Histórico
11 junio 2018El Enganche

Australia: Van Marwijk, carambola a tres bandas

Van Marwijk vía Fox Sports

Por Guillermo Berenguer (@GuiBerRa)

Aunque mucho más propias del billar, las carambolas también se dan en el fútbol: un balón que, tras rozar en un defensa, impacta en el larguero y acaba en córner; un disparo que rebota en el poste, le da en la espalda al portero y termina en gol… Son lances cotidianos del juego sobre los que los protagonistas dejan de tener el control por unos instantes. Es entonces cuando el azar determina el desenlace de unas jugadas que, a veces, incluso cambian el signo de un partido. La que exponemos a continuación, en cambio, tuvo lugar en otra zona de enorme influencia: el banquillo.

Bert van Marwijk tomó las riendas de la selección de Arabia Saudí en agosto de 2015 con el objetivo de clasificarla para el Mundial de Rusia 2018. Los saudíes se habían quedado fuera de las dos últimas ediciones, y la federación quiso contar con los servicios de un técnico experimentado para llevar a cabo su plan. No obstante, después de meter a Países Bajos en la final del Mundial de Sudáfrica 2010 —donde España conquistó su primera estrella—, la trayectoria de Van Marwijk había empezado a caer en picado.

El combinado holandés quedó eliminado de la Eurocopa de 2012 en la fase de grupos, después de no sumar ningún punto, por lo que el preparador decidió dimitir. En septiembre de 2013, Van Marwijk fichó por el Hamburgo, gigante de la Bundesliga venido a menos cuyo objetivo era mantener la categoría. El holandés abandonó el banquillo hanseático en febrero de 2014, después de 21 jornadas en el puesto y con el equipo en penúltimo lugar.

Y así fue como, a mediados de 2015, Van Marwijk decidió aceptar la propuesta de la federación saudí. Tras protagonizar un clasificatorio más que notable, Arabia Saudí llegó a la última jornada de la liguilla empatada a puntos con Australia. Recibía a Japón, selección ya clasificada, y se jugaba la segunda plaza con Australia, que se enfrentaba en casa a Tailandia.

Los de Van Marwijk se impusieron por la mínima al cuadro nipón (1-0), mientras que los australianos solamente pudieron ganar 2-1 a su débil rival, colista del grupo con apenas dos puntos. Empatados a 19 puntos, la diferencia de goles quiso que Arabia Saudí sellara su clasificación directa para Rusia como segunda. Los de Ange Postecoglou, en cambio, tuvieron que superar una doble repesca: primero contra Siria y, finalmente, contra Honduras. Aunque por la vía más larga, los oceánicos también certificaron su presencia en el Mundial.

Fue entonces cuando se gestó la inesperada jugada a tres bandas. Días después de lograr la clasificación, aún en septiembre de 2017, Van Marwijk denunció desavenencias con la federación saudí. Al parecer, los directivos le obligaban a prescindir de varios miembros del cuerpo técnico de cara al Mundial y a vivir un mínimo de 23 días al mes en el país pérsico, algo que el holandés se negó rotundamente a aceptar. “Me gustaría ir al Mundial, porque para eso acepté este trabajo hace dos años. Pero no voy a permitir que nadie me diga lo que tengo que hacer”, declaró.

Dos meses después, en Australia, Ange Postecoglou anunciaba de manera sorprendente que ponía fin a su etapa como seleccionador de su país. Las razones de su marcha, eso sí, fueron bien distintas: “Todo esto me ha pasado factura, tanto profesional como personalmente”, reconoció. “Dirigir a la selección de tu país es el mayor privilegio que existe, pero también implica una inmensa responsabilidad. Creo que ha llegado la hora de cederle esa responsabilidad a alguien que tenga las fuerzas necesarias para hacerlo. Se lo debo a la federación, a los futbolistas y a la afición”, añadió Postecoglou.

Así las cosas, Bert van Marwijk y su cuerpo técnico —entre los que se encuentra el exjugador Mark van Bommel, recordado no precisamente por sus cualidades técnicas— cumplirán su deseo de estar en Rusia 2018 tras firmar con la selección australiana a finales del pasado mes de enero. El rival directo al que enviaron a la repesca en el clasificatorio de la zona asiática es, ahora, el equipo al que dirigirán en la cita mundialista.

“No vamos a Rusia solamente para ser competitivos. Yo quiero ganar partidos”, anunció Van Marwijk en su presentación. El seleccionador tiene fama de exigente, pero sabe perfectamente lo que quiere de sus jugadores y cómo extraer lo mejor de ellos.

“Consiguió la clasificación directa con Arabia Saudí y, lo que es aún más importante, conoce muy bien a nuestra selección y nuestro estilo de juego, porque los analizó a fondo como contrincante. Estas experiencias lo convierten en una opción convincente”, dijo Steven Lowy, presidente de la federación australiana de fútbol.

En su último encuentro de preparación contra Hungría, disputado el pasado sábado 9 de junio, Australia se impuso por 1-2. El gol de la victoria de los oceánicos llegó en el minuto 92. ¿La jugada? Un centro desde el costado izquierdo de Irvine que el defensor húngaro Tamas Kadar introdujo involuntariamente en su portería, después de que el balón le pasara entre las piernas al portero.

Desde luego, parece claro que solo una carambola más podría llevar a los de Van Marwijk a sobrevivir en el Grupo C, donde se enfrentarán a Francia, Dinamarca y Perú. Pero, llegados a este punto, que nadie dude de que el equipo liderado por Tim Cahill y Mile Jedinak peleará en cada rebote, en cada balón dividido. Ellos saben mejor que nadie que las victorias, en muchas ocasiones, llegan en las acciones más inesperadas.

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