Histórico
14 octubre 2010Ariel Judas

Nada se pierde, Luxemburgo se recicla

Hace apenas unos días, visiblemente perturbado por el momento que le tocaba vivir, Vanderlei Luxemburgo aseguraba al despedirse del plantel del Atlético Mineiro que le gustaría tomarse un tiempo alejado de los banquillos del fútbol brasileño para poder reciclarse. Al mando del Galo el técnico ha sumado su tercer fracaso consecutivo en la liga más importante de Sudamérica, luego de no haber obtenido títulos nacionales en sus más recientes pasos por el Santos y el Palmeiras.

Luxa es el único entrenador que ha conseguido ganar en cinco oportunidades el Brasileirâo, y eso le convierte en poco menos que una leyenda viviente en su país. Casi nadie pone en duda su capacidad como estratega y como elemento catalizador de grandes proyectos. Digo casi porque hay un murmullo -casi sordo, en estado de clandestinidad aún- que reverbera en los estadios, en las reuniones de torcedores y en los medios de comunicación, y que sugiere que Vanderlei tal vez haya perdido el toque. Más allá del puñado de torneos estaduales que ha obtenido en las últimas temporadas, Luxemburgo no se ha adjudicado un título de liga desde el 2004, en una de las tantas ocasiones en las que pudo dirigir al Santos.

Ese rumor debe haber llegado al de Nova Iguaçu, quien rápidamente puso fin a su período sabático. La implosión que se ha creado en el Flamengo desde la asunción de la presidente Patrícia Amorim acaba de dejar en la calle a Zico -hasta ahora director ejecutivo- y al entrenador Paulo Silas. Y puso a Luxemburgo en una situación privilegiada para volver a trabajar en un club al que considera su casa, y por el que ya ha pasado en dos oportunidades como técnico. Al ex coach del Real Madrid le deben zumbar los oídos cada vez que alguien recuerda que se vio obligado a abandonar a una plantilla de lujo como la que tiene el Atlético Mineiro en posiciones de descenso directo esta temporada, y que no supo gestionar su vínculo con los jugadores y la directiva del Palmeiras en 2009. Son juicios y estadísticas que hieren su orgullo y dañan su récord profesional.

Por eso Vanderlei aceptó casi sin dudar el ofrecimiento del Rubro-Negro. Aún a costa de tener que regresar a la Gávea en solitario -sin la presencia de su cuerpo de colaboradores habituales-, tal vez cobrando menos de lo que venía ganando últimamente, y asumiendo el riesgo de que con solo una decena de jornadas por delante hasta la finalización del Brasileirâo pueda quedar marcado como el técnico que envió a la Segundona al equipo más popular del país.

Luxemburgo, temeroso de perder su sitial de honor, ha optado por reciclarse a la fuerza y en medio de un ambiente dramático. Si logra torcerle el brazo a la dinámica negativa y a la irregularidad endémica del Fla en esta temporada 2010 volverá a posicionarse para volver a ser en 2011 uno de los principales actores de la liga. Las vacaciones, la reflexión, el sosiego, la posibilidad de reinventarse. Todo puede esperar para un profesional que nota que su prestigio puede haber quedado dañado tras las dos últimas temporadas en blanco. La primera escala del tour de force se saldó con victoria (2-0) ante el Atlético Goianiense, uno de los cuatro que intentan huir de las posiciones de descenso y la segunda, en avaí, dejó un reparto (2-2). Una de las mayores vacas sagradas del Brasileirao comienza a reconstruirse.

Síguenos también desde Twitter y Facebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche