Histórico
20 mayo 2014Guillermo Gonzalez

Udinese: Un año más, Totó Di Natale

Di Natale - Udinese 2014

Todo va perdiendo su esencia, su color más característico. Entristece, por supuesto. A algunos nos ha pillado en plena transición, pudiendo vivir las dos caras de la moneda, la más romántica y pura y la más moderna y virtualizada. ‘Todo pasa y todo queda’, que diría Machado. Se pierden hábitos y costumbres, como la confianza de los equipos británicos puestos en sus entrenadores, como sucedió con David Moyes y los Glazer. También se pierden iconos, con Javier Zanetti o Ryan Giggs, dos one-club man que ejemplifican la fidelidad, porque no creen en las novias pasajeras o en los affaires de una noche de verano o en el mismísimo deadline. Estos jugadores son lo único que nos queda. El individuo por encima de la entidad, por eso a todos nos dio otro vuelco al corazón cuando Antonio Di Natale dijo que se marchaba. No damos para disgustos.

Era vivir en una continua agonía y la exageración no es extralimitada, porque cuentas las jornadas de cuándo se celebrará la ceremonia en el Friuli, con todo Udine rendido a su corta estatura. No cabe duda que, junto a la despedida de Javier Zanetti, la retirada de Antonio Di Natale de los terrenos de juego sería la pérdida más dolorosa del Calcio en esta temporada. “Me retirare cuando se termine el campeonato. Es una decisión que tome en compañía de mi familia, además ya se lo he informado a mi representante. Hablaré con los dirigentes de Udinese pero es un hecho que me retiro”, avisó el delantero tras caer derrotado ante el Hellas Verona.

Di Natale, ha forjado su leyenda a base de goles. No necesita títulos para ser grande. Es el Le Tissier del siglo XXI

Por aquel entonces, Totó no pasaba por su mejor cifra anotadora. Desde su trémula decisión, no había marcado desde su cita frente al Sassuolo. Seis partidos de agonía, de falta de adrenalina para un delantero que, a pesar de tener 36 años, guarda condiciones propias endiabladas. Un don de la buena conservación que habría firmado Oscar Wilde. Todavía con frescura y a modo de ‘perro viejo’, cuya experiencia parece otorgarle precisión. Desde 2009 no ha bajado de la veintena de goles.

Lo que se reflexionó en el Friuli se convirtió en un elixir para Di Natale, sumido en un hastío irreconocible. No obstante, fue a partir de su propio convencimiento cuando el delantero quiso aprovechar hasta el último instante de la Serie A, retomando la senda en la jornada 20 ante la Lazio. Con cinco goles en lo que llevaba de temporada, mejoró sus cifras desde enero hasta mayo recuperando una versión no vista desde aquello 29 goles que le convirtieron en capocannoniere. Di Natale cerró la presente campaña con 20 tantos, 17 de ellos en la máxima categoría italiana.

Los datos y los números refuerzan cualquier tipo de argumento confabulador, y más si cabe con el delantero napolitano. Sin embargo, los cierres brindan sorpresas y por suerte Di Natale es su propio guionista. Maneja bien el argumento y sabe que le favorece. Por lo cual, el 17 de mayo de 2014 pasará a ser una de las fechas más recordadas del fútbol italiano. Nunca ha habido una despedida como la que se vio en Udine ante la Sampdoria. Di Natale ya había dejado una digna rúbrica ante el Hellas Verona en la penúltima jornada, el mismo equipo que le sirvió de acicate para volver a ser el mismo. Una definición perfecta, sin que se apreciara un mínimo error. Es más, poniendo su estilo al gol, ciertamente acrobático.

No se quedó contento con aquello. Reafirmó que las despedidas se han de hacer con guión previamente meditado, como su retirada de los terrenos de juego. Un hat-trick ante su público con un magnífico despliegue en la definición, aunque fue su gol de falta el que emocionó al Friuli, que veía como Toto se acercaba a su hijo, subido en una valla, para celebrarlo con él. Todo era familiar. Todo parecía una despedida digna de ser recordada como una de las imágenes de la Serie A 2013/2014. No por encima al adiós de Zanetti, pero si superable al tercer título de la Juventus o a la vuelta de la Roma a la Champions League. Era idílico.

Un final de temporada perfecto ha hecho recapacitar a Totó. Afortunadamente disfrutaremos de su fútbol un año más

Todos esperábamos la despedida, con el desconcierto de la hipotética proporción del acto, pues Di Natale había sido capital en Udinese como en el Empoli. Sin embargo, en Udine no hubieran compartido. Estaba todo preparado para hacer ejercicio de recapacitación, de echar la vista atrás para recordar lo que había dejado. Mallas rotas y ningún título, aunque muchísima personalidad de fútbol italiano.

Aún así, ante toda la parafernalia que se había montado en el estadio, en las casas viendo la televisión o desde las redes sociales, Antonio ha llegado a replantearse todo su futuro. “Es una pena que la temporada haya acabado ya que me encontraba en buena forma física y disfrutaba con ello. Intentaré continuar. Espero continuar”. Agradeció el gesto de la afición y lo devolvió con creces. Le dedicó la tripletta a su familia, compañeros y a la familia Pozzo, responsable de convertirle en un jugador sedentario en Udine. Después, la afición respiró con alivio porque sabía que Di Natale podría quedarse un año más. Di Natale es el Calcio y se le iba a echar de menos. Esperamos otro año más con Totó.

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