aislada del resto de la sociedad. Se les considera seres maléficos y portadores de mala suerte. Se les repudia en las escuelas, se les impide trabajar y las mujeres escupen a su paso, como ritual para evitar engendrar hijos con la misma ‘tara’ genética. Pero el desprecio no es el único enemigo con el que deben combatir los albinos en África. Ni el único, ni, desde luego, el más letal. La continua exposición al sol multiplica las opciones de contraer cáncer de piel y reduce a 30 años su esperanza de vida, mientras que en países como Burundi o Tanzania se han convertido en una pieza muy cotizada del mercado negro.

Albino en África

Su pelo, manos, pies o genitales son considerados objetos mágicos que son utilizados por hechiceros locales para confeccionar sus pócimas. Las mafias les persiguen para asesinarles, desmembrarles y venderles. En el último año se confiesan hasta 40 muertes de albinos en Tanzania por asesinato, y se ha llegado a pagar 75.000 dólares por el cadáver completo de un albino. El gobierno del país subsahariano ha tomado varias medidas para frenar el exterminio de albinos como nombrar diputada a la albina Al Shymaa Kway Geer o suspender las licencias de todos los curanderos, pero la más importante ha brotado desde la propia comunidad albina -cifrada en 170.000 personas- y ha elegido al fútbol como excusa.

Junto al hospital oncológico de Dar es Salaam se reúne todas las tardes -entre las 17 y 19 horas para que no apriete demasiado el sol- el Albino United, un equipo de fútbol de la tercera división tanzana integrado casi únicamente por jugadores albinos. Charles, de 24 años, es el único jugador negro del equipo y actúa de portero por un motivo de peso: “Mis compañeros de equipo no ven bastante claro para defender la portería. Sus ojos son demasiado claros y sensibles a la luz. Es mejor que yo me ocupe de parar y ellos que corran y de vez en cuando marquen un gol“.

El terreno de entrenamiento jamás conoció lo que era el césped, no todos los jugadores poseen unas botas reglamentarias de fútbol y sólo cuentan con un balón, pero cada tarde los 26 integrantes de la plantilla se reúnen para ponerse a las órdenes de los hermanos Óscar y John Haule, dos negros tanzanos que se cansaron del maltrato a la comunidad albina y fundaron el club de fútbol. El equipo se convirtió en un refugio para muchos albinos. Yassin confiesa que decidió fichar por el Albino United después de cruzarse con el cadáver desmembrado de un albino mientras caminaba hacia su casa. “Nadie me paga, pero les entrenó cada día porque me encanta verles jugar”, afirma en Four Four Two John Haule, quien la pasada temporada logró el permiso para jugar en tercera división, después de pasarse un año jugando amistosos contra equipos locales.

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“Jugar en tercera división es una oportunidad para promocionar nuestra causa -explica el delantero Mau- y podemos demostrar que los albinos también somos humanos“. Sin embargo los primeros pasos fueron más complicados de lo esperado. El Albino United encajó derrota tras derrota al mismo ritmo que escuchaba burlas e insultos por su color de piel. El sueño estaba siendo una pesadilla y el primer partido lejos de su estadio lo jugarían en Mwanza, la zona en la que se han producido más asesinatos de Albinos. Después de 24 horas de viaje, el recibimiento fue aterrador, pero los jugadores acostumbrados a soportar mofas durante toda su vida no se amilanaron y acabaron ganando por 0-2 bajo una intensa lluvia.

“Cuando perdíamos todos lo veían lógico porque pensaban que por ser albinos éramos inferiores, pero ahora que ganamos todos se preguntan como han podido perder contra un equipo de albinos. En ese momento empiezan a entender que no hay diferencias entre unos y otros“, apunta orgulloso Yassin. El Albino United terminó la temporada como cuarto clasificado y se convirtió en una sensación en Tanzania, llegando a jugar el último partido de la campaña ante 60.000 espectadores en el estadio nacional. Sus gestas recorrieron toda África. Fueron los invitados por la FIFA al Mundial de Sudáfrica y compartieron un entrenamiento con Didier Drogba y los Elefantes de Costa de Marfil.

Fue un sueño hecho realidad, pero en el Albino United saben que todavía queda mucho camino por recorrer. El equipo continúa en tercera división y aspira a alcanzar algún día la Vodacom Premier League -primera división tanzana. Esta campaña, el Albino United al completo -salvo por un jugador al que se le ha diagnosticado cáncer de piel y se perderá la primera fase de la competición- vuelve a la carga con nuevos retos. África está a sus pies y, por primera vez, se sienten con derecho a soñar.

 


 

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