En un partido abierto, muy vistoso y donde la imprecisión defensiva fue el arma intimidatoria, el Real Madrid volvió a caer en Lyon por la mínima (1-0). Un solitario pero rentable gol del camerunés Makoun nada más iniciarse la segunda mitad, obligó a los de Pellegrini a adelantar líneas y buscar el empate con tanto ahínco que incluso pudieron salir peor parados del Gerland. La defensa blanca estuvo muy dubitativa y Xabi Alonso fue superado en la medular, dejando en las individualidades de Cristiano, Kaká o Higuaín, que tuvieron sus ocasiones, todo el arsenal ofensivo. Tocará remontar en el Bernabeu porque la maldición gala del Real Madrid sigue abierta.
16 febrero 2010