Histórico
19 marzo 2013Jose David López

Captain Tsubasa: Los culpables de una devoción eterna

Captain Tsubasa

Era un Clásico de la infancia para todos los niños que me rodeaban día a día en la escuela. Era un Clásico de los fines de semana que servía para motivarme minutos antes de que quien escribe fuera quien saltara al campo (recuerdo disfrutarlo en las tardes sabatinas de Telecinco primero y en los veranos mañaneros de Antena 3 después). Era un Clásico que utilizábamos como primera excusa. Si, como intento de explicación de un ruido, un abrupto movimiento interior que estimula la ilusión, la de todo aquél que soñara alguna vez con vestirse de corto y saltar al césped bien equipado. Pero no vestían con los colores más famosos del planeta, no eran entrenados por entrenadores referencia (como mucho un borrachín que decía haber sido estrella de la canarinha) y apenas se contentaban con un grupo reducido de (voluntariosos y enamoradizos) animadores. Sin embargo, siendo apenas adolescentes, eran capaces de dejar en minucias a las máximas estrellas del panorama futbolístico pues ellos, a diferencia del resto, eran artificialmente únicos.

El balón tomaba singulares direcciones, transformaba su tamaño y hasta desaparecía. Los chicos eran capaces de lanzar a portería tras segundos de maniobras previas sin oposición (¡Quién es el osado que no recuerda la ‘Catapulta Infernal’¡), se escuchaban todo tipo de pensamientos constructivos entre acciones (desde reglamentación a recuerdos de sacrificios pasados) y, desde luego, todos reunían un inestimable coraje y devoción por la heroicidad (desde los chicos que entrenaban en la nieve hasta el capitán debilitado por su dañino corazón). Recorrían kilómetros para llegar al área rival, eran ninguneados cuando el guionista decidiera ridiculizarles ante un nuevo ídolo pero siempre, absolutamente siempre, acababa ganando el alumno aventajado. Oliver y Benji, Campeones o Captain Tsubasa (la versión japonesa y más espectacular), fue, es y será, la culpable del amor a la pelota de muchos chicos de mi generación (los que ahora rozan y tocan ya la treintena). Y por ello, nunca está de más recordar de dónde venimos y qué es lo que nos llevó hasta aquí (por muy mal parado que pueda dejarnos…)

Oliver Atom - BarcelonaNew Team y Toho. Flynet y Mambo. Hot Dog y Mappet. Clubes de una serie donde, no preguntéis el porqué, el chico que más gracia me hizo siempre fue el 8 (mi número favorito y con el que siempre jugué) del equipo del afamado Oliver Atom. Siempre aliado de los humildes, me enloquecía el ‘Tiro de la Navaja’ de Paul Diamond, que no convencía con su singular maniobra pero que apoyaba como gregario de lujo a la sombra de los iconos referenciales del anime. Desde el poderoso Mark Lenders hasta el súper-portero Benji Price, los malabares de los gemelos Derrick, el simpático Danny Mellow, el talentoso Phillip Callahan, el combativo Julian Ross, el escurridizo arquero Ed Warner o el compañerísimo Tom Becker (podríamos citar también a los rivales en citas internacionales de selecciones como el alemán Schneider). Todos, personajes capaces de desterrar cualquier estereotipo de héroe actual pero, sobre todo, un ‘enganche’ atractivo para una generación de niños que aún intenta encontrar final feliz a una interminable lista de alternativas en los capítulos teóricamente definitivos.

Algún alma perversa aseguró hace unos años que la serie nunca concluyó porque el desenlace era excesivamente agresivo (se rumorea que Oliver sueña toda su historia tras estar en coma por un accidente cuando era niño, donde es atropellado por un coche sin fallecer pero perdiendo la piernas). Una versión poco convincente que no llega más lejos de donde mis ojos recuerdan, pues tras haber llevado a su equipo al primer nivel, haber jugado en el Sao Paulo y ser fichado por el Barcelona (¿O debo decir Cataluña como en la serie?), Oliver llevaría a Japón hasta el título de campeón del mundo. Eso sí, acompañado por un Benji que era portero del Hamburgo, Lenders que era killer de la Juventus o Becker que ya destacaba como figura del PSG (es cierto, doy fé). Un final esperado que no puedo oficializar y que, aprovechando la ocasión, lanzo como predisposición a debate y como deseo de rememorar momentos únicos de aquellos que encontramos un filón esperanzador en aquellos genios de lo imprepvisible con el único amor a una pelota y el espectáculo que eran capaz de montar en torno a ella.

La mejor generación de nipones (y no nipones) de la historia del fútbol, sigue esperando su desenlace aunque este, sea cual sea, jamás romperá un recuerdo, el que les convierte en culpables de una devoción eterna a la pelota…

¿Quién era vuestro personaje favorito? ¿Qué club levanta vuestras simpatías? ¿Quién te gustaría recordar? ¿Dónde perdisteis continuidad de la serie?
Si quereis una camiseta de la serie con cualquier detalle, equipo y jugador, vuestra web es Retro Football o atentos, porque será uno de los premios de #jugadormisterio

Síguenos también desde Twitter y Facebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche