Histórico
11 octubre 2018El Enganche

Italia: El rompecabezas de La Nazionale

Por Mario Reinoso

El 13 de noviembre de 2017 quedará marcado para siempre en la historia de Italia. Aquella fría noche en San Siro, se consumó la clasificación de Suecia y, por ende, la caída de la Nazionale en la ‘repesca’ del Mundial de Rusia. 60 años después, estos se perderían su primera cita mundialista (la última vez fue en 1958). Las lágrimas de Gianluigi Buffon al término del partido será una de las imágenes imborrables. Un momento en el que, con la voz quebrada, el histórico portero italiano anunciaba su retirada de la selección. Se quedó a las puertas de disputar su sexta Copa del Mundo.

Pronto empezaron a rodas “cabezas” en el entorno de la Azzurra. Evidentemente, el principal señalado fue Giampiero Ventura. El seleccionador de 70 años jamás encontró la fórmula y fue el primero en caer, durando apenas un año en el cargo. La sombra de Antonio Conte (pese a que no ganó nada, sí) era alargada. Italia había perdido por completo el aura competitiva que tanto le caracterizaba. Mientras que otro centro de las críticas fue la el Presidente de la Federación, Carlo Tavecchio, el cual se vio obligado a presentar su dimisión a regañadientes.

¿Cuáles son los motivos de la decadencia de Italia?

El fracaso y la posterior decadencia que se vive en una selección que ha sido hasta cuatro veces campeona del mundo, siendo en 2006 la última, hace mella. No obstante, son muchas las preguntas que surgen alrededor de la Nazionale. ¿Cuál es la principal causa de este hecho? La falta de talento, el tardío relevo generacional, el incorrecto nombramiento de determinados técnicos, la mala toma de decisiones de la directiva… Una infinidad de motivos en una larga lista de “acusaciones”, lo cual, al final, terminaba trasladándose al verde.

Pero, ¿realmente existe una ausencia de talento en Italia? Este ha sido uno de los puntos que más se ha tocado. Lorenzo Insigne, Federico Bernardeschi, Federico Chiesa, Marco Verratti, Jorginho, Alessio Romagnoli, Mattia Caldara, Gianluigi Donnarumma… Todos estos sumados a los experimentados Leonardo Bonucci, Giorgio Chiellini, Domenico Criscito, Francesco Acerbi, etc. Una mezcla de juventud y experiencia de las que salen nombres realmente importantes y que dejan claro que en la Nazionale no están –para nada- faltos de talento.

Roberto Mancini no da con la tecla

Sin embargo, Roberto Mancini, el elegido para encauzar el rumbo del barco italiano, sigue –de momento- el mismo camino que su predecesor. El técnico de Iesi tan solo ha conseguido ganar (ante Arabia Saudí) en un partido de los cinco disputados. Y es que el estreno en la recién nacida UEFA Nations League no han arrancado con buen pie que se diga, más bien lo contrario. Un empate –y gracias- frente a Polonia y una derrota en su visita a Portugal. En ambos duelos dejaron una imagen pobre y opaca.

Es aquí donde surgen dudas en la hoja de ruta. Mancini ha intentado introducir de sopetón el archiconocido relevo generacional. Fue la hora de convocar a los Berardi, Chiesa, Barella, Cragno… Pero, como decíamos, con dudas en el formato táctico. Cuando Italia juega refleja una clara carencia de rigor futbolístico, e, inclusive, orden. El agravante parecía estar en el centro del campo. Nadie cumplía las funciones de regista, hasta que llegó la nacionalización de Jorginho. Sin embargo, con el ahora jugador del Chelsea tampoco se han solucionado los problemas. Ahora los focos están en la posible misma vía que podría tomar Allan, su ex compañero y todavía futbolista del Napoli.

El brasileño sigue sin recibir la llamaba de Brasil, por lo que el Pitbull ya empieza a deshojar la margarita de la Azzurra. Y es que, haciendo cábalas, imaginar un trivote armado con Jorginho escoltado por Allan y Verratti, es casi imposible no ilusionarse. Además, le daría una más que potable salida de balón –y un plus de competitividad- a la medular italiana.
Potenciar a Insigne, una de las claves

Hasta entonces, otra vía que puede poner en liza Mancini es la del 4-4-2, con un ojo en el renovado Napoli de Ancelotti. Esto viene a tenor de la figura del que podría calificarse –casi sin duda alguna- mejor italiano del momento: Insigne. La vespa napolitana ha arrancado el curso como un tiro (suma siete goles), pero no es casualidad. Desde su nueva posición, como segundo delantero (se sitúa unos metros por detrás de Mertens/Milik), se le nota mucho más liberado, sobre todo de las tareas defensivas. Sin esas cadenas, busca acomodo por toda la zona ancha del ataque, moviéndose como pez en el agua. Además, es el primer “defensa” a la hora de presionar la salida de balón rival. Un jugador al que ya le llega hora de hacerse con las riendas de la selección italiana y, como se suele decir, “tirar del carro”.

Es por ello que una de las medidas que podría tomar el seleccionador azzurro es la de potenciar a su estrella. En este supuesto, Insigne podría congeniar y encajar realmente bien con Immobile (además de napolitano) o Lasagna (suple a Zaza por lesión). Dos nueves puros, “ratones de área”, aunque diferentes. El primero es algo más móvil, especialista en el arrastre de zagas rivales; mientras que el segundo destaca por su capacidad de fijar centrales y girarles con un leve movimiento de cadera.

Por tanto, habrá que seguir muy de cerca la evolución de Italia, la cual tiene que acabar llegando tarde o temprano. Eso sí, el tiempo se agota, y la Nazionale ve como el peligro del descenso de categoría en su grupo de la UEFA Nations League acecha (al igual que se aleja la Final Four). El domingo, en su visita a Polonia, está su primer matchball.

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