Histórico
6 noviembre 2013Fran Alameda

Atlético: Tranquilo, está Courtois

Courtois - Atlético 2013

La parada de un portero de fútbol nunca es una parada más. Nunca es una acción o un gesto más a lo largo de un partido. Su puesto es para autoexigentes y amantes de la soledad y quizá de la vanidad. El error te deja solo ante todo y todos. Sin embargo, su brillo acaba siendo el del colectivo. La parada de un portero de fútbol marca las siguientes acciones. Después de tres da una tremenda confianza a su defensa, mientras que en su primer fallo se desmorona la fe de sus protectores. La confianza, y perdonen la endogamia, es al portero lo que la credibilidad al periodista: cuesta multitud de acciones conseguirla y basta tan solo un error para perderla casi por completo. Es una labor de soledad, pero siempre hay quien prefiere contemplar la gloria por sí mismo, como sugirió Poe.

Thibaut Courtois es el heredero del trono. Está destinado a reinar hasta el punto de que cualquiera de nosotros le fiaría los niños. Es un niño divertido, pero responsable, conocedor de sus (mínimas) limitaciones y de sus múltiples virtudes. Al Atlético de Madrid  como el que se planta en unas arenas movedizas, sin saber realmente por qué ni de dónde agarrarse. Simeone cambió todo y Courtois ha heredado una mezcla de templanza y liderazgo indisoluble ante el elogio y persistente ante la crítica. Físicamente es un portero prodigio y fuerte en sus contrastes. Alto, pero rápido de reflejos; esbelto, como si se fuese a partir, pero duro al choque; interesantemente bello de apreciar, pero sobrio. Courtois es la antítesis de sí mismo. Y por eso lo tiene todo, incluida la edad, que nos permite escribir así de alguien que aún no es el mejor portero del mundo.

Para que nos entendamos, Courtois es el típico portero al que todos nosotros le fiaríamos los hijos: divertido, talentoso y responsable

Thibauting es belga, y eso hoy ya es una moda. Allí, como si hubiesen sido precocinados de hoy para mañana, han nacido los Hazard, Lukaku, Benteke, De Bruyne, Vertonghen y un largo etcétera. Principalmente, talentos ofensivos emergentes para bailar claqué en cualquier pista mundial si se lo acaban creyendo. Y en la fe es especialista Courtois, que ha visto a pasar a Miranda-Godín desde lo banal a lo elitista, y a su equipo, desde la incertidumbre a la certeza. Desde la remontada en contra con dos goles en propia de Aguilera a las prodigiosas cabalgadas de un bandido convertido al cristianismo (Diego Costa). La Champions no entiende de méritos ni caminos, entiende de rendimientos y noches de gloria. Entiende de realidades, de exámenes permanentes y equipos al 200%. Una mala noche colectiva te deja marcado para toda la competición. Eso lo sabe Simeone, pero tranquilo, Atleti.

También te interesa: Atlético: Vivir la Champions con Simeone  o Atlético: Courtois, proyección para ‘otros’

Síguenos también desde TwitterFacebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche