Histórico
27 septiembre 2011Francisco Ortí

Nápoles: Cavani, ‘o surdato ‘nnammurato

Con motivo del Nápoles-Villarreal recordamos un artículo que ya publicamos cuando los dos equipos se enfrentaron la pasada temporada en UEFA Europa League.

El stadio San Paolo se pone en pie. El Nápoles está ganando y goleando a la Juventus por 3-0. En la grada se ha desatado la pasión. Unos gritan, otros saltan, algunos simplemente aplauden sin lograr reaccionar. En un segundo esa locura desenfrenada se transforma en canción. “Oje vita, oje vita mia…/ oje cor ‘e chistu core…/ si stata ‘o primmo ammore… /e ‘o primmo e ll’ùrdemo sarraje pe’ me!”. Las estrofas pertenecen ‘O surdato ‘nnammurato (El soldado enamorado), una canción hasta ahora reservada al d10s napolitano Diego Armando Maradona.

Sobre el césped el protagonista de la victoria escucha emocionado el himno que le dedica la curva. “Las lágrimas asomaron a mis ojos, es un honor que a uno le aclamen de esta manera“, confesó tras el encuentro quien se ha coronado como nuevo ídolo de los partenopei. Ese no es otro que Edinson Cavani (Uruguay, 1987), el hombre que ha conseguido ganarse el corazón de Nápoles en apenas seis meses a base de goles y hat tricks como el que logró contra la Juventus el pasado nueve de enero.

Su rendimiento contra la Juventus no es una excepción, si no la continuación de la sobresaliente temporada que está protagonizando este delantero uruguayo de origen italiano. Es el Capocannoniere (máximo goleador) de la Serie A con 20 goles en 25 partidos, mantiene al equipo en el segundo puesto de la clasificación y su imagen empapela las paredes y balcones de Nápoles. La ciudad sureña se ha enamorado de él, recordando -salvando las distancias- la situación vivida a finales de la década de los ochenta cuando Diego Armando Maradona vestía la celeste napolitana.

Aunque Edinson Cavani poco tiene que ver con el mito argentino. Ni dentro ni fuera de los terrenos de juego. En el campo, El Matador -así le apodan- destaca por un portentoso físico, un olfato de gol acentuado, un compromiso inquebrantable y un remate de cabeza, literalmente, letal. Cada vez que un balón sobrevuela el área rival, Cavani se convierte en manada. Busca el centro con una fuerza sobrehumana, desatando todo su poderío físico y acostumbra a rematar independientemente del número de defensas que tenga enfrente. Es la fuerza en estado puro.

Toda esa ‘furia’ se transforma en paz cuando abandona el césped. Cavani es un hombre profundamente religioso. Es Atleta de Cristo y miembro de la Iglesia Evangelista Pentecostés. “Doy gracias a Dios, que me ayuda cada día, por todo esto que estoy viviendo”, agradece el delantero uruguayo. Está casado con Maria Soledad a la que conoció “gracias al Señor” cuando militaba en el Danubio, de Montevideo. Además de en el Danubio, también ha militado en el Palermo, club que le contrató tras su inolvidable actuación en el Sudamericano Sub’20 de 2007 en el que marcó 7 goles en 9 encuentros.

De hecho, el Palermo posee sus derechos. El Nápoles incorporó el pasado verano a Cavani en condición de cedido y con una opción de compra de 16 millones de euros. La suma es demasiado alta -con Aurelio De Laurentiis no se puede descartar nada- pero en San Paolo sueñan con poder retener a su nuevo ídolo. Mientras tanto, Cavani no descansa. En su punto de mira está el Milan, líder de la Serie A y, sobre todo, el Villarreal, contra quien se enfrentará este jueves en dieciseisavos de la Europa League. Será un partido digno de Champions League y, aunque no sonará el famoso himno de la máxima competición de clubes, no faltará la música. San Paolo aclara su garganta para cantar a su soldado enamorado. Oje vita, oje vita mia…

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