Histórico
15 octubre 2012Jose David López

Brasil 2014: Cinco selecciones de moda en el planeta

Los formatos clasificatorios con vistas a citas continentales o mundiales de la actualidad, condicionan en exceso la posibilidad de sorpresa o impacto mayúsculo de selecciones menores. Cierto que la equidad del fútbol global, donde cualquier jugador de nivel tiene opciones de competir a diario en campeonatos o torneos de mayor nivel ha logrado equilibrar mucho las fuerzas entre selecciones que antes eran secundarias y que ahora sufren contra las que hace años eran meros acompañantes. Sigue habiendo grandes diferencias, cada vez mayores si cabe, respecto a las grandes potencias pero se estrechan las distancias en el resto de niveles, lo que vuelve a esperanzar a varios países con el regreso o el estreno hacia una fase final de élite.

Brasil 2014 está siendo una de las fases previas más singulares en deferentes epicentros pues pese a la seguridad que emanan las grandes favoritas, no existen partidos accesibles para aquellos que se encuentran  en el escalón inmediatamente inferior. Esto permite que Colombia vuelva a integrarse entre los grandes atractivos sudamericanos, que Ecuador sea inquebrantable como local rumbo a su segundo mundial, que Bélgica tenga la generación joven más atractiva de Europa, que Rumanía inscriba de nuevo su nombre entre los aspirantes y que Jordania ahora mismo ocupe plaza para su estreno en la fiesta más grande del fútbol. Esa, que se prepara entre grandes semanas internacionales ya en Brasil. Allí llegarán las selecciones más poderosas y alguna de ellas, es ya atracción de moda en estas semanas.

Colombia: Un país que hace dos décadas se asomó con atrevimiento y pasión al mundo del fútbol pero que, en su momento de éxtasis, acabó destrozado por resultados que la mandaron al ostracismo hasta hoy. La legión extranjera de los colombianos es casi absoluta lo que unido a una buena camada de ídolos nacionales, ha reunido una generación joven pero con experiencia demostrada ya en la élite, que goza de competidores bajo la batuta inteligente de un José Pekerman que les ha llevado hasta el segundo puesto de las eliminatorias sudamericanas antes del reto histórico de esta semana ante Argentina (su país). Una demostración de que el café colombiano ha ganado adeptos en las mejores competiciones y busca mayor impacto internacional, es que su receta está bien estructurada y automatizada, pues sigue hablando de jugadores con mucha potencia, de físico imponente y de muchísima batalla, pero perfeccionadas y re-adaptadas al ritmo que exige una mayor competitividad. Tienen un goleador inigualable en la actualidad pues Falcao se ha convertido ya en el mejor ‘nueve’ del planeta y sus goles impulsan una más que atractiva puesta en escena. Armero, Zúñiga, McNelly Torres, Teófilo Gutiérrez o el grandísimo James Rodríguez que ya ilusionan para regresar a un Mundial como antaño.

Bélgica: No ha sido capaz de clasificarse para las últimas cinco fases finales (tres Eurocopas y dos Mundiales), lo que inevitablemente ha trascendido a su banquillo, donde la falta de un referente que encuentre cierta continuidad, ha sido otra ‘merma’ importante. Cierto que los flamencos han dado un paso al frente desde su desesperante condición anónima de las últimas décadas, pero hasta ahora, no habían terminado de ofrecer un rendimiento homogéneo a las altísimas previsiones que demandan y auguran sus cualidades técnicas. Una generación de oro que, unidos en un momento de forma especial y con una proyección análoga, ha revolucionado el mercado de fichajes de este verano, lo que unido a las inversiones realizadas en las tres últimas campañas, generan un once inicial que asciende a 188 millones de euros (mayor aún si ahora mismo citáramos su valor real de mercado, donde llegaríamos a los 250 millones de euros). Capacidad, creatividad, mucha ilusión y un concepto futbolístico armonioso. Pases cortos, asociación, dinamismo, movilidad, mucha presión sobre la salida de balón del rival y velocidad en la transición. Ahora, la situación ha cambiado y es la ideal, como se demostró esta semana ganando en Belgrado con total solidez a Serbia (0-3). Una generación con Hazard, Vermaelen, Vertonghen, Witsel, Dembele o Fellaini, absolutamente única y que debe recuperar a los Diablos Rojos para una cita mundialista.

