Histórico
1 marzo 2011Jose David López

Butler Träume DFB-Pokal (Duisburgo-Cottbus)

Las competiciones coperas se convierten de tanto en cuando en la salvación mediática para aquellos equipos humildes que buscan su gloria a la sombra de los gigantes nacionales. Los favoritos, siempre incomodados por el calendario, apenas valoran la opción hasta no adentrarse en fases decisivas y rotan constantemente sus jugadores para evitar cansancios en épocas de máximo estrés competitivo. Alemania, ese paraíso financiero y ambiental en cada rincón donde se respire fútbol, también es un fiel exponente de la equidad y explotación de su segunda competición nacional. Su formato de eliminatorias directas a un solo partido, encuentra seguidores y genera sorpresas como para que este martes, dos humildes que ven el fútbol desde el segundo escalón, escriban su propia historia.

Duisburgo y Energie Cottbus han roto cualquier pronóstico pre-fijado para la ya mítica DFB-Pokal, pues gracias a la imprevisibilidad de sus sorteos, han logrado asegurar la presencia de un club de perfil bajo en la finalísima del próximo 21 de mayo. Sólo una maniobra sin respaldo oficial hacia los favoritos y sin favores teledirigidos, fue capaz de otorgar una semifinal copera con Bayern-Schalke (se enfrentan este miércoles) y otra completamente opuesta, la del Schauinsland-Reisen-Arena. Allí, buscando recompensa a tantas tardes de emociones coperas y de sorpresas a base de humildad, estarán dos de los fieles exponentes de la magia de la DFB. Los allí presentes, como siempre, han tenido que romper barreras, olvidarse de su inferioridad y protagonizar heroicidades futbolísticas. Hoffenheim, Wolfsburgo, Friburgo, Kaiserslautern y Colonia, actualmente clubes de Bundesliga, quedaron por el camino. Es su noche, la de su Butler Träume (sueño copero).

Curiosamente, pese a su perfil de equipos humildes y ascensores en las últimas décadas, ambos ya saben lo que es tocar el título copero. En 1997, el Cottbus alcanzó la finalísima para perder contra el Stuttgart (2-0) y justo un año después, la sorpresa la daba el que será esta noche su enemigo, un Duisburgo que también cedió en la fase decisiva ante el poderoso Bayern en una choque disputadísimo (2-1). Repitieron hasta tres veces más pero la fortuna no estuvo de su lado. Hoy, la realidad es paralela en ambos clubes pues sus metas de poder ascender a la Bundesliga, el reto que han venido consiguiendo con irregularidad en los últimos años, están latentes y pueden cumplirse. Un solo punto les distancia en la Bundesliga 2, situándose a apenas cinco de colocarse en zona de ascenso, aunque con clara prioridad para lo que pueda otorgarles esta DFB, paso previo a la final y a la Europa League (si en la otra semifinal el Bayern vence y, como es probable, se mete en puestos Champions, la plaza del finalista copero sería matemáticamente de Europa League).

No sería la primera vez que un club del segundo nivel germano, representa al país en Europa pero no por ello deja de ser un auténtico milagro, algo imposible de proclamar en la mayoría de países del continente. Las cebras del Duisburgo, equipo simpático, que descendió hace dos años y que cuenta con instalaciones de primer nivel (usadas por la selección italiana en Alemania 2006), buscó unirse a la progresión futbolística del país con la construcción del moderno Schauinsland-Reisen-Arena. Más de cien años de historia, un sub-campeonato en 1964 (con el mito Helmut Rahn como estrella) y aún poseedor de la mayor goleada a domicilio de la histora del fútbol alemán (un 0-9 al Tasmania Berlín), contribuyen al encanto de una de las aficiones más calientes del país.

El Energie Cottbus, club del este de Alemania casi fronterizo a Polonia (está a apenas 75 kilómetros), vivió una difícil progresión económica como la mayor parte de las regiones pertenecientes a la ex República Democrática Alemana. Aún hoy, ostenta uno de los niveles de riqueza más bajos del país a pesar de las constantes subvenciones del gobierno federal. Llegó a ser también subcampeón de la extinta Oberliga en 1973, debutó en Bundesliga en el año 2000 y aguantó tres campañas en la élite, siendo desde entonces un ascensor casi anual. Curiosamente, es el equipo de la actual canciller, Angela Merkel.

La presencia de ambos en estas semifinales ha impedido que sus retos ligueros hayan tomado mayor solidez y han cedido terreno en las últimas jornadas. La posibilidad de ser campeones de Copa es un premio que supera cualquier expectativa previa aunque llegan con problemas. El Duisburgo no tendrá a uno de sus mejores jugadores, el defensa internacional Sub 21, Julian Koch (cedido por el Dortmund). El llegador Sahan, el delantero austriaco Maierhofer y su compañero, el serbio Baldjak, son los argumentos más peligrosos de un equipo con grandes conceptos ofensivos que le han permitido ser el equipo menos goleado de su categoría. El Cottbus, todo lo contrario, mucho más ofensivo y segundo club más goleador de su categoría. Eso sí, el rumano Emil Jula, uno de sus delanteros clave, será duda por problemas físicos. Atención por tanto para el chino Shao Jiayi, especialista a balón parado, así como al máximo goleador de la Bundesliga 2, el canterano Nils Petersen. Todo, para escribir su historia, la del fútbol modesto soñando con noches como la que hoy disfrutan. Que les quiten lo ‘bailao’…

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