Histórico
24 enero 2012Daniel Cana

Copa del Rey: Mirandés CD, carretera y gloria

Viajar con el equipo a otra ciudad. Por carretera, si la distancia más o menos lo permite, la misma noche, regreso a casa, el trabajo y/o las obligaciones diarias y domésticas reclaman su cuota de rutina. Casi cualquier aficionado al fútbol ha experimentado en alguna ocasión esa sensación de pertenencia a unos colores en cancha ajena, el cansancio de un día entero dando tumbos por ahí, la alegría y satisfacción por la victoria, el orgullo indisimulado si se dio derrota.

Pero lo que nunca han tenido que hacer esos esforzados hinchas es, además, jugar el partido en cuestión. Pablo Infante, el extremo burgalés del Mirandés, gran protagonista de la exitosa trayectoria de su equipo por la Copa del Rey, recorre cien kilómetros al día para entrenar. En la anterior eliminatoria, octavos de final, contra el Racing, Infante no viajó a Santander para jugar el partido de vuelta hasta tras terminar su jornada laboral en el banco para el que trabaja en Quincoces de Yuso, Burgos, y regresó inmediatamente tras el partido. Entre ambos viajes, marcó el gol del empate que certificaba el pase a la siguiente ronda.

La pasada semana, a falta de seis minutos para el final, el Mirandés ganaba 0-2 en Cornellá-El Prat, ante el Espanyol, golazo de Infante, el segundo, mediante. Sin embargo, entre un comprensible bajón físico final y la discrepancia de criterio arbitral, factores que muy a menudo son los únicos que diferencian a un buen y motivado equipo de Segunda B de los suplentes de un conjunto de Primera, el marcador quedó establecido en un 3-2, expectante para el partido de vuelta de esta noche.

El entrenador del Mirandés, Carlos Pouso, ni quiso resguardarse tras el árbitro ni tampoco pretende aprovechar la euforia. Su equipo es líder de grupo en Segunda B, aspira al ascenso y es un competidor sólido. Si consigue remontar ese gol de desventaja, lograría ser el segundo equipo de la historia en presentarse en semifinales de la Copa del Rey desde la tercera categoría del fútbol nacional. Antes solo obtuvo tal honor la UE Figueres, en 2002, cuando cayeron ante el Deportivo Coruña tras eliminar a Teruel, Córdoba, Novelda, Osasuna…y al FC Barcelona de Charly Rexach. Está difícil, pero lo que ya ha conquistado el Mirandés es el respeto de la Copa del Rey, ese torneo maltratado por los directivos, aprovechado por los equipos grandes solo cuando les conviene, pero siempre dignificado por los modestos.

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