Histórico
19 septiembre 2012David De la Peña

Spartak Moscú: Emery, encontrar recursos ante lo conocido

Cuando el 28 de diciembre de 2004 sonó el teléfono en el domicilio de la familia Emery, en Hondarribia, probablemente el primer pensamiento de Unai Emery fue que se trataba de una broma. El vasco había comenzado jugando con el Lorca el curso 2004/2005, pero sus problemas de rodilla le obligaron a la retirada. Esas navidades, ya como ex-futbolista, las estaba pasando con los más allegados cuando el día de los inocentes recibió la llamada de Pedro Reverte, por aquel entonces director deportivo del Lorca. Pedro le pasó con el presidente, Antonio Baños, que le comunicó que a la vuelta de las vacaciones iba a ser el nuevo entrenador del equipo. El principal artífice del cambio fue Pedro Reverte, y es que tras la retirada, Unai pasaba mucho tiempo con él viendo los partidos del equipo, hablando sobre entrenadores y futbolistas. Los argumentos del vasco convencieron rápidamete y le propuso como primer técnico del equipo.

La vocación de Emery, en cualquier caso, venía de lejos. La prueba es que mientras Unai aún era futbolista, se dedicó a sacar los tres niveles del curso de entrenador en Toledo y Coruña, así que la retirada llegó con el título de entrenador nacional en el bolsillo. Desde enero de 2005, cuando se sentó en el banquillo del Lorca, su carrera ha sido meteórica. Ya en el primer año consiguió ascender al equipo a la segunda división, y la temporada siguiente lo convirtió en la revelación de la categoría, llegando hasta la última jornada con opciones de ascender a primera división. La brutal trayectoria de Unai no pasó inadvertida, y fichó por la UD Almería, al que ascendió en su primer año en primera división. Por si fuera poco, el siguiente curso (su debut en primera), consigue una brutal 8ª posición. El salto se esperaba, y en 2008 firma por un histórico, el Valencia CF, con el que, tras un primer año en 6º lugar, es el eterno tercero detrás de Real Madrid y FC Barcelona los tres siguientes.

Personalmente, creo que no se puede dudar de las aptitudes de Unai Emery. Es cierto que en Valencia le han criticado cierta indolencia en las eliminatorias, y la realidad es que el equipo no ha progresado con firmeza en los torneos de exigencia “mata-mata”, pero también es cierto que una trayectoria en la que, no solo cumplir año tras año los objetivos, si no superarlos con creces en muchos casos, significa una metodología exitosa. Probablemente, víctima de la exigencia de un club que, sin ser Real Madrid o Barcelona, tiene un peso histórico bastante grande, Emery salió este verano de Mestalla con una sensación general de aprobación. A mi, viéndolo desde fuera, me resulta bastante sorprendente, pero la realidad es que para el socio de Mestalla la partida del técnico vasco al fútbol ruso no ha supuesto, en la mayoría de los casos, la sensación de haber sufrido una pérdida importante.

La disponibilidad de Emery fue aprovechada por Valeri Karpin (director general del Spartak de Moscú y antiguo compañero de Unai en la Real Sociedad), para tantearle, y ofrecerle las riendas de un nuevo proyecto en el club más popular de Rusia. El Spartak alcanzó grandes días de gloria en la década de los 90, cuando en el banquillo se sentaba Oleg Romantsev (que además fue durante más de una década máximo accionista del club). 9 títulos de la nueva liga rusa, que se sumaban a las 13 ligas de la Unión Soviética obtenidas antes de la disolución de la URSS. Es decir, Emery ha llegado al club más laureado de Rusia, que sin embargo está inmerso en una grave crisis si nos ceñimos a la obtención de títulos. El último fue la Copa en 2003, logrando el más reciente entorchado de peso en 2001, la liga rusa, y es que las horribles actuaciones del equipo en las Champions 2001/2002 y 2003/2004 ya mostraban el inicio de la decadencia.

Ante esa coyuntura se encuentra Emery, con un pasado reciente que crea una enorme ansiedad a un club histórico, y con el dinero de Zenit y Anzhi que obligan a competir al Spartak de Moscú contra superplantillas. El inicio, quizá mejorable, no ha sido del todo negativo, ya que al 7º puesto que el ocupa actualmente en la Russian Premier League, hay que sumar la clasificación a la UEFA Champions League (tras una eliminatoria bastante dura contra el Fenerbahçe), algo que sin duda era objetivo prioritario del club. El sorteo dejó al Spartak encuadrado en un grupo frente a FC Barcelona, Benfica y Celtic, con opciones reales de acceder a los octavos de final. La primera piedra en el camino será un gran escollo, visitar al subcampeón español en una competición que se caracteriza las últimas temporadas por un gran dominio y protagonismo del equipo culé. Emery ya dejó buenos planteamientos con el Valencia enfrentándose al Barça, y sin duda uno de los alicientes del partido será ver qué decisiones toma el técnico vasco.

Al Spartak le hemos visto en varios registros esta temporada. Siempre partiendo de un 4-2-3-1 o 4-4-2, las propuestas han ido variando dependiendo de los escenarios. Seguramente lo que veamos en el Camp Nou esté bastante alejado de lo que vimos en el segundo tiempo del partido de ida contra el Fenerbahçe, cuando Emery fue muy agresivo, iniciando con un 3-3-2-2 y dándole muchísima altura a sus laterales en ataque posicional. Lo que podemos esperar, es más bien un planteamiento parecido al que utilizó en el partido de vuelta contra los turcos. Aquel día, el Spartak jugó con un 4-4-1-1 muy rígido, que tapaba todos los huecos en defensa posicional, y que se desplegaba con mucha rigidez para facilitar el retorno a sus hombres de banda. Ese día, adelantó a Dimitri Kombarov al medio campo, y jugó con Makeev (habitual lateral derecho) como lateral izquierdo.

Una seña de identidad de los planteamientos de Emery contra el FC Barcelona la última temporada fue ese doble lateral Jordi Alba – Mathieu, que exigía mucho a un Dani Alves habituado a ser muy agresivo en fase ofensiva, hasta el punto de obligar a Guardiola a utilizar en alguna ocasión a Puyol como lateral derecho frente al conjunto ché. Cabe esperar, por lo tanto, un Spartak de Moscú bastante rígido y solidario (probablemente en 4-4-1-1, y tratando de dañar al Barcelona en su perfil derecho. Las opciones de un doble lateral (Makeev-Dimitri Kombarov) o incluso con Kombarov en defensa y McGeady por delante, son las más probables. Lo lógico será ver dos líneas de 4 muy juntas y despliegues muy rápidos por los carriles exteriores, con poca libertad para atacar por dentro de los volantes de banda. La opción de meter un hombre más en medio campo (Källström o Jurado por Ari), cobra sentido para intentar robarle limpieza a las interminables circulaciones interiores del Barça. Sea como sea, la riqueza del partido es indudable: uno de los entrenadores con más recursos de la Champions, como Unai Emery, enfrentándose al quizá, equipo más poderoso del momento.

También te interesa: Spartak Moscú: Unai Emery, en busca de la gratitud o Unai Emery y el enemigo imaginario

Síguenos también desde TwitterFacebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche