Histórico
18 noviembre 2013Francisco Ortí

Croacia: Niko Kovac, gastarbeiter de ida y vuelta

Su mirada rota, enmarcada por unas pronunciadas ojeras, delataba una larga noche de insomnio. Davor Suker no había dormido en toda la noche. Lo cierto es que tampoco lo había intentado. Como presidente de la Federación Croata de Fútbol (HNS) no podía concederse permiso para descansar hasta que encontrara al hombre capaz de asumir las riendas de la selección. en un momento tan delicado. Igor Stimac, quien jamás logró escapar de la sombra del singular Slaven Bilic, acababa de presentar su dimisión como consecuencia de los malos resultados y la falta de apoyo de futbolistas y aficionados. Era necesario encontrarle un sucesor y rápido puesto que en menos de un mes Croacia se jugaría su presencia en el Mundial de Brasil 2014 en la eliminatoria de repesca ante Islandia. Suker se entregó en cuerpo y alma a la misión y en menos de 24 horas ya había tomado una decisión. “Decidimos poner fin a nuestro contrato con Stimac y nombrar a Niko Kovac como seleccionador interino para los dos próximos partidos“, anunció.

De este modo, Niko Kovac (Berlín, 1971) se convertía en el nuevo seleccionador de Croacia pese a su escasa experiencia en los banquillos. A sus 42 años, en su curriculum como entrenador tan solo figuran un par de trabajos en las categorías del Red Bull Salzburgo y su breve etapa en la selección Sub’21 de Croacia, donde estaba obteniendo buenos resultados. Con su elección Suker no buscaba un técnico contrastado, sino apelar al sentimiento croata y pocos personifican esa idea mejor que Niko Kovac. Es un símbolo para Croacia. Ha sido el capitán de la selección, ha paseado la bandera del país formando parte de grandes equipos de Europa, su imagen ha sido utilizada por partidos políticos de convicciones nacionalistas, y siempre ha presumido de un acentuado orgullo patriótico. “Milité en cinco clubes pero para mí Croacia siempre estuvo por encima de todo. En Croacia somos muy patriotas, amamos nuestro país“, confiesa el nuevo seleccionador.

 “Nací en Alemania y tengo la mentalidad germánica, pero también tengo la vena croata. Para serle sincero, creo que tengo más de alemán, si bien, nadie me llamó nunca ‘el alemán'” – Niko Kovac

Paradójicamente, Niko Kovac no nació en Croacia, sino en Alemania. Es descendiente de uno de los miles de Gastarbeiter (trabajadores invitados) que reclutó Alemania para reactivar su economía tras la Segunda Guerra Mundial. A mediados del siglo XX, el Plan Marshall impulsó lo que The Times bautizó como ‘el milagro económico alemán’. Alemania se reconstruyó a gran velocidad, provocando pleno empleo y, a su vez, un déficit de mano de obra de baja cualificación. Por ello, se desarrolló un plan para captar trabajadores en países vecinos que fueron bautizados como trabajadores invitados. La intención inicial era seguir un principio de rotación y los trabajadores se quedaran en el país de manera temporal, pero pronto quedó patente que ‘los invitados’ no estaban dispuestos a marcharse. Alemania se vio obligada a absorberlos y actualmente los Gastarbeiter son considerados inmigrantes de primera generación. Niko Kovac desciende de los Gastarbeiter. Es el fruto de un matrimonio bosnio con pasaporte croata que emigró a Alemania como trabajadores invitados. Nació y creció en Alemania. Algo que le ha marcado notablemente. Nací en Alemania y tengo la mentalidad germánica, pero también tengo la vena croata. Para serle sincero, creo que tengo más de alemán, si bien, nadie me llamó nunca ‘el alemán’“, explica.

Esa mentalidad alemana es la que quiere inyectar en la pasional genética croata para guiar a los Vatreni al Mundial de Brasil 2014. Para Niko Kovac a los futbolistas croatas les sobra talento. Sin embargo, se debe mejorar la capacidad de sacrificio y la preparación física, algo innato en el pueblo alemán. Jugadores como Mario Mandzukic o Ivica Olic formados en la Bundesliga avalan su creencia. “El talento no es suficiente, también se necesita ética del trabajo. Si te fijas en Ivica Olic y Mario Mandzukic –señala Kovac– te das cuenta rápidamente de que son muy trabajadores. En Croacia, Mario era lo que los franceses llamarían un enfant terrible, sin embargo, ahora sabe lo que es importante para brillar“. Una doctrina que ya ha puso en practica en la Sub’21 con resultados espectaculares. Bajo sus órdenes, Croacia Sub’21 ganó los cinco partidos que disputó, con 16 goles a favor y ninguno en contra. Además, todo ello aderezado por un fútbol vistoso y dinámico. Niko Kovac apostó por un agresivo esquema 4-1-4-1 emulando los planes del Barcelona en lo que supone, según su opinión, supone un avance táctico para el país.

 “Nuestra labor se centra en llegar a la mente de los jugadores, porque en el fútbol la cabeza lo es prácticamente todo. Si lo logramos, estoy convencido de que tendremos muchas posibilidades de estar en el Mundial” – Niko Kovac

Con esas ideas ha dado el salto a ‘los mayores’, aunque la principal preocupación de Niko Kovac no es instruir a sus jugadores en lo táctico, sino recuperarlos a nivel anímico, conectar con ellos de manera emocional. “Nuestra labor se centra en llegar a la mente de los jugadores, porque en el fútbol la cabeza lo es prácticamente todo. Si lo logramos, estoy convencido de que tendremos muchas posibilidades de estar en el Mundial“, indicó. Por ello, durante las semanas posteriores a su nombramiento, Niko se dedicó a viajar por Europa junto a su hermano y asistente Robert Kovac para conversar en persona con sus jugadores, algo que nunca había sucedido durante la etapa de Igor Stimac como seleccionador. Su predecesor en el cargo prefería observar a los futbolistas por televisión y conversar con ellos por teléfono, según él, para ahorrar gastos innecesarios a la federación. Niko Kovac, por el contrario, ha hablado con ellos uno por uno y cara a cara. El objetivo, descubrir cuál había sido el problema durante la fase de clasificación y encontrar el origen de los malos resultados.

El resultado de su apuesta se pudo empezar a ver en el partido de ida de la eliminatoria ante Croacia. La selección croata personificó los valores que representaba su entrenador durante su etapa como jugador. “En el campo era nuestro metrónomo. Marcaba el ritmo y equilibraba al equipo. Es imposible reemplazarlo“, decía de él Slaven Bilic después de que su capitán colgara las botas. Esas características se vieron en Croacia, que fue un equipo solidario, trabajador, inteligente tácticamente y que no concedió espacios. Sólo faltó pegada cara a puerta y el 0-0 se instaló como resultado definitivo. Ahora llega el partido de vuelta, con Zagreb como escenario de la batalla. Algo que Niko Kovac echa de menos desde que se retirara. “Mi experiencia con Croacia fue preciosa –confiesa– en especial cuando jugábamos en casa, en Zagreb, ante nuestra fantástica afición, lo echo mucho de menos“. Ahora vuelve a casa convertido en seleccionador. El hijo de los gastarbeiter, el croata de Berlín, es ahora un ‘trabajador invitado’ en Croacia y tiene una importante misión, la de llevar al país al Mundial.

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