Histórico
14 mayo 2013El Enganche

Chelsea: Rafa Benítez es un entrenador, idiota

Rafa Benítez - Chelsea 2013

Por Fran Alameda (@Fran_Alameda)

Las conversaciones con los entrenadores acaban viciadas. Viciadas no quiere decir inválidas, sino que el fin es reflexionar sobre lo que puede ser o lo que es, pero no se ve. Es decir, sobre realidades intangibles. Sir Alex Ferguson, al comparar un partido fútbol con una partida de ajedrez, solía decir que en ambos juegos, si cedes un minuto de concentración, acabas muerto. Y el maestro Gaby Ruíz destaca en cada una de sus retransmisiones lo que para él significa la intensidad. Ambos conceptos, aparentemente separados, aparecen como sinónimos. O, si se quiere, como una relación de dependencia en el que se mezclan ambos hasta el punto de perder dónde acaba la concentración para dar paso a la intensidad.

Rafa Benítez ha dotado a su Chelsea de una áurea de equipo. Más o menos vistoso, pero indudablemente sabio a la hora de gestionar el momento. La concentración provoca intensidad mental y, por lo tanto, no perder nunca la cara el partido. Es, así, la intangible de la que hablábamos: saber competir. Saber competir es sobreponerse a defectos, minimizar virtudes del rival, leer el partido y un larguísimo etcétera de matices. Probablemente infinitos. Pero algo debe quedar claro para los bienpensantes del fútbol fácil por y para los futbolistas: competir no es salir, darlo todo (testosterona) y sufrir al máximo. Probablemente podríamos decir que saber competir es conocer el juego de tal manera que las ventajas sean maximizadas y las desventajas minimizadas con un único fin: la victoria.

Y la sensación es que Benítez, lejos del brillo o la solvencia de otros tiempos, ha conseguido dar el empaque necesario al Chelsea para partir con un papel de favorito respecto del Benfica. A nivel emocional, desde luego, que es desde donde parte todo haciendo bueno el parafraseo a Hebbel (“creer posible algo es hacerlo cierto”). Porque los blues se sienten equipo cuando Mata gira y gira y ofrece con sus pases ventajas al delantero. O cuando en la inconsciencia de David Luiz aparece un compañero a corregir. El Chelsea, diríase, no es un equipo top que arrasa a partir del funcionamiento colectivo, sino que, siendo conocedor de unas deficiencias evidentes (planificación, carencias en posiciones, etc.), les pone solución, las oculta, para aparecer con ventaja en los partidos. Esto es un entrenador. Y esto, en gran medida, es Rafa Benítez. Un tipo que llegó contra corriente para acabar encendiendo una luz y quien sabe si coronado en Europa. Es un entrenador, idiota.

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