Histórico
2 julio 2013Jose David López

Olimpia: Impagos, cáncer y … sueños

Un ‘McGregor’ (singular pelota de principios del siglo pasado), un itinerante visionario y un amor loco por las costumbres balompédicas que ya había absorbido en sus interminables viajes. Suficientes detalles para que aún hoy hablemos de William Paats. Un holandés que, llegado de Buenos Aires, introdujo sus premisas futbolísticas en Paraguay, aprovechando el poder de atracción hacia las jóvenes generaciones desde su cargo de profesor deportivo en la Univesidad de Asunción. Con la firme idea de promocionarlo entre sus alumnos, no tardó en tener seguidores pues apenas dos años después, sus clases eran famosas en todo el país y aquél ‘MacGregor’ tenía fabricas por diferentes ciudades. Cuando quiso abanderar su idea con un club propio en Asunción, acabó imponiéndose el nombre ‘Olimpia’ (la otra opción era Esparta). Más de un siglo después, hablamos del gran gigante paraguayo, ganador de 3 Libertadores, 1 Intercontinental y nada menos que 39 campeonatos nacionales. El Decano más querido pero, a su vez, el Decano más herido.

Pese a ser el club más laureado del país y haber logrado recuperar la alegría tras años de sequía continental con su sorprendente clasificación para semifinales de la Copa Libertadores 2013, la realidad de Olimpia habla de numerosos problemas económicos. Tantos y tan diversos, que cuando el club empezó su periplo en este torneo allá por el mes de enero (en las fases previas), el equipo se plantó ante la dirigencia, reclamó por haberes impagos y decidió abandonar la concentración de la Villa Olimpia sin presentarse al entrenamiento del día siguiente. La primera de varias protestas. Hoy, más de 150 días después, los jugadores no han cobrado sus salarios al día y en la cúspide problemática aparece uno de los iconos de vestuario, Sebastián Ariosa. El lateral titular, enfermo de cáncer de manera sorprendente, se ve obligado a dejar el fútbol de inmediato sin haber cobrado los últimos nueve meses y recibiendo un trato vejatorio de su directiva. La misma por la que luchó para colocar a Olimpia entre los cuatro mejores de la Libertadores.

La deuda del club, agigantada tras años donde no se lograron los deseados resultados en torneos continentales (pese a que con 33 clasificaciones es el segundo equipo con mayor presencia constante en el torneo tras Peñarol) y la notable devaluación del campeonato paraguayo respecto a sus enemigos cercanos, fue admitida sin tapujos por el último presidente, Marcelo Recanate. Esa incapacidad financiera se lo llevó por delante y, ahora mismo, Óscar Carísimo Netto actúa de interino en esas labores. Tras muchas semanas donde la situación deportiva había logrado esconder los problemas evidentes que acechan al club (dirigido por el ex seleccionador de Guatemala, Ever Hugo Almeida, que incluso dejó a su hijo al mando en algunos partidos a inicios de curso por problemas personales, ya que aún tenía contrato con la selección), la desagradable noticia de Ariosa ha reabierto todos los frentes.

“Había venido a Uruguay a lo loco por el tema de la salud, a uno lo tomó por sorpresa, me detectaron un cáncer en el mediastino y cuando uno escucha esa palabra, a uno lo pone muy mal. Peor aun cuando hace nueves meses no me pagan, me tuve que pagar yo la casa que alquilaba y la situación se volvió insostenible. Me dicen desde el club que hay que juntar fondos para pagarme y nos toman siempre el pelo, dijo el carrilero, uno de los más queridos por la hinchada y que atraviesa ya casi un mes de tratamiento de quimioterapia.

Hoy, Olimpia buscará seguir superando frentes y sorprendiendo en una Copa Libertadores donde sí tiene mayor cartel que sus tres competidores de semifinales (en caché histórico), pero donde parte como última opción a título por el potencial real de su plantilla. Tras haber dejado en el camino a Defensor, Universidad de Chile, Tigre y Fluminense (en una cita absolutamente imprevisible donde superó con creces su mejor nivel), el último escollo para soñar libre es Independiente Santa Fé colombiano. El Franjeado quiere aprovechar los goles de un ganador total como Salgueiro, los movimientos ofensivos de Bareiro, la calidad de Caballero llegando desde atrás y el carácter bajo palos de Silva para superar los impagos, el cáncer y el nerviosismo. Solo así, podrán seguir soñando no solo por títulos, sino por superar su propia angustia. La de todo un semifinalista. La de todo un Decano.

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