Cuestión de dogmas. El Guardiolismo suma otro título más. El Bielsismo vuelve a saborear la amargura de la derrota. Nada que se salga de lo habitual. Con el triunfo en la final de la Copa del Rey el Barcelona corona la mágica etapa de Pep Guardiola al frente del equipo y lo hace con una victoria sin paliativos frente al Athletic Club de Bilbao. Dos goles de Pedrito y otro de Lionel Messi sentenciaron el título para los catalanes en menos de media hora.
Exactamente eso es lo que duró una final sin historia. Media hora y nada más. Fue el tiempo que necesitó el Barcelona para atropellar a un Athletic Club de Bilbao que volvió a pecar de novato. Como le sucedió en la final de la Europa League, los Leones saltaron al césped sin dientes y se hundieron en cuestión de minutos. Les costó entrar a un partido en el que el rival salió a morder desde antes del pitido inicial. La diferencia de actitudes hizo el resto.
Con el paso de los minutos el Athletic Club encontró su sitio en el partido, pero el marcador ya reflejaba un 3-0 inalterable. Los de Marcelo Bielsa, más toscos de lo habitual con el balón en los pies, inquietaron mínimamente a Pinto cuando el partido ya estaba muerto, pero no fueron capaces de maquillar el resultado.
Lo más destacable del encuentro fue la gran actuación de Pedro, quien apura sus opciones para estar en la Eurocopa 2012 y el abrazo de Pep Guardiola a Tito Vilanova que tiene aroma a testigo. Guardiola se va, pero la función todavía no ha terminado. Su legado continúa vivo.
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