Histórico
6 diciembre 2014El Enganche

Beerschot Wilrijk: el retorno de un sueño en español

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Por Irati Prat (@IratiPrat)

Tenían plantilla para salvar cómodos la categoría. Incluso para intentar buscar puestos de Europa League, aventuraban algunos tras los fichajes que se anunciaron y presentaron aquel verano. Y de golpe, todo desapareció. Los meses de impagos a empleados y jugadores se sucedieron, todo desembocó en una dinámica que acabaría con el equipo en zona de descenso y abocado a un Play Out que el Cercle Brugge llevaba esperando meses. El modestísimo equipo de Brujas demostró entereza y oficio para remontar la fase de descenso y mandó al equipo de Amberes a Segunda División. Era el principio del fin, pocos días después el club se pronunciaba en bancarrota. El Beerschot AC había muerto.

El heredero del Koninklijke Beerschot Voetbal en Atletiek Club, gigante belga de la década de los veinte y los treinta que ganó siete ligas codeándose con el mítico Royal Union Saint Gilloise; el club más grande de Amberes; el club en cuya academia empezaron a jugar Toby Alderweireld, Radja Nainggolan, Moussa Dembélé, Thomas Vermaelen o Jan Vertonghen entre muchos otros. Todo aquello estaba encaminado al olvido, todos lo sabían, la situación era muy grave, se había ignorado demasiado tiempo el problema  y ahora nadie creía aquellas noticias que llegaban desde el club y que hablaban de una posible unión con un club de Primera o Segunda división que los mantuviera en la élite. Pero no fue así, el agujero era demasiado grande, las pretensiones de un club histórico como el Beerschot, muy altas; ningún equipo estaba dispuesto a sufrir un lavado de cara y un cambio de colores para cambiarlos por los del vecino al que iban a salvar la vida. Los jugadores abandonaron Amberes en desbandada, pues el único plan era conseguir cerrar el día sin que el club hubiese desaparecido. Y entonces apareció el KFCO Wilrijk.

De aquel reducto colectivo de Amberes han salido protagonistas de la penúltima hornada belga: Nainggolan, Dembelé, Alderweireld, Vermaelen o Vertonghen, por ejemplo

Era un club que militaba en regional aunque en sus mejores años hubiese alcanzado la categoría de plata del fútbol belga. Era un equipo de Amberes y bueno, eso ayudaba. Además, era el último tren que podía coger el Beerschot para salvar la vida, no estaban en disposición de elegir. Con aquel nuevo  KFCO Beerschot Wilrijk firmó Antonio Muñoz Herrera en marzo de 2014 para ser, hoy en día, una de las grandes estrellas del club flamenco. Firmó y jugó. Desde el primer minuto, Antonio encajó en aquel equipo de primera que, por motivos que se escapan de la mano del aficionado, estaba jugando en quinta división. StAntonioUn equipo cuyo coliseo era el Estadio Olímpico de Amberes, aquel donde antaño, y en un escenario mucho más rudimentario, Bélgica ganó su único Oro Olímpico en la categoría de fútbol.

Un Estadio Olímpico de Amberes que firmó una asistencia media de 7.500 espectadores y que llegó a superar los 11.500 en determinados partidos. El Beerschot Wilrijk estaba llevando al estadio más aficionados que cualquier equipo de Segunda y superando con creces a otros tantos de Primera. El ambiente llevaba en volandas al equipo. El ascenso a cuarta división era cuestión de tiempo y se certificó con un goleador Antonio que se había convertido en el ídolo de aquellos niños de la mitad morada de Amberes. Unos niños que crecen siendo del Beerschot o del Royal Antwerp, dejando a lo lejos la gloria capitalina del Anderlecht, la rebeldía francófona del Standard Liége o la sobriedad flamenca del Club Brugge. Son de Amberes y viven por Amberes.

Hoy, los antiguos osos de Amberes pelean por ascender a Tercera y volver a rememorar aquellas batallas que enfrentaban al Union Saint Gilloise y al Beerschot. Los de Bruselas allí esperan, buscando recuperar también la identidad casi destruida por las finanzas mal encauzadas. El objetivo, y cuando dicen objetivo tachan de fracaso cualquier resultado que no sea alcanzarlo, es ganar la temporada regular en su grupo y ascender de forma directa a Tercera División, no depender de baremos y terceros equipos. De momento están ahí, con opciones claras de conseguirlo, con siete jugadores profesionales entre los que se encuentra nuestro murciano que emigró hace años a Bélgica en busca de un fútbol más profesionalizado en las divisiones menores. Un fútbol serio. Lo encontró y ahora es ídolo de los hinchas más fieles de Bélgica, aquellos que luchan por volver al lugar que nunca debieron abandonar. Porque en Amberes solo importa Amberes. Y Amberes se merece un Beerschot en Primera.

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