Histórico
20 noviembre 2009Jose David López

Lágrimas financieras en Alkmaar

dsbHace varios años que el fútbol se convirtió en un fenómeno económico para aquellos multimillonarios ansiosos por una diversión extra en sus lujosas vidas. Estos intrusos del deporte no pensaron en coches deportivos ni en mansiones hollywoodenses sino en invertir parte de los ceros de su cuenta corriente en un club que, por supuesto, pudiera devolverle el favor multiplicado con el paso de los años. La gran mayoría de estos jeques, magnates o economistas, alcanzan ya una fama mundial pese a ser odiados por muchos de los amantes del fútbol, un mundo que les sigue viendo como seres sin escrúpulos cuyo único ‘honor’ fue borrar los recuerdos del club con un simple cheque. Sin embargo, no todas estas opulentas celebridades buscaban gloria personal, y así quedó reflejado en Alkmaar, epicentro de operaciones de Dirk Scheringa, el héroe de un AZ que ahora llora su desplome económico.

El dueño del actual campeón holandés (logró la Eredivisie después de una campaña espectacular) también es fundador y consejero delegado del DSB Bank, empresa especializada en el crédito a particulares que ayudó al AZ a progresar en los últimos años. No es que su aportación motivara la llegada de grandes jugadores a la pequeña localidad holandesa pero sí fue determinante en el crecimiento como entidad profesional ya que la llegada de Scheringa facilitó la construcción de un nuevo estadio y una base organizativa en torno a un equipo muy trabajado en los despachos y formado por jugadores en plena progresión deportiva.

Todo ello mezcló sensaciones positivas que culminaron con el brillante título liguero del pasado año, lo que originó el debut del AZ en la Champions League. El entorno, la plantilla, la hinchada y las grandes tardes de fútbol que se vieron en el coqueto DSB Stadion, presagiaban la continuidad de un club que rivalizaba cara a cara con los tres ‘gigantes’ nacionales que dominan la competición históricamente. Una nueva atracción.

Sin embargo, pese a las grandes vibraciones que parecían pronosticar estos éxitos, la crisis que está reventando el mundo tal y como lo conocíamos, se ha llevado por delante al banco DSB, declarado en quiebra por el tribunal de Amsterdam. La entidad afrontaba graves dificultades debido a la retirada masiva de depósitos por parte de los clientes y estaba bajo la tutela del Banco Nacional holandés desde que la crisis empañó su salud. Ahora, las autoridades financieras holandesas han anunciado que comenzarán una investigación para aclarar las circunstancias del desplome de la institución financiera. El banco sufrió un ‘palo’ de imagen cuando una asociación de perjudicados por créditos inmobiliarios de mala calidad saltó a escena, logró gran trascendencia en los medios y motivó a los clientes a retirar nada menos que 600 millones de euros de sus cuentas en apenas diez días.

Este desplome ha tenido consecuencias directas en la actualidad deportiva del club pese a que la directiva aseguró en todo momento que la situación del DSB no perjudicaría porque la entidad bancaria ha hecho todos los pagos para esta temporada. La realidad habla de un equipo que ha caído en picado en las últimas semanas y es octavo en la Eredivisie a nada menos que 16 puntos del líder Twente. Fruto de este revés el club ha perdido su patrocinador (el tribunal le prohibió publicitar el DSB en sus camisetas y sigue sin encontrar uno nuevo), deberá cambiar el nombre de su estadio en menos de dos meses y mira al futuro con alarmas pues el hundimiento total puede confirmarse a final de campaña cuando quizás se cumplan los peores presagios que hablan ya de su desaparición. Como os podéis imaginar, esta situación se llevó por delante al gran Scheringa, que dimitió de su cargo hace dos semanas.

El equipo, que intenta aislarse de tales previsiones, no levanta cabeza, empató de nuevo este domingo ante el Feyenoord y sus estrellas parecen destinadas a buscarse un nuevo cobijo en verano (Dembelé, El Hamdaoui o Sergio Romero suenan ya en el mercado), aunque su paciencia ante el problema será determinante para que un nuevo comprador (el club está tasado en 35 millones de euros) vea opciones rentables en el club a la hora de invertir. El primer paso para ello debe ser que los de Ronald Koeman, que está defenestrando las opciones del AZ cada semana con sus planteamientos tácticos, logren al menos la tercera plaza en Champions (ya que acceder a la siguiente fase es tarea milagrosa) y busquen renacer en una Eredivisie que ha perdido la chispa de su campeón. Después, sólo quedará esperar…

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