Histórico
13 junio 2018El Enganche

México: Juan Carlos Osorio, el incomprendido

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Por Paco Mariscal (@MariscalPakillo)

El 19 de Junio de 2016 me estaba metiendo en la cama a las 06:00 de la madrugada, este acto puede tener poca o ninguna relevancia, pero es que ese día ocurrió en Santa Clara, California un hecho que cambió la actualidad de la selección mexicana de futbol. A las 06:00 de la madrugada el árbitro pitó el final del encuentro de ¼ de final de la Copa América Centenario entre Chile y México. El combinado chileno endosó un autoritario 7-0 a el Tri que hizo temblar los cimientos de todo México. Tras acabar el encuentro, mi vena periodística estaba a unos niveles insuperables, así pues dormí solo cuatro horas para despertarme rápido y ver si aquello que intuía se había hecho realidad. No fue así, a pesar de que esa noche californiana marcó negativamente a Juan Carlos Osorio para siempre, la federación mexicana de fútbol decidió mantenerlo en el cargo.

La gestión de Juan Carlos Osorio fue criticada desde su llegada, y ese resultado tan humillante sólo sirvió para encender aún más el fuego de críticos y detractores. A pesar de que prensa y afición montaron en cólera, se optó por mantener la calma y que la cordura reinase. El proyecto que se le otorgó a el seleccionador era a largo plazo, el objetivo final de dicho proyecto estaba marcado en la Copa del Mundo que empieza en pocos días, así pues el técnico continuó trabajando pero con un estigma diferente volando a su alrededor.

El banquillo mexicano es de los más difíciles y complicados de gestionar desde hace décadas, hay que tener toneladas de personalidad para decidir sentarse en él. Tras Ricardo Lavolpe y Miguel Herrera, en México no se entendía la decisión de contratar a un entrenador como Osorio que contaba con poca experiencia en los banquillos y que sobre todo rompía abismalmente con la línea deportiva. La filosofía de Osorio era contracultural con lo que se conocía en México, su ideario y propuesta tan innovadora provocaron temor a lo desconocido y escepticismo sobre sí sería capaz de cambiar el estilo futbolístico tan arraigado allí.

Sin embargo Osorio fue fiel a sus principios, implantó su metodología de trabajo y desde el día uno confeccionó un estilo moderno y en permanente evolución. Actualmente la selección mexicana es uno de los conjuntos más atractivos de ver. México propone un fútbol ofensivo, alegre y dinámico donde el protagonista es el balón siempre. La idea de Osorio es la de dominar los encuentros, someter al rival a través de la posesión y generar situaciones de peligro permanentemente. Para implantar este estilo, que dista de como jugaba antes México, ha necesitado convencer a unos jugadores que a pesar der ser de buen nivel, muchos no estaban tan preparados ni física ni técnicamente para lo que está propuesta demanda.

Por lo tanto el técnico colombiano sabía desde primera hora que el éxito de su equipo debía basarse en trabajar el doble, era la única manera de que un modelo tan innovador y que exige una precisión e inteligencia muy altas, fuese ejecutado por jugadores que no son estrellas y que en sus clubes tienen funciones totalmente diferentes a las que Osorio quiere de ellos. De esta manera hemos visto durante los últimos años a jugadores que han actuado en roles muy dispares a los que les conocíamos. Layun jugando de interior, Héctor Herrera como pivote defensivo, Chicharito o Raúl Jiménez de extremos puros, Aquino de carrilero o Carlos Vela a la altura de la medular son algunos ejemplos muy claros de esto. Para Osorio el fútbol no trata de posiciones sino de funciones, de ahí que se entienda este intercambio permanente de jugadores en lugares no familiares para ellos.

Además de este intercambio de posiciones, hay otros fundamentos que explican bien la propuesta del colombiano. El primero es la salida de balón, para Osorio es clave que su equipo inicie las jugadas a ras de césped y desde la línea defensiva empiecen a tejerse los ataques. En este aspecto es absolutamente clave la presencia de Rafa Márquez y Héctor Moreno, dos piezas dominantes en salir jugando desde el fondo. Otro factor importante es el juntar mucha gente por el carril central, para Osorio el Tri debe elaborar su juego con tiempo y orden por lo tanto los centrocampistas cobran gran importancia. Jugadores como Andrés Guardado o Héctor Herrera se han visto beneficiados con este nuevo estilo. Así pues vemos a México colocarse, normalmente, con un pivote y dos interiores, a ellos se les suman los laterales que cogen altura para sumarse a la circulación de balón y generar superioridad numérica. México aglutina mucho balón y para ello busca que con tan gente por dentro siempre haya líneas de pase verticales. El último de los fundamentos más destacados de Osorio es la flexibilidad táctica. Durante los encuentros México puede llegar a cambiar varias veces de dibujo, el entrenador va variando sus piezas en función de como se mueva el rival y de las sensaciones de sus propios jugadores. Osorio es un técnico que busca adaptabilidad constante a las diversas circunstancias del juego y él disfruta siendo intervencionista desde la pizarra. De esta manera hemos visto a México utilizar hasta cuatro dibujos distintos desde que llegó el técnico al cargo.

Con permiso de Jorge Sampaoli, Roberto Martínez o Hervé Renard, Juan Carlos Osorio es de los 32 seleccionadores que estarán en Rusia, el más metódico, analista y obseso del juego. Un entrenador al que su propia vocación y pasión le persiguen desde que llegó a él Tri y que suceda lo que suceda en esta Copa del Mundo,  se le valorará mucho más cuando él ya no esté porque Osorio era y es tan diferente como necesario para la cultura futbolística de México.

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