Histórico
27 diciembre 2013El Enganche

Real Madrid: Más ruído que nueces en el 2013

Real Madrid 2013

Por Alberto Piñero (@pineroalberto), periodista cobertura diaria Real Madrid

El año 2014 empieza a ganarle la posición que durante los últimos doce meses había ocupado el 2013. A rebufo durante algún tiempo, en apenas unos días el nuevo año jubilará al presente. Momento por tanto de echar un poco la vista atrás para analizar lo sucedido. Y lo que verán desde las azoteas de la Casa Blanca, seguro que no gustará demasiado. No obstante, este año que se consume ha supuesto una gran decepción en el Real Madrid. Especialmente, en lo que se refiere a la primera mitad del mismo. No obstante, dado que la temporada 2011-12 fue sensacional a nivel de resultados, se esperaba que la siguiente campaña fuera todavía mejor. Se le habían levantado las pegatinas a un Barcelona que daba síntomas de agotamiento, con Pep Guardiola abandonando la nave, y el fin de ciclo blaugrana se palpaba entre el madridismo como una realidad firme. Sin embargo en lugar de progresar en esa línea, el Real Madrid terminó por encallar la pasada campaña, firmando una primera mitad de 2013 realmente esperpéntica. Con espectáculos continuos durante la semana desde las ruedas de prensa y las portadas de los periódicos, pero esta vez ya sin soporte alguno los fines de semana sobre el césped. Lo que derivó en un estrepitoso fracaso llegado el análisis a 1 de junio.

Ya desde el principio, se veía venir que la dirección no era la idónea, dicho sea de paso. No obstante, llegado el mes de enero, la polémica de la portería en el Real Madrid alcanzaba uno de sus puntos culmen: Iker Casillas partía como suplente después de ‘perder’ su sitio ante Adán en Málaga en el último encuentro de 2012, pero en el primero de 2013, Adán fue expulsado a los pocos minutos del partido ante la Real Sociedad, dejando su lugar a Casillas en medio de un ambiente ‘guerracivilista’ en el Santiago Bernabéu. El preludio de lo que luego sería tónica general hasta el verano. Máxime cuando después se ficharía a Diego López toda vez el de Móstoles cayó lesionado en Mestalla. Ya no valía Adán. Ya tampoco valdría Casillas, que no volvió a jugar ni un minuto en partido oficial durante el resto de los días de Mourinho en Concha Espina.

Cristiano 2013Para entonces, antes incluso de que estallase por los aires la polémica del cancerbero, el equipo blanco se había dejado llevar ya en la Liga, tras perder nada menos que dieciséis puntos con respecto al Barcelona. Demasiados. En todo el 2013 ya no sería capaz de enderezar su errático rumbo. Al menos en la competición doméstica, pues en los torneos de eliminatorias que tenía por delante sí que dio el do de pecho. Lo hizo en la Copa del Rey, donde dio buena cuenta de Valencia y Barcelona para llegar a la final. Así como también en la Champions League, donde eliminaría a Manchester United y Galatasaray para plantarse en las semifinales. Aunque después de tanto nadar, la muerte le abordó en la orilla finalmente. Pues ni en una ni en otra competición podría coronar su creciente trayectoria. Es más, en ambas caería no sin cierto bochorno. En Europa, ante el Borussia Dortmund después de un contundente 4-1 en el Westfallenstadion con un legendario póker de Lewandowski. Y en Copa del Rey, ante el Atlético en la final disputada en el Santiago Bernabéu (2-1), después de la friolera de catorce años invicto en el derbi madrileño.

El adiós de Mourinho, desde sus últimas decisiones hasta sus últimos partidos, fue un despropósito que aún hoy sigue costando caro en algunos sectores del madridismo

Irónicamente, aquél sería el antepenúltimo partido de Mourinho con el Real Madrid, el que sería el epílogo ideal a una carrera en Concha Espina de mucho ruido, pero muy pocas nueces en lo deportivo. Y el colofón también a un fracaso institucional en todos los sentidos. La consecuencia esperada a una nefasta gestión de los recursos, por otra parte. De hecho, apenas transcurridos 24 días del 2013, Florentino Pérez ofrecía una comparecencia inédita en su segundo mandato para desmentir las malas relaciones entre el vestuario blanco y el entrenador José Mourinho, aprovechando una información sobre un supuesto ultimátum que habrían dado los capitanes al de Setúbal en presencia del presidente. Fuegos de artificio con los que despistar a las masas sin embargo, pues desde entonces al final de la temporada, los conflictos que saltaron a la luz entre el técnico y el vestuario se fueron multiplicando exponencialmente. De forma que al final del curso fueron muy pocos los que todavía quedaban en el barco del entrenador.

