Histórico
31 marzo 2010Jose David López

El Barcelona brilla y se apaga en el Emirates (2-2)

Se recuperó a Ibrahimovic con dos goles, se consiguió esa presión que en el fútbol moderno marca diferencias, los carrileros encontraron pasillos para dar profundidad, la distribución fue fluida y, aunque tras varios intentos, también se logró pegada. No escribiré en mayúsculas porque estropearía el diseño pero esta noche he visto (durante unos 60 minutos) al mejor Barcelona de toda mi vida. Nadie en el fútbol que hoy nos ocupa sería capaz de emular algo como lo logrado esta noche en el Emirates, sólo algo deslucido por una fase final donde el orgullo Gunner se reactivó casi por casualidad.

Cuartos de Champions, un equipo arrolla, apabulla, crea, organiza, presiona y silencia una catedral como el Emirates, incapaz de dar aire a los suyos y cuyo paso por los graderíos pasó totalmente inadvertido. Sólo una arrancada de Walcott en la segunda mitad les levantó hasta que, con el guión cambiado, Cesc logró de penalti (expulsión de Puyol por el camino) lo que parecía imposible, sobrevivir. El Arsenal solucionó en parte una noche negra donde primero Arshavin se marchó lesionado, Gallas le acompañó después y Cesc vio la amarilla que le impedirá estar en el Camp Nou.

Fuera de elogios, en lo estrictamente deportivo, el Barcelona se dejó llevar en el momento menos oportuno, tras uno de los mayores correctivos jamás vistos a estos niveles. Lo peor, el resultado, que debió ser muchísimo más abultado pero que deja un mínimo resquicio a la esperanza de los ‘Wenger Boys’, más incrédulos e inocentes que nunca, aunque con orgullo de ‘gigante’. El choque de virtuosos previsto sólo tuvo un intérprete, pero lo aprovecharon los dos.

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