Histórico
20 noviembre 2011Jose David López

MLS: Good Bye, Beckham

“Viví para afrontar desafíos en mi carrera y nuevas experiencias. Espero que dentro de unos años el fútbol se convierta en el deporte más importante en USA. Sólo soy un jugador más que intenta aportar lo que aprendió al lado de los mejores”. Correcto y académico, dos palabras siempre hermanadas a David Beckham, fueron su carta de presentación el día que oficializó su marcha a la MLS. Argumentos sólidos, motivantes y ambiciosos que encontraban críticas elementales pues, arrastrado por su eterno poder mediático-comercial, la puesta en escena comenzaba en plena campaña liguera y aún como jugador del Real Madrid. Aquella famosa video-conferencia, sin precedentes aún hoy, fue el adiós definitivo del inglés (con 31 años) no sólo al fútbol español, sino al que reclama el verdadero interés competitivo.

La respuesta inmediata de Fabio Capello (entonces entrenador blanco) fue tan rápida como contundente: “No va a jugar más. Va a entrenar pero no jugará. La decisión es ir a Los Ángeles, siempre fue un gran profesional pero un jugador que tiene un contrato tan importante con otro club no puede hacer esto”. Apartado, arrinconado en solitario y pagando el único ‘pecado’ en su larga trayectoria, su salida parecía impropia de un icono ‘galáctico’. Su trabajo incansable y una serie de presiones exteriores, motivaron que el entrenador italiano reculara, trastocara su plan y acabara celebrando la Liga con la unión del vestuario y los gritos de un Santiago Bernabéu que completó la fiesta en aquella mítica noche de domingo ante el Mallorca. Fue un adiós ideal, con título bajo el brazo. Una sensación que hoy, Becks pretende emular en la final de despedida de la MLS.

Cinco años de irregularidad, de maniobras comerciales, de intereses financieros y de suculentas etapas dejándose caer por Europa (en cesiones al Milan). Precisamente en San Siro, sufrió uno de sus mayores lastres, cayendo lesionado de gravedad (en el talón de Aquiles e incluso perdiéndose por ello el Mundial) y ampliando el número de detractores a su alrededor. Siempre le criticarán que  apenas participó en 84 de los 152 partidos que debió haber sumado en el cuadro angelino (en 2009 y 2010, participó en más partidos con los rossoneri que con los angelinos), que recibió un promedio de 595.238 dólares por partido (118,76 dólares por segundo) y que, al menos hasta este domingo, no reflejó en títulos tanto reclamo global. Y es que desde 2007, Beckham se garantizó unos ingresos de 250 millones de dólares por la venta de camisetas y entradas.

En el césped, frialdad hasta este último año de contrato, donde ha ofrecido su mejor versión (mucho ayudó la ignorancia de Capello desde la selección inglesa), recibiendo el premio a “jugador con mejor recuperación” y acumulando a falta de un partido, la nada despreciable cifra de 18 goles. Fue segundo en asistencias en la liga con 15 y ha confeccionado el mejor mediocampo del campeonato con Donovan y Juninho como escuderos intocables.

A su alrededor, el balance es mucho más positivo pues aportó interés generalizado por un deporte que abandona poco a poco el anonimato en el gigante americano. La apuesta de Los Ángeles Galaxy pronto se vio recompensada, pues alcanzaron un valor de 100 millones de dólares. Pero quienes más deben agradecer el ‘Efecto Beckham’ son los propios organizadores y mandatarios de la MLS, que desde la temporada que viene recibirá anualmente diez millones de dólares por derechos televisación (a cargo de NBC). Cifras que reflejan un crecimiento exagerado entre los estadounidenses que, con un promedio de casi 18.000 espectadores por partido, logró superar datos de la NBA o NHL. Y “todo esto es por David”, decía esta semana Tim Leiweke, dueño del Galaxy.

Beckham arriesgó y con él, llegaron estrellas para dar potencial y crédito al campeonato, ahora mejor respaldado que nunca por Henry, Márquez, Keane, Donovan o Rost, y que abre ya sus puertas a Lampard o Ballack. “Aportó muchísimo al fútbol estadounidense”, defendió el seleccionador americano, Jurgen Klinsmann. “Subestimé totalmente la fuerza de su fama. Me parece interesante que cuando David llegó a la liga hace cinco años, muchos especialistas mencionaban que estaba en el ocaso de su carrera. Ahora, cinco años después, nadie comenta eso y tiene ofertas nuevamente de muchos grandes clubes europeos”, dijo Don Garber, comisionado de la MLS.

Este domingo (lunes a las 03:00 de la mañana en España), Los Ángeles Galaxy se enfrentarán en su estadio a los Houston Dynamo (curiosamente clubes ambos de un mismo dueño, Phillip Anschutz) en una final de despedida donde Beckham buscará su primer y único título en suelo yankee antes de un futuro aún de incógnito. El final de una aventura que “volvería a repetir”. Good Bye Becks.

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