Histórico
27 agosto 2010Jose David López

Benítez y un Inter continuista

Viendo el vaso medio lleno, el paso de Rafa Benítez por el Liverpool fue deportivamente un tortuoso camino de luces y sombras. Su rotundo éxito casi nada más aterrizar, con la Champions 2005 y aquella noche de épica remontada en Estambul, le otorgó un enorme margen para crear un proyecto a largo plazo en Anfield. Llegaron jugadores de renombre, logró colocar a los Reds de nuevo en la élite continental tras perder su lugar en los años 90 y fue capaz de aumentar el valor económico del club y de su plantilla. Tuvo plenos poderes y siempre contó con posibilidad de invertir en grandes jugadores pero prefirió rodearse de aquellos en los que creía (pese a las críticas), algo que acabó por dejarle al margen e imposibilitado ante los gigantes de la Premier.

Sin ser capaz de llevar el título nacional a las vitrinas, algo que es ya una obsesión, su salida estaba casi sellada al final de la campaña pasada pero su destino se convirtió en un reto de lo más apetecible. Y es que a pesar de que muchos catalogan su etapa Red como un claro ejemplo de decadencia en su carrera, el caché del técnico español está muy por encima de especulaciones, pues de entre todos los entrenadores del planeta, el campeón de Europa, el Inter, no dudó en ofrecerle el banquillo del equipo que acaba de ganarlo absolutamente todo. Un desafío que ya arrancó con la Supercoppa de este pasado sábado y que se cruza con el Atlético dentro de un año clave para nuestro entrenador más internacional.

Benítez no ha tardado absolutamente nada en adaptarse al ritmo y a la vida en Milan pues, sin ir más lejos, ya habla perfectamente el idioma (una de las muchas cualidades del míster es que es capaz de hablar cinco idiomas), lo que refleja seriedad e ilusión a raudales. No se pueden sacar muchas conclusiones de su estilo aunque la previsión es que el Inter, su nuevo vestuario, va a cambiar muy poco respecto al de Mourinho. Si una idea triunfa, encuentra estabilidad y coordina perfectamente el equilibrio dentro del club, es una locura querer arriesgarse a cambiarlo. Uno de los pocos detalles que sí pueden trastocarse es la posición de Samuel Etoo, que ha pedido personalmente estar más cerca del área y no ser el jugador sacrificado que Mourinho usaba para presionar y desfondarse como extremo. En su primera cita oficial, Rafa le otorgó más espacios sin arrancar desde tan atrás y, por lo pronto, anotó dos goles y fue la estrella ante la Roma para sumar el primer título de la nueva era.

Y es que si Mourinho demostró ser un maestro de la táctica y aprovechar las cualidades de un equipo físico, potente y poderoso en ataque a base de empujones, con Benítez el cambio es mínimo. Si algo ha destacado al madrileño es su facilidad para encadenar buenas actuaciones personales en jugadores menos cualificados y, por el contrario, lograr que ofrecieran un desempeño adecuado para sus lecturas tácticas. Y esto en el país de los estudiosos tácticos por naturaleza, en un entorno donde nadie le va a discutir sus alternativas destructivas ni sus cambios en pro de la seguridad en torno a su portería, es el sumun de la comodidad. Al luso se le discutía, solo lejos de Italia, su falta de atrevimiento en partidos de máxima exigencia aunque siempre apareciera con varios jugadores ofensivos algo que, quizás ahora, Benítez abogue por clonar a pesar de no ser muy de su estilo.

Julio César seguirá siendo intocable bajo palos, la base de liderazgo del dúo Zanetti-Cambiasso es inalterable y en ataque, como se vio el sábado y se prevé, seguiremos viendo a tres delanteros con uno más centrado como único punta. Materazzi mantiene su rol de capitán del vestuario, se liquidó a un embarullado Balotelli, se logró mantener en plantilla a jugadores determinantes como Maicon o Sneijder (rompen el hermetismo de los esquemas italianos) y hasta Moratti parece haber entendido que el mercado de fichajes no siempre es necesario. El Inter de Benítez no ha fichado prácticamente nada, sólo ha retocado su futuro con el brasileño Coutinho y el joven Biabiany, así como gratuitamente asegurarse el suplente de nivel tras la retirada de Toldo con Castellazzi. Movimientos todos ellos inteligentemente guiados y alejados de la locura de cheques de otros veranos (sólo queda situar a los muchos cedidos). Puede haber más o menos éxito pero la fórmula de Mourinho tiene un perfecto clon en Rafa Benítez. El continuismo llegó a Meazza.

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