Histórico
25 noviembre 2010Ariel Judas

México: La distorsión de los play-offs

Cruz Azul campeón tras trece años de sequía. Con siete puntos de ventaja sobre su perseguidor más cercano. Con autoridad. Con un ratio goleador inusual en el fútbol de México. De eso deberíamos estar hablando si el Torneo Apertura hubiera finalizado diez días atrás, con la disputa de la última jornada del certamen. Al contrario de lo que acontece en una gran parte de los países latinoamericanos la primera división azteca selecciona a su campeón a través de una Liguilla Final. Y la Máquina Cementera, una vez más, ha sucumbido a la llamada Maldición del Superlíder y a las primeras de cambio fue eliminada en la postemporada. Una fase de la competición que deforma y resta valor e importancia al trabajo realizado durante los 17 partidos del tramo regular de la liga.

En el calendario de la máxima categoría del fútbol mexicano se disputan dos certámenes; el Apertura y el Clausura. De estos torneos participan un total de 18 equipos, agrupados en tres zonas con media docena de participantes cada una. Tras las 17 jornadas de la temporada regular (que se disputa en la modalidad de todos contra todos) acceden a la Liguilla Final los dos conjuntos que mayor cantidad de puntos han acumulado en cada uno de los tres grupos más los dos mejores posicionados en la clasificación general, exceptuando a quienes han finalizado como líderes o escoltas de cada una de las zonas.

Monterrey y Santos Laguna por el Grupo 1, América y San Luis por el Grupo 2, Cruz Azul y Jaguares de Chiapas por el Grupo 3. Y Pachuca y Pumas de la UNAM como séptimo y octavo dentro de la clasificación general. Esos son los ocho equipos que, tras la finalización de las 17 jornadas, clasificaron a los play-offs del Apertura mexicano. El sistema competitivo de la FEMEXFUT empareja en cuartos de final al primero de la clasificación general con el octavo, al segundo con el séptimo, y así sucesivamente.

En la mayor sorpresa de lo que llevamos de certamen Pumas eliminó el pasado fin de semana a Cruz Azul, el mejor equipo del semestre. Tras imponerse por 1-2 en el encuentro de ida, la Máquina Celeste cayó por 0-2 en su estadio el sábado pasado. Más allá de la inconsistencia que el club que entrena en La Noria evidencia cada vez que últimamente alcanza una final o instancia de decisión, y más allá del hecho objetivo de que todos los equipos conocen las reglas de juego de este tipo de certamen, creo que es válido remarcar el alto grado de injusticia y distorsión que aporta los play-offs (al menos de la manera en la que ahora mismo están estructurados) aportan al fútbol mexicano.

Analicemos las estadísticas de uno y otro equipo. Cruz Azul ganó 12 partidos, empató 3, y perdió 2. Pumas, en cambio, se impuso en 7 encuentros (solo uno de ellos en condición de visitante), igualó en 4 ocasiones y fue derrotado en 6 compromisos. Los Cementeros anotaron 33 goles en la temporada regular, y recibieron 13 tantos (+ 20). El equipo universitario, por su parte, marcó en 23 ocasiones en la temporada regular, aunque su arco fue vencido 24 veces (- 1). Pese a este notable contraste entre el comportamiento de uno y otro equipo en las 17 fechas de certamen, la diferencia de un gol en el emparejamiento de cuartos de final permitió a Pumas dejar en el camino a Cruz Azul.

El actual sistema de competición de la máxima categoría en México no premia a los equipos que más se esfuerzan en la fase inicial del campeonato. A efectos de ganar el campeonato, de poco sirve finalizar en la primera posición de las primeras 17 jornadas si el Superlíder no cuenta con algún tipo de ventaja o protección en la Liguilla Final. Así como los play-offs parecen encajar perfectamente con el espíritu de deportes como el baloncesto o el béisbol, su relación con el fútbol es decididamente más traumática. La Major League Soccer (que acaba de concluir su temporada 2010) y el campeonato que nos ocupa en este análisis son los dos ejemplos más acabados de las injusticias que se reflejan en una definición de este tipo. Parece poco probable que la MLS decida abandonar la decisión del título en postemporada, aunque el comisionado Don Garber se ha comprometido a revisar y mejorar el sistema en el futuro cercano. En México tal vez sí podamos esperar un cambio más radical. América Latina parece haber comenzado una progresiva transición hacia formatos de liga similares a los que se encuentran en la zona UEFA, y tal vez la FEMEXFUT decida sumarse a la corriente que hoy lideran Brasil y Chile.

En caso de que las autoridades del balompié mexicano decidan mantener los play-offs dentro de sus campeonatos creo que los equipos verían con buenos ojos que al ganador de la temporada regular se lo premiara de alguna manera. Por ejemplo, con la clasificación directa de ese conjunto a la final del certamen. De otro modo, equipos absolutamente del montón -como lo es Pumas en esta ocasión- seguirán teniendo la oportunidad de competir en igualdad de condiciones y eliminar con un golpe de suerte a los mejores.

Tras protagonizar el batacazo del pasado fin de semana, Pumas se mide hoy al Monterrey, en el encuentro de ida de las semifinales del Apertura 2010. Los Rayados -el segundo mejor equipo de la clasificación general- estuvo a punto de ser eliminado el domingo por el Pachuca, un equipo que llegó a la Liguilla Final con lo justo. En la otra semifinal, el América (verdugo en cuartos de final del San Luis) recibirá en el Azteca al Santos Laguna, vencedor en la ronda anterior de Jaguares de Chiapas.

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