Histórico
4 octubre 2013David De la Peña

España: Diego Costa, adaptabilidad contra moralidad

Diego Costa - Atlético

Era la noticia del día. Este jueves, la Real Federación Española de Fútbol emitió un comunicado en el que confirmaba que Vicente del Bosque quería convocar al jugador del Atlético de Madrid, Diego Costa, y que el futbolista colchonero había dicho que . Sólo el hecho de que unos trámites burocráticos no hayan llegado a tiempo, ha provocado que el futbolista hispano brasileño no haya entrado en la lista del seleccionador para los partidos que España disputará frente a Bielorrusia y Georgia. La categoría y momento del futbolista quedan fuera de toda duda, y probablemente de no tratarse de un jugador que es foco de las iras prácticamente en cualquier campo que visite en la Liga BBVA, la aprobación sería unánime. ¿Merece la pena, mejora lo que España tiene, qué puede aportar Diego Costa a la selección?

Son una serie de cuestiones que hay que empezar a afrontar desde lo que ahora mismo tiene Vicente Del Bosque a su disposición. Si situamos el punto de salida en la última Eurocopa, en 2012, encontramos los primeros problemas con respecto a la posición de delantero centro. Los diferentes estados de forma y situaciones puntuales de los candidatos provocó que el técnico salmantino apostase por Cesc Fabregas como nueve del equipo. Su capacidad para asociarse, el hecho de ser el centrocampista más punzante y de más movimientos de ruptura, y su cierto talento para hacer gol significaron una prueba positiva, hasta el punto de que el mejor partido del torneo -la final contra Italia- llegó con Cesc en esa posición. Sin embargo, un año y unos meses después las posibilidades se han multiplicado.

España arrastra problemas evidentes en la posición de delantero. Hay nombres de prestigio, pero ninguno parece ser del total agrado de Vicente del Bosque. Diego Costa aportaría intangibles novedosos

1. Álvaro Negredo. A pesar de no haberse asentado como titular en el Manchester City de Manuel Pellegrini, su impacto nada más aterrizar en Inglaterra ha sido más que positivo. Lleva tres goles entre Premier y Champions, habiendo sido titular en tres ocasiones. Tiene gran sensibilidad en el juego de espaldas y en las acciones en las que ha de dar continuidad, y de todos los candidatos es quizá el que mejor interpreta el juego en espacios cortos. El conjunto de todo, si sumamos que es un excelente rematador, le convierte en un activo importante en el estilo de la selección española.

2. David Villa. La lectura positiva es que ha llegado a un equipazo, donde encima va a ser titular. Empezó el curso transmitiendo la sensación de estar más ágil y activo, aunque el paso de los partidos aún le sitúa bastante por debajo del David Villa que resolvía como jugador TOP gracias a su regate y definición aún en situaciones de gran desventaja.

3. Roberto Soldado. Cuatro goles con el Tottenham en lo que llevamos de curso, aunque dos de penalti y dos en el 0-5 frente al Dinamo Tblisi. A pesar de estar aún quedando bastante aislado del sistema de Villas-Boas, está resolviendo acciones para habilitar a los potentísimos llegadores del club londinense. Agresividad en las rupturas y determinación para finalizar, es un recurso que permite a España ser más profundo.

4. Fernando Torres. Su relación con el gol sigue sin ser positiva, aunque volvió a marcar en una final -Supercopa de Europa frente al Bayern-. Su segunda parte frente al Tottenham abre las esperanzas, porque fue de un nivel altísimo en lo táctico y en lo físico.

¿Son cuatro alternativas lo suficientemente poderosas como para poner en duda la posible aportación del quizá, futbolista más en forma de la liga española e incluso de toda Europa? Hay dos circunstancias que tienen un importante poder mediático y que, a pesar de que no sean criterios futbolísticos, no hay que dejar pasar por alto: la animadversión de muchas gradas de equipos rivales dentro de la liga española hacia el futbolista, por un lado, y la decisión de Costa de jugar con Brasil dos partidos amistosos en el mes de abril de este mismo año, por otro. Dos cuestiones moralistas y que por lo tanto no pueden tener cabida en un análisis puramente futbolístico.

Diego es uno de los jugadores más silbados, insultados e incordiados cada semana en la Liga, por lo que verlo con la camiseta de España tras vestirse con Brasil, crea una animadversión peligrosa

Diego Costa - Brasil 2013Dado el indiscutible nivel del futbolista, lo que merece la pena es analizar si todas esas virtudes podrían ser puestas al servicio de la selección española. Para empezar, el Diego Costa que ha amasado Diego Pablo Simeone ha convivido con un sistema muy diferente al que desarrolla Vicente Del Bosque. Por futbolistas, el Atlético de Madrid no puede acumular un 70% de posesión, como sí hace el combinado español, y cabe destacar que, por lo tanto, el escenario de juego sería diferente para el delantero. Menos carreras, menos responsabilidad para meter al equipo en campo rival y menos opciones para desplegar su exuberancia física.

Sin embargo, y aunque pueda parecer un problema, Diego Costa sabe jugar. Quizá su técnica, si nos ceñimos solamente a la relación sus pies – la pelota, no le acompañe para devolverlo todo a la velocidad que se le exigirá, pero a cambio ofrecerá lectura y buenas decisiones, además de un primer toque bastante efectivo. Su comprensión del juego y del espacio, le brindará siempre una nueva oportunidad. Regularidad. Es difícil que Costa juega mal porque nunca descansa, y esto le hace, evidentemente, un pastel demasiado dulce en una fase final. Tiene determinación, agresividad, y hambre infinitas. En un Mundial, donde no hay más allá después de los 90 minutos, esto pesa demasiado. Es imposible finalizar sin añadir otro argumento: su versatilidad. El equipo puede necesitar un punta, pero quizá haya una situación de partido donde él deba jugar como centrocampista en una banda, haciendo una función totalmente distinta. En una lista con solo cabida para 20, ese es otro aspecto más que positivo.

En definitiva, la llegada de Diego Costa le daría a España unos cuantos intangibles de los que ahora mismo Del Bosque no dispone, y no debería condicionar el discurso. Hablamos de un futbolista de adaptabilidad alta y que ha crecido con un entrenador que le pide muchísimas cosas diferentes. No hay motivos para pensar en que su llamada no suponga un salto de calidad, y Del Bosque ya lo ha confirmado contando con él.

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