Independiente Rivadavia de Mendoza y Patronato de Paraná, se enfrentaban en un partido muy equilibrado y clave para mantenerse en el Nacional B argentino. Gonzalo Bazán, centrocampista local, dispara desde el mediocampo sorprendiendo a todos pero, desde luego, al colegiado. La pelota impacta en el larguero, rebota en la espalda del arquero Sebastián Bértoli y, finalmente, traspasa claramente la línea de gol.
Sin embargo, la acción no fue vista de igual manera por el árbitro Luis Álvarez, nada ayudado desde luego por su asistente Mariano Balinco. Una situación insólita, sorprendente e irrepetible que calentó muchísimo el ambiente. Al final, Independiente ganó (3-0) y logró salvarse del descenso pero la sospecha siempre quedará instalada ya en Mendoza. “No cobramos el gol porque no lo vimos, no estamos autorizados a hablar”, dijo el colegiado al finalizar el partido. ¿Recordáis algo similar?
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