Nos nos acordaremos de que el Manchester United demostró tener de nuevo ese ‘plus’ competitivo que le hace sacar su mayor experiencia en partidos de máxima tensión. Tampoco será una noche memorable pese al acierto de Alex Ferguson en intentar y conseguir frenar la mayor capacidad asociativa del Arsenal en su medular. Y, desde luego, pese a que Rooney falló un penalti en el que ha sido su mejor partido este curso (así de complicado ha sido su última etapa), pocos se acordarán de que le llegó gracias a la debilidad de un Clichy que hace aguas esta campaña.
En ese esquema y en una dinámica donde el Arsenal desperdició media hora de partido que el united aprovechó para sentar las bases de su victoria posterior, destacó la energía sobre el talento y la energía sobre las dudas. Wenger movió su banquillo pero, adelantando líneas, el United supo leerlo y debió aniquilar sus esperanzas con varias contras increíblemente erradas (1-0).
Se repite, y ya van once partidos sin ganar a los ‘grandes’ de la Premier, el tropiezo Gunner y la supremacía de los Red Devils pero, sin dudas, la noche será recordada probablemente porque debutó Wojciech Szczesny (2o años y futuro meta titular en el Emirates). Es, por tanto, el volver a empezar para el Arsenal. Crear, progresar y tropezar.
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