Un Mourinho con el que, dicho sea de paso, se reprodujeron hasta el absurdo sus conflictos bajo el paraguas del mismo Real Madrid. Si hasta entonces ya habían sido innumerables, lo vivido durante el primer semestre de 2013 fue como para exhibirse en una galería del popular callejón del Gato. Tuvo conflictos con periodistas, con el propio club, con los jugadores, con el resto de organismos oficiales, hasta con los propios aficionados. Al final, el de Setúbal se marcharía de la Casa Blanca sin despedirse siquiera personalmente de su afición en sala de prensa, únicamente con un escuetísimo comunicado público de tres líneas de longitud y con multitud de sus jugadores descolgándose de sus actuaciones. Pepe, otrora su mano derecha y por el que se partió el pecho para su renovación, fue el mejor reflejo de la guerrilla de trincheras que se vivía en ese vestuario, cuyo ambiente era irrespirable. Al final el central portugués terminaría reprochando públicamente al técnico cómo se había portado con Casillas, a lo que Mourinho alegó que sólo lo decía porque “le había atropellado un niño de 19 años” [Varane].

La representación de una muerte anunciada hacía mucho tiempo. De un desgaste que muchos no quisieron frenar a su debido momento. De un personaje que acabó fagocitando a una persona que prometía muchos éxitos para el Real Madrid, y que terminó marchándose con cero títulos en su última campaña, pero atufando a podredumbre procedente de los sacos y sacos de mierda que había revuelto él mismo durante los anteriores tres cursos. El karma, que seguro habrían dicho en otros países y religiones.

Esta situación alentó un proceso de profunda renovación en el Real Madrid durante el verano, espoleado también por las elecciones presidenciales. No quedaba otra, llegados a ese punto. Salieron de la Casa Blanca jugadores de bastante arraigo en el club y el vestuario como Mesut Ozil, Gonzalo Higuaín, Raúl Albiol, José Callejón y más por un valor total de unos 115 millones de euros. Y en su lugar llegaron otros tantos, con menos experiencia quizás, pero de sobrado talento, como Isco Alarcón, Asier Illarramendi, Dani Carvajal, o Gareth Bale. En total, una inversión récord de casi 190 millones de euros. La segunda más cuantiosa en la historia del club, nada menos. Refuerzos todos ellos comandados por un Carlo Ancelotti procedente del PSG. Su fichaje generaba cierta zozobra entre parte del madridismo allá en verano, pereza incluso, pero pasados los meses, cabe decir que el de Reggiolo ha traído consigo aires de ilusión y esperanza por Concha Espina.

Real Madrid 2013

Y eso que su comienzo no fue para nada fácil. Por la herencia recibida, por las altas expectativas, pero sobre todo, porque durante las primeras semanas, el Real Madrid naufragaba en la indefinición futbolística más absoluta. Sacaba los partidos adelante, pero con tan poco brillo como superlativo sufrimiento, levantando muchas dudas de que el engranaje pudiera terminar encajando. Especialmente, tras la derrota en el Clásico ante un taciturno Barcelona, con Sergio Ramos de mediocentro y Gareth Bale de delantero centro. Llegaron a pintar bastos entonces para Ancelotti, que eso sí, nunca pareció perder la compostura ni los modales. Aunque, paradójicamente, fue justo a partir del partido en el Camp Nou cuando el equipo blanco por fin encontró el empaque que necesitaba para desarrollar ese “fútbol espectacular” que tanto se había cacareado durante la presentación del nuevo técnico.

La derrota en el Camp Nou, levantó en resultados e imagen a un equipo que se ha mostrado intocable desde entonces. Ahora se deciriá la campaña en esta dinámica teóricamente positiva

Un fútbol donde hoy destaca la inédita riqueza táctica, que permite a los merengues carburar tanto al contraataque como en jugadas en estático, con combinaciones rápidas e imprevisibles. Merced a un dibujo en ataque por fin consolidado que es un manjar para el fútbol: Xabi Alonso-Modric-Isco en la medular para la creación, y Ronaldo-Benzema-Bale en la línea de vanguardia para la finalización. Todo ello encajado en un esquema 4-2-3-1 para nada estanco. Pues precisamente la maniobrabilidad técnico-táctica de este equipo es una de sus cualidades más sobresalientes hoy. Las rotaciones de jugadores son constantes, y se han visto también esquemas como el 4-3-3 o el 4-4-2, pero pocas veces se resiente el equipo por estos cambios. Al contrario, es (y será) su punto fuerte ante las dudas que puede generar en los rivales y el devenir de los distintos partidos de aquí en adelante.

De la mano de este esquema global han llegado partidos arrolladores, y récords históricos en los segundos seis meses del 2013. Y además, envuelto de una paz y tranquilidad institucional que hacía un trienio que no se veía. Algunos lo decían ya en su momento a ojos de muchos incrédulos: para ganar no hace falta vivir permanentemente en la discordia. Y de hecho, este Madrid de Ancelotti termina este año mejorando muchos de los registros logrados en el pasado. Los mejores síntomas para pensar que el año próximo puede ser todavía mejor en el Real Madrid que éste que ya nos deja. Un año complicado, espinoso, turbulento, decepcionante… pero del que parece que se han sacado enseñanzas positivas para enmendar las malas acciones y conservar las buenas. Así, 2014 debe ser el año de las muchas nueces con poco o ningún innecesario ruido.

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