Una delicada situación personal que por desgracia, reflejará opiniones desagradables los próximos días, ha vencido a la personalidad de un grande del fútbol. Gary Speed apareció ahorcado este domingo en su domicilio de Chester, destrozando al fútbol galés que capitaneaba como seleccionador y que ahora llora a uno de sus mitos. Imagen del fútbol inglés puro, físico y castizo de los 90, defendió con todas sus fuerzas las camisetas de Leeds, Everton, Newcastle, Bolton y Sheffield United.
Siempre será icono en Elland Road, donde ganó el último campenato antes de renombrarse en Premier, personaje sin igual en St.James Park y amigo de todo aquél que haya podido disfrutar de sus 677 partidos en 22 años de profesión. Hace sólo dos años se retiraba para pasarse al banquillo pues era incapaz de abandonar el fútbol. Duro domingo galés. DEP.