Histórico
31 enero 2014Jose David López

Hoffenheim: Kevin Volland, la variedad ofensiva

Volland - Hoffenheim

Es tierra de altas tecnologías. La automoción, principal reclamo industrial de Alemania, aquí es un lujo humilde (el Museo dedicado a coches de época recibe 1 millón de visitas anuales), pero es la informática lo que ha cimentado un oasis sólido hacia el crecimiento global. Hoffenheimes el paraíso de todo aquél que busque un epicentro vanguardista y futurista en suelo teutón. Un punto neurálgico para la ilusión, los milagros cumplidos y las emociones consolidadas de los que abanderan los avances técnicos, robóticos y científicos como base para mejorar el futuro. Y lo hacen desde un suburbio minúsculo, de poco más de 3.000 habitantes que no aparece en los mapas salvo excepciones comarcales y que cede protagonismo cada fin de semana a su ‘vecino’ Sinsheim, el emplazamiento de mayor actividad en la zona pese a tener apenas 35.000 habitantes. Un 90% de ellos, devoradores experimentales saciados por fórmulas y sistemas matemáticos durante la semana, liberan sus avezadas mentes unas horas a la semana, cuando juega ‘su’ Hoffenheim.

Y es que pese a sus enormes investigaciones y progresos industriales, ha sido la pelota lo que ha dotado de mayor protagonismo a la localidad, logrando que sus goles pasaran de las divisiones más catacumbísticas hasta la élite gracias al mecenas de la empresa, el aún presidente y omnisciente Dietmar Hopp. Todos quedamos impactados con la facilidad para crear un proyecto que rompía redes hasta alzarse a lo más alto de una Bundesliga donde, tras golpear con fuerza en su ascenso (tenía una delantera formada por Ibisevic, Demba Ba y Obasi), quedó en un segundo plano y transforma su plantilla cada verano para mantenerse entre los elegidos pese a sus múltiples deficiencias y luchas contextuales respecto a los poderosos que le rodean. Tras aquél mítico proyecto de Ralf Rangnick que les colocó como club más revolucionario del fútbol europeo durante muchos meses, la constancia en su idea les define y les proyecta a diario, logrando extrapolar su naturaleza creciente dentro y fuera de los laboratorios. Una de sus últimas apuestas, una de sus últimas perlas y una de sus últimas esperanzas para seguir la línea correcta de explotación de recursos, es el estupendo y deseadísimo Kevin Volland.

Se crió en la cantera del 1860 Múnich, donde acabó explotando en Bundesliga 2 antes de que el Hoffenheim le contratara por 3.5 millones. Su progresión es absoluta y creciente en los últimos meses

Volland - GermanySe trata de un delantero alemán, de 21 años, zurdo y cuya evolución está siendo una de las grandísimas noticias para el proyecto de renovación constante que vemos en la Bundesliga. Maneja muy bien la pelota en conducción, es un atacante moderno por la facilidad que tiene para caer a diferentes sectores de la zona ofensiva de su equipo y ha progresado muchísimo en su juego de espaldas, su eficacia rematadora, su capacidad para aparecer igualmente por dentro en diagonales cuando es situado en zonas más externas y, sobre todo, en la cualidad más importante que le destaco, su constante agresividad. Vive en permanente sensación de hiperactividad para increpar, incomodar y generar problemas en todo momento a los defensores rivales. Una chispa, un perfil carismático, que ha evolucionado como su fútbol, pues viendo partidos y resúmenes de hace unos años, era un jugador casi creado por y para rematar, definir y concretar las acciones de peligro de su equipo. Las necesidades de un fútbol mucho más amplio en aptitudes, le hizo progresar y transformarse positivamente hasta lo que representa hoy, uno de los delanteros más persuasivos por la amalgama de opciones que fabrica. Por todo ello y aunque está lejos de ese nivel, me recuerda a Carlos Tévez y su infatigable labor más allá del gol.

Volland nació en Marktoberdorf, un pueblecito que no llega a los 20.000 habitantes en el sur de Baviera, donde comenzó a jugar muy pronto en el equipo de todos los niños de su zona, el FC Thalhofen (supongo que algo así como el Bar Alegre en el que yo empecé jugando cuando era niño). Pasó por clubes humildes como FC Memmingen para jugar en la máxima categoría bávara (ahora mismo en 9ª división germana) y por el TSG Thannhausen (hoy en 10ª categoría nacional). Su mejoría adolescente era notoria y hasta nada menos que esas categorías de ultratumba se asomó un habitual de fichajes juveniles acertados como el Munich 1860, que rastrea como pocos el mercado de inferiores y que, teniendo cercanos estos clubes, observó, probó y contrató a Volland con solo 15 años. Se unió a la academia juvenil muniquesa, vivió en la pensión que el club acababa de estrenar y aunque apareció así en las categorías menores de la selección alemana, fue con 18 años cuando terminó por debutar con el primer equipo en la Bundesliga 2 (al mismo tiempo, otra perla alemana como Moritz Leitner también seguía sus pasos en el mismo contexto).

Es ya el ‘9’ de Alemania Sub 21, suena para la absoluta tras 2014 y está en las quinielas para aportar soluciones ofensivas al Borussia Dortmund tras la pérdida de Lewandovski

En enero de 2011, exactamente hace tres años ya, el Hoffenheim le contrataba como promesa en ciernes que querían terminar de moldear, pagando 3,5 millones de euros. Le dejó cedido un año y medio más en el equipo bávaro y resultó determinante, pues se acabó de hacer un hueco, fue titular absoluto y marcó nada menos que 23 goles que lo convertían en estrella de su equipo y terminaron de darle la confianza necesaria para llegar con determinación a su nueva aventura. Cuando llegó a la Bundesliga hace ahora unos 18 meses, la situación era mucho más inestable, acuciaban los resultados y no había mucho margen de maniobra, algo a lo que se tuvo que sobreponer, aportando en el tramo final para salvar al equipo gracias a 6 goles y, sobre todo, 12 asistencias. Es ya internacional Sub 21, se ha tanteado la opción de darle una posibilidad con la absoluta (pero Low tiene muy cerrado el abanico de sus internacionales) y es uno de los niños queridos por el país, pues es referencia absoluta de su nuevo mecanismo conceptual de cantera.

Este pasado verano renovó contrato por petición de su club, se convirtió en jugador franquicia (segundo con más minutos disputados), ampliando vínculo hasta 2017 y formalizando su situación. Ahora, debido a su gran temporada, a sus 7 goles en esta primera fase de campeonato y a la variedad ofensiva que aporta, será determinante para sacar rentabilidad a un traspaso casi inminente. Tasado ya en unos 15 millones, el Borussia Dortmund piensa en él como operación de futuro post-Lewandovski, aunque el Arsenal también ha sondeado ya su entorno. Delantero, con infinidad de recursos atacantes, con un carisma ambicioso que le diferencia desde un primer vistazo y con un futuro espléndido por delante. Seis meses para brillar en Hoffenheim antes de decidir destino y aprovechar su momento…

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