Histórico
5 marzo 2010El Enganche

¿Debe permitirse la paradinha?

El fútbol evoluciona desde su base. El balón, la capacidad técnica de quienes lo interpretan y las sensaciones que desprenden con sus movimientos han progresado hasta un punto donde, algunas de estas acciones, rozan la ilegalidad y hasta generan debates morales. No es una acción totalmente nueva y vanguardista de nuestros días pero la famosa ‘paradinha’ también ha evolucionado hasta un punto donde se cuestiona su licitud.

El gran Didí la inventó y Pelé, el maestro de todos, la popularizó en los 70. El mismo aseguraba que era “una obra de un genio o de un loco” pero lo cierto es que, aunque con cuentagotas, muchos jugadores se han atrevido a probar tan polémica ejecución en los penaltis. Sutileza y fatuidad para unos, espectáculo puro para otros. Quizás porque el fútbol brasileño se vincula más a estos últimos, surgen con mucha facilidad acciones de debate, ya que desde la promesa Neymar al consagrado Fred y hasta Ronaldo, han llevado a cabo esta dudosa práctica en sus últimos lanzamientos desde los once metros.

Todos ellos han fomentado la controversia y pese a que Joseph Blatter aseguró hace unos meses que los días de la ‘paradinha’ estaban contados, sus palabras no han hecho sino ayudar a que esta ejecución roce el esperpento. Según las leyes FIFA, en la página 41, sólo se obliga a que el lanzamiento sea hacia delante. Los colegiados saben que ese tipo de lanzamientos no son totalmente legales pues dan un ‘extra’ de acierto al jugador en contra del portero, que queda ‘vendido’. Los últimos ejemplos son un auténtico disparate que ha suscitado este debate que compartimos con vosotros. ¿Debe permitirse la paradinha?

José David López: Como sucede en tantos puntos abiertos a la interpretación del árbitro, la paradinha no tiene una regla que actúe de verdad absoluta. Las leyes FIFA obligan a los jugadores que lancen penaltis a hacerlo siempre hacia adelante (como ocurrió con el gol de Cruyff con ayuda de un compañero cuando jugaba en el Ajax) y, por tanto, es lícito. Otra cosa es, desde luego, que esa aprobación general se aproveche desde el punto de vista del lanzador, que lleva al límite su ejecución hasta rozar el desprecio al rival. Si el colegiado lo estima así, lo anulará. Creo que, más allá de eso, la paradinha exagerada da una ventaja determinante al lanzador por encima del portero, que no es más que una ‘marioneta’ en manos de un árbitro que no realiza bien su trabajo. Por tanto, o salvamos estas ‘paradinhas’ con una regla general o la abolimos definitivamente.

Francisco Ortí: Siento discernir de mis dos compañeros, pero en mi opinión la paradinha es una estrategia que no debería permitirse en un lanzamiento de penalti. Evidentemente, todo es cuestión de matices. No es lo mismo que un jugador realice un amago durante la carrera a que se pare justo antes de lanzar. Una vez iniciado el movimiento hacia el balón debería ser continuado y sin paradas, del mismo modo que el portero debe aguantar sobre la línea y no avalanzarse sobre el jugador. El futbolista ya tiene demasiadas ventajas sobre el portero en una pena máxima como para que encima queramos darle más.

José Mendoza: Sí que deben permitirse. El penalti es un juego mental entre el jugador que va a lanzar y el portero. Se permiten muchas cosas mientras el balón vaya hacia delante y el portero se mantenga sobre la línea, como por ejemplo, que el propio guardameta se mueva sobre la línea, tal y como hizo Dudek en aquella final de Champions Milan-Liverpool. La ‘paradinha’ no deja de ser una artimañana arriesgada y no definitiva, pues si el portero se queda en el centro, le puede resultar contraproducente al lanzador. Es un arma más del arte más emocionante del fútbol.

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