Histórico
16 diciembre 2009Francisco Ortí

El Barcelona salva el primer obstáculo

busquetsSegún la mitología griega, Atlante era un titán que fue condenado por Zeus a mantener sobre sus hombros los pilares que separaban la tierra del cielo. En Abu Dabi el encargo le vino demasiado grande. El Atlante mexicano quiso trepar por los pilares para alcanzar el olimpo de los dioses del fútbol eliminando al Barcelona y hubo un momento en el que pareció que era capaz de lograrlo, pero en su ascenso se encontró con un dios como Lionel Messi, que no estaba dispuesto a permitirlo.

El Barcelona sorteó con más apuros de los esperados su primer escollo en su misión por llevar el Mundial de Clubes a las vitrinas del Camp Nou. Los azulgrana tuvieron que recurrir a su Balón de Oro para acabar derrotando al descarado Atlante (3-1) y ganarse el billete para la final del torneo, donde les espera el Estudiantes de La Plata argentino. Tras una primera parte gris, los azulgrana mejoraron en la segunda mitad y pasaron por encima de un rival más peligroso del que presumía su historial (ver video al final del post).

Los de Guardiola aterrizaron en Abu Dabi el pasado lunes con la ansiedad que despertaba lograr un título que nunca había logrado el Barcelona en toda su historia. Desde la sala de prensa los jugadores habían mostrado su total compromiso con la necesidad de ganar el Mundial de Clubes y en no caer en pecados de confianza. Ante el Atlante tocaba traducir las palabras en hechos sobre el terreno de juego, pero lo primero que encontraron fue una cura de humildad.

A las primeras de cambio, un simple saque de puerta llovido del cielo perforó con facilidad la defensa del Barcelona -en la que Márquez fue titular por sorpresa- y permitió a Rojas adelantar a los mexicanos en el marcador tras sortear a Víctor Valdés con un esforzado sombrero. El tanto de los aztecas no cambió el rictus de Pep Guardiola, quien ya tenía asimilado que el camino hacia el título no iba a estar marcado por una alfombra roja.

Peor sentó el gol en contra a los jugadores azulgrana. La respuesta del Barcelona fue intensa en los instantes posteriores al tanto mexicano, pero con el paso de los minutos su fútbol se tornó gris y facilitó las tareas defensivas al Atlante. Con Iniesta y Xavi poco inspirados, e Ibrahimovic estático, el Barcelona olvidó como moverse sin balón para abrir huecos y centró su peligro en las ocasiones a balón parado. La superioridad física de los españoles sobre los mexicanos era evidente y los culés quisieron aprovechar la circunstancia para arreglar el entuerto. Busquets mostró el camino en una ocasión que estuvo a punto de entrar, y poco después lo supo aprovechar para devolver la igualdad al marcador.

La segunda mitad prometía un nuevo ataque aéreo del Barcelona, pero entonces sucedió algo. Leo Messi saltó a calentar a la banda. Ese gesto valió para que la grada enloqueciera y el Barcelona recuperara la alegría. Su entrada posterior al terreno de juego fue definitiva para firmar la postrera victoria. El argentino desechó la escala de grises en la que se estaba moviendo el Barcelona, devolvió el color a su fútbol y el primer balón que tocó lo alojó en el fondo de la portería mexicana. Fin del partido.

Con ventaja en el marcador el Barcelona se convirtió en el dueño absoluto del balón. El Atlante recibió un golpe anímico del que no se supo recuperar, y los azulgrana jugaron a placer para deleite del público. La guinda final la puso el siempre sorprendente Pedrito firmando el 3-1 y convirtiéndose en el primer jugador en la historia que logra marcar en seis competiciones a lo largo de un año. Al Barcelona le costó más de lo esperado, pero le sirve para evitar excesos de confianza de cara a la final como sucedió en el 2006.

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