Histórico
22 enero 2013Francisco Ortí

Costa de Marfil: Los 61 silencios del aprendiz Lamouchi

Los parpadeos de las luces de la ambulancia recortan decenas de zapatos sin dueño derramados sobre la acera. El silencio, inmóvil, contrasta con las alarmantes manchas de sangre que salpican la escena, recortando siluetas de cuerpos invisibles. “No sé lo que ha sucedido -explica un joven encogido junto a un coche de policía- pero me encontré tendido en el suelo con personas caminando sobre mí, tirando de mi cabello y desgarrando mi ropa“. Minutos antes se encontraba disfrutando de un concierto y un espectáculo de fuegos artificiales con el que la ciudad de Abiyán le daba la bienvenida al 2013 y, sin previo aviso, se había convertido en uno de los protagonistas de una estampida mortal. Un privilegiado, en cierto modo, puesto que había logrado evitar que su nombre engordara la devastadora estadística que contaba 61 muertos y 40 heridos graves, aunque todavía era demasiado pronto para ser consciente de ello.

Abiyán y toda Costa de Marfil, por el contrario, supieron la magnitud de la tragedia desde un primer momento. Se desconocían las causas que provocaron la avalancha, pero las vidas que se cobró eran motivo suficiente para teñir la ciudad de luto. Una catástrofe que actuó como nexo de unión para un país que hasta ese momento todavía se relamía las heridas de una turbulenta transición política. Y, como en tantas otras ocasiones, el poder señaló al fútbol como la panacea de los males de la sociedad y se le encomendó a la selección de Costa de Marfil proclamarse campeona del continente en la Copa de África de Sudáfrica 2013 para homenajear a los 61 fallecidos en la tragedia del Félix Houphouét-Boigny.

Una responsabilidad desorbitada para un grupo de futbolistas que está en manos de un técnico inexperto como Sabri Lamouchi. De hecho, hasta ese momento, el seleccionador de los Elefantes no había escuchado más que críticas contra su elección. La prensa del país le había recibido a regañadientes. En Costa de Marfil no gustaba la “sorprendente destitución” de su antecesor François Zahoui, ni su condición de francés con ascendencia tunecina, aunque las principales protestas se centraron en su falta de experiencia en los banquillos. Para Lamouchi, el cargo de seleccionador de Costa de Marfil es su primer trabajo como técnico y el anuncio de su elección se produjo tan sólo diez días después de que obtuviera el carnet de entrenador. La prensa local fue un clamor unánime contra la apuesta de Sidy Diallo, presidente de la FIF, por un ex jugador sin curriculum en los banquillos y cuyo único mérito era su carrera como mediocentro, donde vistió las camisetas del Mónaco, el Parma, el Inter de Milán o el Olympique de Marsella entre otros.

La Federación confía en un aprendiz“, tituló el diario marfileño Le Temps el día siguiente a la contratación de Lamouchi. Otro medio se preguntaba por los méritos de un “ilustre desconocido” e invitaba a “estallar de cólera e indignación“. Pero el más duro de todos fue el rotativo Notre Voie, que optó por defender la gestión del anterior seleccionador y calificó de negligente la llegada de Lamouchi al banquillo de los Elefantes, señalando “se esperaba la llegada de un entrenador a la altura de Costa de Marfil, pero se ha contratado a un novato“. Lamouchi, evidentemente, nunca ha permanecido ajeno a las voces contrarias a su presencia como seleccionador y, aunque no las comparte, entiende las dudas.

Ha pasado todo muy rápido y entiendo las dudas. La gente se pregunta si estoy preparado para asumir un reto tan complicado, pero he sido jugador muchos años y no soy nuevo en esto. Quiero hacer cuanto esté en mi mano para ayudar a estos futbolistas a ganar la Copa de África 2013 y cumplir con los objetivos. Me juego la credibilidad“, declaró Lamouchi el día de su investidura como seleccionador de Costa de Marfil. En su aventura no está solo y en su cuerpo técnico figuran nombres ilustres como los de Jean-Marc Kuentz, Bonaventure Kalou, Blaise Kouassi y Cyril Domoraud. Por el momento los resultados le están dando la razón. Desde que Lamouchi ocupa su banquillo, Costa de Marfil no ha conocido la derrota en ninguno de los seis partidos que ha disputado, llegando a enfrentarse incluso a Rusia, contra la que empató 1-1.

Pero el gran reto de Lamouchi al frente de la selección marfileña arranca este martes frente a Togo. Los marfileños viajan a Sudáfrica con la obligación de proclamarse campeón de la Copa de África 2013 y todo lo que no sea levantar el trofeo hacia el cielo de Johannesburgo el próximo 10 de febrero será considerado como un rotundo fracaso. Los Elefantes  claman por un ansiado título que su generación de oro no ha podido lograr. Lamouchi sabe que está obligado a alcanzar la gloria en Sudáfrica por su credibilidad, por Costa de Marfil y, sobre todo, por las 61 víctimas de la tragedia de Abiyán. El país lo necesita.

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Todo sobre la Copa África 2013 en su sección exclusiva

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