A veces las dudas se generan en entornos donde no deberían existir y donde sólo crecen por los balanceos exteriores. Cuando una idea funciona, ha demostrado fiabilidad y cuenta con los mejores intérpretes, parece absurdo dejarse desestabilizar porque en un mínimo descuido, la maquinaria vuelve a funcionar y a exhibirse.
El Barcelona superó ese bache ‘de medios’ y goleó con autoridad y estatus de campeón de Europa a un Stutggart que fue lo que se esperaba, un rival menor instalado en una altura que le supera enormemente. No estaba Xavi, se decidió que Ibrahimovic (por aquello de mayor movilidad y no tanta presencia fija en ataque), guardara sitio en el banco y así, con latigazos de Messi, Pedro y hasta el balsámico de Bojan, el Barcelona festeja su pase a cuartos (4-0). No había temores lejos de allí pero este Barcelona sigue estando en su salsa, la del campeón de Europa.