Ecuador: Hicieron famoso el “sí se puede” con el que inundaron Alemania 2006 en la que era su primera participación mundialista de la historia, una demostración de trabajo, creencia y confianza en sus cualidades. Además, aquella cita repercutió favorablemente en su organigrama deportivo, pues su salto hasta los octavos de final y la alegría que emanaban sus jugadores en cada partido, impulsó la expectación nacional y las inversiones. Una sensación positiva multiplicada con el paso de los años entre sus clubes, que compiten seriamente con los ‘gigantes’ de Sudamérica y representan ya uno de los campeonatos más incipientes del continente americano. Reinaldo Rueda abandera esa confianza en sus valores, pues el físico, fuerza, energía y contundencia ofensiva, suele ser la receta de un éxito que al menos como local es seguro pues los cinco partidos que ha disputado en estas eliminatorias, se han saldado con victorias y un solo gol encajado. En Quito ya han caído Chile o Colombia, por lo que la ilusión se ha desbordado con los goles ‘salvadores’ de Caicedo, la claridad de Ayoví, la habilidad de Saritama o la presión incómoda y constante del ‘Chucho’ Benítez. Toca cumplir de igual manera a domicilio donde, si logra sacar un par de partidos válidos, tendrá billete directo a Brasil 2014 con total merecimiento.

Rumanía: Tres partidos, tres victorias, dos de ellas a domicilio y con la portería aún imbatida. Esa es la carta de presentación que pretende mostrar como prueba de confianza y autoridad la nueva selección rumana del mito de los banquillos del país, Víctor Piturca. El que fuera killer infranqueable y letal en los años 80, abanderado de los mejores años de la selección del este, impulsa por tercera vez el banquillo de una generación a medio camino, que no ha sido capaz de competir en categorías inferiores con aquellos que ahora llegan a la élite y que tampoco ha logrado colocar a sus mejores jugadores en clubes poderosos como antaño. Sin embargo, las dos obligadas victorias iniciales (ante Estonio y Andorra), dejaban un panorama claro ante Turquía en Estambul que ha revitalizado sus esperanzas (0-1 en un partido compacto y muy bien planteado en defensa). Minimizando riesgos, asumiendo la incapacidad para dominar partidos y explotando factores tácticos o contragolpes, los Torje, Stancu, Grozav, Marica o Rat, creen que su alargada sombra ya debe ser superada. Este martes ante Holanda (líder por mejor goal-averaje) en el imponente y renovado Nacional de Bucarest, su reto y test definitivo para creer definitivamente o volver a desplomarse.

Jordania: Solo dos participaciones en Copa Asia (eliminado en ambas ocasiones en cuartos de final) y una puesta en escena en un histórico Mundial Sub 20, demuestran la aparición del fútbol como deporte creciente en los últimos años dentro de un país prácticamente olvidado por la pelota. Sólo cinco de sus jugadores actúan en campeonatos exteriores y sólo uno, el delantero Tha’er Fayed Bawab, lo hace en Europa (en el Gaz Metan rumano). Pruebas de la humildad extrema de una selección que sueña pese a todo con el asalto a una fase final mundialista jamás interpretada como posibilidad real hasta ahora. Ya era una grata noticia haber introducido al fútbol jordano en la fase definitiva de clasificación donde compite con los mejores del continente, pero más aún demostrarse así mismo que el milagro puede llegar a producirse una vez vencido a Australia (2-1 hace algo más de un mes). El duelo ante Oman a domicilio se presume como determinante para que los Al-Nashama (los bravos), construyan su fortaleza.

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