Histórico
4 marzo 2013El Enganche

Nacional Montevideo: Iván Alonso, la revancha del corazón

Por Gabriel Casimiro (periodista especializado en fútbol sudamericano)

En el fútbol, ser feliz y exitoso equivale a realizar lo que más le gusta a uno. En muchas oportunidades sin importar lo que al resto le parezca. Ese caso puede resumir la carrera de Iván Alonso, quien acostumbró al hincha a hacer goles. A cada equipo donde fue, hizo de sus celebraciones un pan de cada día. Ese fue un agregado que al uruguayo lo convirtió en un atacante atractivo. Tanto así que en España es idolatrado por los simpatizantes de Real Murcia, Alavés y Espanyol. Pero como todo en la vida, los vaivenes emocionales y futbolísticos también tocan tu puerta. Le pasó al atacante, quién combatió para ganar su partido más importante, y lo venció de forma holgada, sin mirar al antagonista y celebrándolo con el puño apretado. Eso sucedió el año pasado. Una historia digna de contar, además de contar con hechos dignos del aplauso.

Corría la temporada 2012, y Alonso había pasado a Toluca de México, que pagó más de dos millones de euros por su ficha. Así, el montevideano despidió su larga trayectoria en España, país que lo acogió como hijo predilecto, lo registró con la nacionalidad española y le regaló sus más grandes momentos en el césped. Los mismos que empezó a registrar en la liga azteca, aunque con un desenlace para nada agradable. De la noche a la mañana, un parte médico le dictaminó una sentencia, comparada a una sonora puñalada. Por problemas en el corazón, el charrúa estaba impedido de seguir realizando lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol. Nadie lo podía creer (Iván vivió con Dani Jarque en el Espanyol y ya pasó esos momentos difíciles). Mucho menos él, quien en ese momento solo recordaba sus mejores episodios dándole al balón. Parecía que no había salida, que la puerta se la había cerrado para no volvérsele a abrir nunca más.

Y es que en el fútbol muchas cosas están permitidas. Uno puede jugar bien o mal, marcar muchos goles y hasta errarlos de cara al arco. Todo eso es entendible. Pero quitarte el derecho a seguir jugando este hermoso deporte, eso sí que resulta irremediable. Pero el destino no quiso que la tragedia sea mayor. Alonso viajó a Estados Unidos a tratarse, y fue allí que la esperanza nació. “Puedes volver a jugar”, le dijeron. Aunque el médico de Toluca entró en contradicción, pues para él no podía hacerlo en ciudades de altura ni en condiciones de mucho calor. El problema se generó, y todo llegó hasta los tribunales. Los mexicanos iniciaron una demanda contra el jugador, argumentando que él mismo rescindió su contrato por no querer jugar.

Pues Alonso, en calidad de libre, se probó en Nacional de Montevideo y quedó. En un comienzo fue resistido, pero luego respondió con goles a esa confianza que le depositaron. Hoy es el principal referente de gol, y hace unos días le tocó su ansiada revancha ante Toluca en la Copa Libertadores. Fue triunfo tricolor 3-2 con uno de sus goles en el propio México. Como para refrescar que todo no es pura coincidencia. El fútbol le dio una bofetada a los que cortaban las alas, y le dio una oportunidad más. El jueves se enfrenta a Boca Juniors, y a ver si Alonso devuelve con goles y amor propio, ese corazón inmenso que mostró durante toda su carrera y nunca quiso parar de latir.

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