Histórico
10 abril 2013Francisco Ortí

Barcelona: Alexis Sánchez, la diferencia incomprendida

Fieles a la última moda, adictos a la música reggaeton e irrespetuosos por naturaleza. Son las últimas víctimas del regimen dictatorial que instauró Augusto Pinochet. Vulgarmente conocidos bajos el término flaites, representan un sector desfavorecido entre los jóvenes chilenos, de orígenes humildes y huérfanos de educación pública. Incomprendidos, contestarios y con una jerga incomprensible por las clases altas del país. Alexis Sánchez pertenece a este grupo social. Hace tiempo que escapó de su Tocopilla natal, uno de los rincones más humilde de Chile, pero sus raíces están arraigadas en la pobreza y su personalidad moldeada por la ansiedad de quien reza día a día por poder comer mañana.  Alexis Sánchez es una estrella, pero continúa siendo un incomprendido.

Como persona, es un 10, un espectáculo. Le gusta reír. Se ha adaptado a las mil maravillas, aunque no le entendamos mucho“, explicó Gerard Piqué tras convivir media temporada con Alexis Sánchez en el Barcelona. “Es muy bromista. Entra muy bien en el rollo, pero no es fácil entenderle“, añade Víctor Valdés. “Hablo muy rápido y cuesta entenderme“, se excusaba el chileno. Año y medio después, la situación no ha cambiado. Pocos le entienden, al menos futbolísticamente hablando. Alexis parece desconectado de la dinámica azulgrana. Mientras todos pasan antes de correr, él corre antes de pasar. Ante el individualidad al colectivo, la finta a la combinación. Encara por automatismos. Verticalidad frente a horizontalidad. En definitiva, nada contracorriente y su presencia desentona dentro de una orquesta bien conjuntada.

Antes de llegar, me dijeron que en el Barcelona uno tiene que aprender a jugar de nuevo al fútbol“, señaló el chileno poco después de llegar al Barcelona. Y puede estar en lo cierto. Puede que esa sea la clave. Es distinto al resto. Bastaron medio minuto para que esto fuera evidente. En sus primeros 30 segundos como jugador del Barcelona (en la Supercopa de España contra el Real Madrid) recibió un balón en el centro del campo e inmediamente se giró para encarar a su par. Precisamente esa diferencia fue la que enamoró en un primer momento. “Aporta algo que no teníamos“, destacó Guardiola. Nada ha cambiado en Alexis desde aquel momento y precisamente ahí está el problema. En la ausencia de cambio, la ausencia de adaptación. La diferencia sorprende en primera instancia, pero genera rechazo a la larga. Rechazo ante lo que no se comprende.

En esa etapa se encuentra un Alexis Sánchez al que siempre se le juzga en función de un precio, los 26 millones más 11 variables que se pagaron por él al Udinese. Una vara de medir exagerada. Cuando rinde se le pide más. Si marca, se le reclama mayor participación. Y cuando falla… Cuando falla se le crucifica. Desgraciadamente, el fallo se ha convertido en la costumbre de Alexis Sánchez durante esta temporada. A excepción de los dos goles que firmó contra el Mallorca, el chileno atraviesa el que posiblemente sea su peor momento en Europa y la afición del Barcelona está de uñas en su contra. Las críticas se suceden, aumentan de volumen y aunque Alexis hace oídos sordos y proclama ser “un jugadorazo” su ansiedad es evidente. No logra hacerse entender, ni por la grada ni por sus compañeros y acaba desesperado.

Sin embargo, ha encontrado un inesperado apoyo. Un aliado totémico, otro incomprendido al que ahora todo el mundo escucha con veneración: Johan Cruyff. Otro hombre de banda, otro revolucionario, contestario y solitario que entiende perfectamente a Alexis Sánchez, aprecia lo diferente y la destaca como necesaria. “Dicen que no tiene nivel para jugar en el Barça. Pero si le veo jugar contra el Mallorca veo a un jugador de calidad que le da al equipo algo que otros no tienen. Por supuesto que Alexis no es Messi, pero el Barça debe estar feliz de poder tener un jugador de esta calidad en la plantilla“, declaró Johan Cruyff tras el encuentro en el que los azulgrana golearon por 5-0 al Mallorca con dos goles del chileno.

Las palabras del icono holandés del barcelonismo llegan en el momento más oportuno y conociendo a Cruyff no es una casualidad. Con Lionel Messi entre algodones, el traje de héroe espera dueño de cara al decisivo partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones que el Barcelona disputará frente al Paris Saint-Germain. Alexis Sánchez debería ser uno de los que marcara las diferencias. Ya lo hizo en el partido de ida, pero su efervescencia tan solo se concretó en dos errores cara a puerta y un penalti que precedió al 1-2. En el Camp Nou debe volver a ser el hombre diferente contra los parisinos. Una diferencia hasta ahora incomprendida, pero que ha encontrado el apoyo de Cruyff, palabra sagrada en la Ciudad Condal. Y esa puede ser una ‘diferencia’ notable en el juicio a Alexis…

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