Histórico
15 agosto 2010Jesús Camacho

Vicente Miera, un seleccionador olímpico

El 24 de mayo de 1991 Vicente Miera sucedió a Luis Suárez en el cargo de seleccionador nacional. Era vox pópuli que su figura acabaría al frente de la selección española puesto que Vicente Miera había hecho un gran trabajo como segundo en la recordada etapa de Miguel Muñoz al frente de la selección. Por ello su nombre apareció con fuerza como posible sustituto de Don Miguel, un cargo al que finalmente no accedió en aquel otro momento porque la FEF dirigida por Ángel María Villar se decantó por la figura de Luis Suárez. En cambio su momento llegó posiblemente en el periodo más delicado para los intereses de la selección nacional absoluta.

En todo caso y sobre la figura de Vicente Miera solo se pueden extraer conclusiones positivas pues siempre fue un entrenador muy honrado y respetado, tremendamente trabajador, que innovó desde su trabajo como técnico en el fútbol español. Cuentan que dirigiendo al Langreo en Tercera, puso en práctica algo que no se llevaba en España por aquella época: el stage de pretemporada. Luego en el Oviedo siguió trabajando con sus nuevas ideas, implantando los entrenamientos de mañana y tarde e intentando siempre que sus futbolistas se adaptaran lo máximo posible a la vida profesional.

Su debut como seleccionador de España se produjo el 4 de septiembre de 1991 en un partido España-Uruguay, pero lo verdaderamente importante era que España afrontaba en aquellos momentos una complicada situación en la clasificación para la Eurocopa de Suecia de 1992, que estaba tremendamente cuesta arriba. Miera aceptó el reto e intentó retomar la senda positiva pero no logró remontar el rumbo de la selección, que certificó su eliminación perdiendo en Islandia -2 a 0- y acabando con la imbatibilidad histórica de Sevilla contra Francia.

Además el presidente de la FEF no confiaba demasiado en la figura de Vicente Miera como seleccionador absoluto -tenía a Javier Clemente en la recámara- por lo que solo llegó a dirigir la absoluta durante ocho partidos. Y tras sobrevivir a numerosos rumores de cese a finales de abril de 1992, finalmente el 12 de junio de ese mismo año fue sustituido como seleccionador absoluto por Javier Clemente, pasando a ocuparse de la dirección de la selección olímpica desde el 1 de julio de 1992.

Y resulta enormemente paradójico el hecho de que el destino, tan esquivo en cuanto a éxitos con la absoluta, le colocó en el lugar adecuado y en el momento preciso para convertirse en el seleccionador que reportaría la mayor alegría al fútbol español en muchos años. Y eso que no lo tuvo nada fácil puesto que el recuerdo del fracaso de España como anfitriona en 1982 sobrevolaba constantemente sobre su cabeza.

La presión era grande y en el Luís Casanova en el primer partido había solo media entrada, pero los chicos de Miera fueron capaces de generar ilusión y ya para el tercer partido el estadio estaba lleno, una circunstancia que no abandonó a la selección hasta la final.

En aquella Olimpiada, Vicente Miera siguió aportando ideas de su cosecha pues fue el primer entrenador que incorporó con éxito la figura del psicólogo deportivo dentro de un cuerpo técnico: Jesús García Barrero que trabajaba para el Sporting. Tampoco sería justo que olvidáramos la figura de Ladislao Kubala, que ejerciendo como ayudante de Miera se sacó de encima todos los sinsabores que tuvo que vivir en su dilatada etapa como seleccionador absoluto.

Don Vicente dirigió de forma magistral a la que pasó a la historia como “La Quinta del Cobi”, una selección repleta de talento: Toni; Juanma López, Lasa, Solozábal, Abelardo; Guardiola, Luis Enrique, Ferrer, Berges; Kiko  y Alfonso, aunque hubo bastantes variaciones y jugadores como Paco Soler o Amavisca también aparecieron en varias alineaciones.

Un equipo que no hizo soñar y regalarnos la única alegría en muchos años, cuando el 8 de agosto de 1992 y en el Camp Nou consiguió la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona, tras derrotar en la final a Polonia por 3-2.
En definitiva puede que deba calificarse como transitorio su trabajo al frente de la selección absoluta pero sería tremendamente injusto calificar de la misma manera la aportación de Don Vicente a la historia de la selección española, puesto que primero fue un pilar básico en el organigrama técnico de Miguel Muñoz y luego llevó a la selección olímpica española a uno de los escasos y mayores éxitos históricos que ha reportado el fútbol a nivel de selección al panorama deportivo nacional.

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