Histórico
11 abril 2013Jose David López

Champions: Los nombres de la jornada de cuartos

Mandzukic - Bayern 2013

Uno tras remontar heroicamente sobre la hora en uno de los encuentros más alocados de los últimos tiempos. Otro después de concretar un pase ya apresurado hace una semana. Uno más, gracias a la aparición de un canterano ya clásico a la hora de salvar muebles. Y el último, siendo una vez más tan equilibrado como siempre. Las cuentas finales son claras y, como preveíamos, las semifinales de la Champions League serán hispano-alemanas o germano-españolas. Real Madrid y Barcelona defendiendo a la Liga. Bayern de Múnich y Borussia Dortmund destacando el momento ideal de la Bundesliga. Cuatro en busca de una cita mítica en Wembley en apenas un mes y medio, pero todos, después de superar un bache intermedio que en muchos casos pasarán a la historia más allá del resultado. Aquí, cuatro ejemplos claros que convirtieron los cuartos de final en una semana espectacular de Champions.

Manuel Pellegrini: Si podemos escenificar en algún rostro concreto la pesadilla vivida por el Málaga en el Westfalen, ése es el técnico chileno. Debe ser muy atractivo sentir que tus planteamientos son atractivos para quien los visiona, acertados para quien los padece y armoniosos para cualquier catador de talento en la élite. Sin embargo, debe ser aún más bonito que todas esas premisas acertadas y elogiables, sirvan para conseguir un puesto en la élite más selectiva de Europa. Pellegrini lo rozó con un Villarreal novato y atrevido que se quedó a las puertas de una finalísima (con el famoso penalti de Riquelme), lo repitió en cuartos de final esta vez con su Málaga desenfrenado e inteligente (hasta que una jugada desastrosa en todos los sentidos arbitrales, le truncó su sueño). Un técnico potencialmente merecedor de mejor currículum, aunque ya abonado a heridas eternas que se acumulan en el pasado. La vida le debe ya demasiado.

Cristiano Ronaldo: Historia. Goles. Directo a por la ‘Décima’. La estrella portuguesa del Real Madrid fue el único jugador que mostró ambición, concentración y, desde luego, pegada en el infierno turco que pudo acabar siendo dolorosamente traumático para los blancos. Su doblete le sirvió no solo para refrendar el pase hacia semifinales, sino que superó al presidente de honor merengue, Alfredo Di Stéfano (undécimo gol en la presente edición de la Champions), al que iguala con 50 tantos en competición europea. Además, Cristiano logra superar su marca personal (que era de diez) y se coloca como uno de los mayores anotadores del club en Champions (suma 49 y ya es el duodécimo de tan elitista lista de estrellas). Para redondear un choque de cifras positivas, el luso ha marcado en los últimos cinco partidos de forma consecutiva, algo que consigue por primera vez en su carrera. Un momento pletórico.

Pedro: El hombre que en la mejor campaña de la historia del Barcelona (la que ganó absolutamente todo hace unos años), marcó en cada una de las competiciones que participó, volvió a demostrar que tiene algo especial en noches decisivas. Se dudaba de su presencia en el once inicial respecto a Alexis Sánchez, pero el canario fue uno de los más atrevidos en el esquema culé, constatando desde los primeros minutos que su desborde, desequilibrio y decisión ofensiva, ibana  ser claves ante Jallet. Sobre todo porque el carrilero parisino genera debates posicionales, donde nunca guarda su zona con solidez ante los problemas para retroceder a tiempo. Avisó hasta en tres ocasiones diferentes, siempre por fuera, pero en una acción interior de Messi, la pelota le cayó en el área y remató para sobreponerse a una noche en la que todo era turbio. El desahogo fue suyo. El gol, otra vez lleva la marca del que nunca falla. Las estadísticas son suyas.

Mandzukic: Quince en Champions y otros tantos más en Bundesliga. El fichaje del año, aunque en verano su contratación casi sonara más a un intento de ampliar recursos para momentos concretos donde pelear con Pizarro por ser el suplente. Pero solo necesitó una lesión del teórico titular, Mario Gómez, para demostrar a todos que su rol iba a ser determinante. Tanto, que desde ese día, no ha parado de crecer, aportar alternativas de todo tipo al cuadro muniqués y convertirse en el jugador más interesante del curso muniqués. Goleador sacrificado, porque debe ser de los pocos rematadores que concede una cuota altísima de su sacrificio por el bien global, siendo el primero en presionar la salida de balón, en robar un gran número de pelotas durante cada encuentro y a definir cuando tiene ocasión de engrosar sus cifras anotadoras. Es su momento. Es su campaña estelar rumbo a una Champions que hace apenas unos meses, jamás hubiera pensado ni disputar.

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