Histórico
12 febrero 2012David De la Peña

CAN 2012: Costa de Marfil, los rezos del ‘gigante’

Hace justo 20 años. Esa fue la última y única vez que la selección de Costa de Marfil consiguió levantar el título de Campeón de África. La edición de 1992 se disputó en Senegal, y la final del presente torneo ha estado a punto de ser exactamente la misma que se jugó por aquel entonces, de no haber sido por la sorprendente Zambia y, porqué no decirlo, su dosis de suerte en el partido de semifinales frente al combinado ghanés. Una final entre Ghana y Costa de Marfil disputada el 26 de enero del 92, que Los Elefantes ganarían después de nada menos que 24 lanzamientos desde el punto de penalti, cuando el entonces defensor del Fortuna Düsseldorf, Anthony Baffoe, erró el lanzamiento decisivo.

Dos décadas después, otro error de las Estrellas Negras desde el punto fatídico, esta vez en semifinales y a cargo de Asamoah Gyan, probablemente haya sido el causante de que no hayamos podido ver una final entre las dos selecciones más poderosas del presente torneo. Distinto era el contexto en el 92, puesto que aquella Costa de Marfil campeona era mucho más débil en cuanto a individualidades que el combinado que hoy en día maneja Françaois Zahoui. De hecho, la selección ghanesa partía como favorita, como podía presuponerse con la presencia de jugadores de la talla de Anthony Yeboah, y a pesar de que el gran Abedí Pele se perdiiera la final por estar suspendido. Incluso quienes disputaron el partido por el tercer y cuarto puesto, quizá tenían jugadores de mayor peso, como aquella Camerún que venía de hacer una maravillosa Copa del Mundo en Italia 90, o una Nigeria que contaba con Rashidi Yekini o Mutiu Adepoju.

Aquella selección costamarfileña se centraba en la solidez defensiva y en un bloque que entendió los conceptos europeos, que abogaba por el orden y no se permitía muchas alegrías en el plano ofensivo. Es increíble el paralelismo que podemos establecer con la actual selección, que al mando de Zaouhi, ha hecho que sean estos valores los que primen, tratando de cortar de raíz con los problemas de transición que hemos visto los últimos años en la Copa de África. Sirva como ejemplo que la selección del 92 acabó ganando el título marcando tan sólo 4 goles, y no concediendo ni un solo tanto en toda la competición. La actual selección, 20 años después, se mete en la final con mejores registros goleadores, cierto, puesto que han alcanzado 9 cotejos, pero de igual manera jugarán el partido decisivo sin haber recibido un solo gol.

A pesar de que en ese sentido si podemos establecer similitudes, en cuanto comparamos una y otra plantilla entendemos que no se trata de la misma situación en absoluto. Es más, probablemente Zambia tenga más de aquella Costa de Marfil, y esta Costa de Marfil, más de aquella Ghana. El bloque que formaban Los Elefantes no tenía, ni mucho menos, el brillo que de hoy en día. A nivel mediático quizá los jugadores que más peso tenían eran Joël Thiéhi, delantero titular de un Le Havre recién ascendido a la primera división francesa, o Didier Otokoré, centrocampista ofensivo de un Auxerre que sí solía disputar competiciones europeas. Al margen de ellos, casi todos desconocidos para el gran público, de hecho el gran torneo de algunos, como Serge Maguy, hizo que un año después saliese de África para acabar fichando, aunque jugando muy poco, por el Atlético de Madrid.

Desde luego, el equipo que entonces dirigía Martial Yeo, nada tiene que ver con el elenco de estrellas que tiene en sus manos Zaouhi. El hecho de que un futbolista como Doumbia, con cifras arrolladoras en el CSKA de Moscú (en la temporada regular de la liga rusa hizo nada menos que 24 goles en 30 partidos), sea suplente, define perfectamente la situación. No obstante, la opinión generalizada es que esta selección no luce todo lo que podría teniendo en cuenta los efectivos que tiene. Zaouhi prescinde de un punta, utiliza solo a Drogba y puebla el centro del campo, probablemente para huir de ese mal endémico que hemos visto año tras año en el torneo: Equipos partidos y partidos descontrolados, de mucha ida y vuelta.

En este contexto, la selección costamarfileña ha venido utilizando un 4-5-1 donde la salida de balón ha sido bastante espesa, costándole al equipo mucho ofrecer dinamismo. Ni Tioté ni Zokora han dominado la base de la jugada y la selección ha ido ganando los partidos gracias a su gran pegada, y a la aportación de dos hombres de primerísimo nivel: Yaya Touré y Drogba. Si bien es cierto que esa fase de salida era muy pesada, una vez el equipo conseguía, al menos, establecerse en campo contrario, la presencia de los hombres de Manchester City y Chelsea multiplicaba las opciones. Fabulosos en sus recepciones, han tirado del equipo y yendo de menos a más se han convertido en los grandes activos del equipo en esta fase final.

Así pues, hoy Costa de Marfil disputa su partido más importante desde que en 2006 perdiera la final de la CAN ante Egipto, en lo que sería el comienzo de ese lustro de dominio de Los Faraones en el fútbol africano (además de esa, ganaron las dos siguientes ediciones), para desesperación de una generación de mucho nivel en Los Elefantes. Partido que les enfrentará a una sorprendente Zambia donde todo lo que no sea conseguir su segunda Copa de África, sería un fracaso mayúsculo. Veremos si un equipo diseñado para competir logra alzar el trofeo más importante del continente negro a nivel de selecciones 20 años después. En aquel mes de enero del 92, los rezos de los costamarfileños a los dioses del fútbol fueron escuchados, y el débil pudo con el fuerte. Hoy, a buen seguro, los rezos serán para que esos mismos dioses, no escuchen los de los zambianos.

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