Histórico
24 junio 2010Francisco Ortí

Ozil y la mutación germana

Durante muchos años el barrio de Kreuzberg creció aislado del resto del mundo. Rodeado en su mayor parte por el muro de Berlín, desarrollar sus propias tradiciones y una cultura alternativa.  Una vez caído el muro, el barrio abrió de nuevo sus puertas. Quizás como compensación por sus muchos años de reclución Kreuzberg se convirtió el epicentro de movimientos políticos y sindicales, al mismo tiempo que abrazaba otras culturas con la continua llegada de ciudadanos extranjeros. En la actualidad, la masiva inmigración de origen turco ha cambiado el nombre del barrio en el imaginario alemán, y se le ha rebautizado como la Pequeña Estambul.

Kreuzberg recoge gran parte de la inmigración turca en Alemania, pero su caso puede extrapolarse al resto del país. Los analistas económicos idean teorías apocalípticas sobre el perjucio que la incesante llegada de ciudadanos turcos podría provocar en la economía y costumbres del país. Otros, por el contrario, lo ven como un ejemplo de progreso. En el terreno puramente futbolístico no hay lugar a debates, la inmigración otomana ha cambiado el rostro de la Selección de Alemania. Para mejorarla.

La tradición marca que el prototipo de futbolista alemán es alto, corpulento y predispuesto al juego físico. El inolvidable Mehmet Scholl rompió aquellos arquetipos durante la década de los noventa. Actualmente, el testigo del ex jugador del Bayern de Munich lo ha recogido otro futbolista de origen turco Mesut Ozil. Un físico liviano,  dos ojos hundidos enmarcados por prominentes ojeras y su sonrisa melancólica aportan a Ozil un look de adolescente enfermo que bien podría encajar en la iconografía de Tim Burton. No responde al estereotipo de futbolista alemán, pero es el nombre propio de la Mannschaft.

Y lo es por el soberbio golazo que firmó en el Alemania-Ghana y sirvió para que los de Joachim Low sellaran la clasificación para octavos de final. Hasta la llegada del momento glorioso, Ozil estaba moralmente herido. Rendía a buen nivel ante los ghaneses, pero su orgullo había quedado marcado por un mano a mano fallado ante Kingson. “Fallé una oportunidad muy clara de haber logrado el 1-0. Fue un mal trago, tengo que aprovechar ese tipo de ocasiones“, lamentó tras el encuentro. Ese fallo le hubiera convertido en el centro de las críticas si Alemania hubiese sido eliminada, pero Ozil se rescató a sí mismo con una obra de arte. Corría el minuto 60 cuando recibió el antipático Jabulani en la frontal del área rival. Lo domó con mimo y, acto seguido, lo instaló en la escuadra de la portería ghanesa.

Lo único que hice fue disparar a puerta“, sintetiza Ozil con la humildad del genio. Su gol clasifica a octavos de final donde le espera otro histórico del fútbol como Inglaterra. Será un duelo de los llamados a convertirse en inolvidables. Una oportunidad para convertirse en eterno que Ozil no quiere desaprovechar y así también deshacerse de la fama de jugador intermitente.  Ante Inglaterra, la Mannschaft dependerá en gran medida de su jugador menos alemán. La poderosa Alemania dependerá de su inmigración turca, de los frutos del pequeño barrio de Kreuzberg.

Todos los Videos en Engancha TV

Síguenos también desde Twitter y Facebook

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche