Histórico
26 julio 2013El Enganche

Real Madrid: Higuaín, un adiós sin honores

Por Alberto Piñero (@pineroalberto), periodista cobertura diaria Real Madrid

Llegó hace cinco años y medio, por apenas 12 millones de euros, y se marcha del Real Madrid siendo uno de los capitanes, por más del triple de lo que costó (37 millones). Sin embargo, ningún homenaje se le ha dado. En este tiempo ha marcado nada menos que 121 goles, algunos de ellos fundamentales para la conquista de algunos títulos, quedando encuadrado así como el decimoquinto máximo goleador de toda la historia del Real Madrid. Pero pocos reconocimientos se le han tributado. Fijo con la selección argentina, en pocos o ningún partido con la elástica merengue se le ha visto regresar al vestuario sin haberse dejado el alma en el campo previamente, caracterizándose por ser el delantero de la fe inquebrantable y los goles reivindicativos. Pero ni aun así se le ha entregado placa alguna en gratitud a su desempeño.

En cinco años y medio en el Real Madrid, Gonzalo Higuaín ha ganado tres Ligas, una Copa del Rey y dos Supercopas de España, pero quizás le haya faltado conquistar el triunfo más importante de todos en un club del calibre del merengue: el respeto y el apoyo unánime y sempiterno de la hinchada y dirigentes merengues. Nunca lo ha tenido, pese a su perenne esfuerzo por lograrlo, y menos ahora que ya se marcha del Real Madrid. Lo hace, dice adiós, y sin honores ningunos.

O al menos, no a la altura que dice su currículum desde que se enfundara el ‘20’ del Real Madrid. La relación entre el jugador y el club ya estaba viciada desde hace tiempo, como esa pareja a la que se le acaba el amor. El jugador necesitaba ver otros mundos, ya fuera en el Juventus Stadium, el Emirates Stadium o San Paolo, y sentirse allí el líder que cree que lleva dentro. En el club y en la grada creen que necesitan aire fresco en la delantera, asesinos del área que además de correr también celebren goles, especialmente en las noches importantes, en la Champions League. Este final estaba escrito desde hace tiempo. Y aun así, sorpresivamente, desde ningún rincón se ha intentado dulcificarla lo más mínimo. Valorizarle, al menos. La noticia de su marcha cayó por su propio peso al comprobar que no estaba incluido en la convocatoria para un amistoso de pretemporada. Escena fría donde las haya frente al calor y la pasión que siempre ponía el Pipita en todo lo que hacía.

Buen negocio hace el Real Madrid con la operación, sea como fuere. Recauda tres veces más de lo que costó, y 10 millones de euros más de lo que ofertaba el Arsenal no hace mucho. Es la segunda mayor venta de toda su historia, y aquella en la que más beneficio económico ha sacado con la compraventa. El negocio del milenio… y encima la hucha para fichar a Gareth Bale sigue engordando. Sobre todo, gracias al Nápoles. Bendito el día que se les ocurrió preguntar por Cavani, pensarán en la planta noble del Santiago Bernabéu. Porque así se han permitido pedir el oro y el moro sin impunidad, como respuesta.

Que sirva para algo y termine llegando Bale así, por el bien del equipo blanco, porque los más de veinte goles que promediaba por temporada Higuaín no caen del cielo, ni llegan solos. Ahora se los queda Rafa Benítez. Seguro que, con su edad y su ambición, el Pipita será protagonista de la Serie A. Sin duda. Allí será cisne después de haber sido el patito feo. Decía el General Máximo Décimo en la película que lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad, y seguro que el tiempo terminará por poner a Higuaín en el sitio que se ha ganado. En el Nápoles, en el fútbol, y por supuesto, también en el Real Madrid.

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