Histórico
17 septiembre 2013Francisco Ortí

Real Sociedad: El gol se llama Seferovic

La memoria de la Real Sociedad es rica en ídolos. Satrústegui, Zamora, López Ufarte, Nihat, Oceano, Aldridge o Arconada son nombres que trasladan al aficionado donostiarra de manera inmediata a momentos de gloria. Nombres que evocan el olor del césped de Atocha o permiten que suene el eco de las instrucciones que gritaba desde la banda Alberto Ormaetxea. Nombres que cuando conviven con el gol adquieren sonoridad balcánica. Meho Kodro y Darko Kovacevic son los dueños del gol en el imaginario donostiarra. El bosnio y el serbio han sido dos de los goleadores más letales que a lo largo de la historia han vestido la camiseta de la Real Sociedad. El primero marcó más de 70 goles para la Real y acarició el trofeo de máximo goleador de Primera División. El segundo superó los 90 tantos (en dos etapas) y lideró la última gran época del conjunto Txuri-Urdin.

Desde aquellos años dorados la Real Sociedad ha sufrido en un malsano limbo deportivo con descenso a la Liga Adelante incluido. Afortunadamente, esa trayectoria decadente se vio corregida gracias a Philippe Montanier. La temporada pasada, con el técnico francés en el banquillo, se revivieron los momentos de gloria de la etapa de Raynald Denoueix. Carlos Vela recreó los sprints de Nihat, Asier Illarramendi repitió los pases de Xabi Alonso, y Xabi Prieto heredó el liderazgo de Valery Karpin. Gracias a todos ellos, la Real Sociedad firmó una campaña histórica, terminando en cuarta posición, clasificándose para la previa de la Liga de Campeones y rompiendo viejos malos recuerdos en Lyon, donde apareció definitivamente el nombre de su nueva figura: Haris Seferovic.

Lo último que faltaba para resucitar la épica de aquellos años de Denoueix era ese gol con sonoridad balcánica, pero este verano ha llegado a Anoeta. Sin hacer ruido, como si se tratara de un jugador cualquiera, siendo un completo desconocido, Haris Seferovic se convirtió en nuevo jugador de la Real Sociedad a cambio de dos millones de euros. La prensa anunciaba la incorporación describiéndolo sin dar demasiadas referencias. Se habla de él con la concisión a la que obliga el desconocimiento “un delantero suizo de 21 años que llegada procedente de la Fiorentina y puede jugar tanto de delantero centro como pegado a la banda izquierda”. En definitiva, su llegada no causó un gran revuelo entre la afición donostiarra, ni la prensa especializada le dedicó demasiada atención al fichaje. Y lo cierto es que su curriculum tampoco invitaba a ello.

A sus 21 años su mayor logro era haberse proclamado campeón del Mundial Sub’17 en 2009 con la Suiza de Ben Khalifa, Xhaka y Kasami. Seferovic fue el máximo goleador de este torneo, celebrando cuatro tantos y uno de ellos en la final. Su trayectoria a nivel de clubes era irregular. Comienzo fugaz en el Grasshopper , salto a la Fiorentina tras el mencionado Mundial Sub’17 de 2009 y sucesión de cesiones sin demasiada trascendencia que le llevó al esperpéntico Neuchâtel Xamax, al Lecce, y al Novara, donde firmó unos números muy interesantes en la Serie B (10 goles en 18 partidos). Con ese bagaje era lógico que su fichaje no enloqueciera a un entorno que soñaba con medirse a los mejores equipos de Europa en la Liga de Campeones. Sin embargo, Seferovic encontró el modo perfecto de llamar la atención que se le negaba en Anoeta: marcar goles.

Desde su primer día como jugador de la Real Sociedad comenzó a marcar goles y todavía no ha parado. En su debut con la camiseta Txuri-Urdin se enfrentó en partido amistoso al Real Unión de Irún marcó cuatro goles. Era el augurio de un verano en el que este delantero suizo de origen bosnio se consagró como el máximo goleador de la pretemporada de la Real Sociedad. Y cuando ha llegado el momento de la verdad tampoco ha fallado. En la primera jornada de la Liga BBVA se estrenó marcando en la victoria ante el Getafe y volvió a mojar pocos días después en la previa de la Liga de Campeones. Seferovic enmudeció a Gerland al inventarse una volea de escándalo desde 20 metros que acabó entrando por la misma escuadra, metiendo en el sueño a la Real Sociedad tras años de espera y pesadillas que este martes ante el Shakhtar, vuelven a completarse.

En pocos menos de un mes, Haris Seferovic ha pasado del más absoluto anonimato a convertirse en uno de los nuevos ídolos de Anoeta. Su zurda, su clase y, sobre todo, sus goles le han consagrado como uno de los nombres propios del inicio de la temporada en España y Europa. Ya no hay nadie que no hable de él y, por supuesto, por San Sebastián ya se escuchan las comparaciones con héroes del pasado como Meho Kodro o Darko Kovacevic. Ahora todos quieren saber más sobre Seferovic y muchos se preguntan de dónde ha salido. Aunque sea no debería ser la cuestión. Su pasado ya lo conocemos. Con 21 años y el estado de forma en el que se encuentra, lo interesante no es saber de donde viene Seferovic, sino donde puede llegar.

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