Histórico
16 junio 2011Jose David López

Peñarol-Santos: Los nombres de la Final Libertadores

El Centenario rememoraba las mejores noches en la historia carbonera, se había vestido sus mejores túnicas y espoleaba a sus muchachos con pasión desorbitada. Peñarol se sabía inferior, entendía que sólo un mal partido de Santos y una marcha intensiva más que su rival, le iba a poder dar opciones. Los santistas, con muchas bajas sobre todo en defensa, anteponían su teoría de superioridad con la tranquilidad de quien sabe que todo se iba a decidir en Pacaembú. Y entre riesgos no tomados y poca claridad charrúa, algo esperado, el primer capítulo de la final nunca terminó de romperse, ni de disfrutarse.

Neymar: Desde que la subasta por el joven astro brasileño comenzó a ser mediático para los medios españoles, las noticias y curiosidades en torno a él se han multiplicado. Sin embargo, Neymar sigue sorprendiendo en cada cita y, por desgracia, no siempre positivamente. No soy el mayor defensor del de Mogi das Cruzes, pero anoche el primer foco que lo encuadró, lo hizo en el suelo. No es que lo hubieran derribado, sino que la ‘picaresca’ también está en su repertorio. Una amarilla por su interpretación y un par de detalles con la pelota en los pies, fue el único bagaje que los madridistas sacaron de su ‘madrugá’ sudamericana.

Martinuccio: Ha sido la gran revelación de esta Libertadores, el hombre decisivo en el ataque uruguayo y el único elemento diferenciador respecto al argumento plano que reina en los planes de Diego Aguirre. Pero con la marca bien ajustada y sin posibilidad de lanzar contras, su protagonismo se ve reducido casi por completo. Tal fue su desesperación que cambió dos veces de botas, buscando una adherencia que no llegaba en sus pies y que, para desgracia local, tampoco visitó su cabeza. Sabe que fracasó.

Darío Rodríguez: No hay defensor de mayor experiencia e intimidación en toda la Copa Libertadores que la que representa el ex del Schalke. No tuvo problemas para controlar su sector con solidez y solvencia, además, se unió una vez tras otra a cada jugada a balón parado. Una especialidad que sí ha venido aprovechando hasta la fecha pero que no pudo explotar el día más deseado. Y no fue por falta de opciones porque el comodín carbonero tuvo dos clarísimas. Una se le marchó por alto y la segunda, apenas a un metro de la portería de Rafael, no la contactó con furia y fue blandita y sin amenazas a los santistas.

Durval: Cuando el 75% de la línea defensiva habitual está ausente por lesión en una finalísima de esta entidad, toda la responsabilidad recae sobre quien más experiencia soporta. Y en el caso del zaguero brasileño, esa capacidad de liderazgo se vio incrementada ante la necesidad. Muricy le dio galones y, fuerte en la marca así como solvente a la hora de adelantar su línea, evitó peligros en uno de los mayores males endémicos de santos hasta la fecha. Hizo progresar y convencer al casi ‘novato’ Bruno Rodrigo y aunque en la Vuelta tendrá sus acompañantes habituales, fue él la figura del partido que marcó el paso hacia el título.

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