Histórico
8 abril 2014Fran Alameda

Chelsea: Delanteros difuminados

torreschelsea

Estar solo tiene su aquel. Entre otras cosas, era una proposición nietzscheana de Superhombre, una condición del genio. Entre algunas más, estar solo representa cierto heroísmo (triplicado en Twitter), incluso misticismo empático al modo Norman Bates en ‘Psicosis’. Estar solo es, en cualquier caso, un modo de vida definitorio. Rasga la personalidad, cultiva la autonomía y aumenta el riesgo de locura. Los porteros son los grandes solitarios, salvo en el Chelsea de Mourinho, donde solo algunas gotas de elixir de Eto’o han prendido la llama social del nueve, para lo demás apartado como un patito feo.

Ser delantero de un equipo que vive en transición (a nivel estructural de la plantilla y a nivel táctico, o sea, de juego) es un papel reservado para solistas y solitarios. O, parafraseando a Umberto Eco, para apocalípticos y no tanto para integrados, una dualidad complicada de digerir cuando los individuos, sencillamente, forman parte de un equipo. O sea, cada pieza, de manera individual, no vale más que el nombre y el apellido. Sin embargo, el delantero más mourinhista de todos los que el portugués ha tenido, llegó tarde de calendarios a Stamford BridgeEl Niño ha hecho adultas las expectativas antes que su acierto (juega bien, pero no tiene más de lo que ya dio) y Demba Ba es un integrador no tanto en el concepto integrador como sí de agradador.

El Chelsea ha fomentado la transición ofensiva por dos motivos fundamentales: el trío de mediapuntas y la incapacidad de sus delanteros para generar por sí mismos

La línea de mediapuntas del Chelsea acapara toda la atención que Mourinho ha querido depositar en esta temporada. Cuando no funciona, el equipo se resiente y, literalmente, deja de producir y de ganar salvo regreso al futuro, como el reciente gol de Terry en el minuto 94 tras disparo de Lampard. O funcionas o ganas con los lords, en esa especie de imposición de la victoria que siempre se ha dado en las colonias. Mourinho ha rebajado la calidad de sus nueves, entre bastones y muletas, hasta el precio de mercadillo. Prescindibles o no, entre los tres han logrado 20 goles entre Liga y Champions, una cifra también de mercadillo. No se trata tanto de una cuestión del entrenador como sí de los tres delanteros. Ninguno, como diría el refrán, consiguió ser siquiera el tuerto en el país donde la portería se vuelve gnomo en la misma proporción que el portero rival se vuelve King Kong.

Que ninguno (Eto’o, Torres y Demba Ba) haya conseguido un puesto (hasta Schürrle o Willian han pasado minutos como falsos nueves) es el síntoma diferencial de la posición. Mourinho, posiblemente, ya esté esperando a Lukaku mientras salva, mediante mediapuntas, la temporada de transición, excusa de algunas mediocridades posteriores y decisiones aligeradas de presión. Incluso no es tanto problema de técnica como sí de táctica: el portugués ha decidido adaptar todo el juego a sus mejores hombres (Hazard, Oscar, Willian y Schürrle) en vistas a la 2014-2015, a la que el Chelsea llegará con plan, hambre y obligación. Incluida la de fichar un delantero.

También te interesa: Chelsea: Etoo, la promesa del destino

Síguenos también desde TwitterFacebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche