Histórico
24 noviembre 2009Francisco Ortí

El Barcelona ahoga al Inter

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No aparecieron los goles con sabor a reivindación que prometía Samuel Eto’o. Tampoco la inteligente pizarra de José Mourinho dio señales de vida. Ni siquiera Luis Figo causó revuelo en el palco. En definitiva, no se vio al Inter de Milán en el Camp Nou. El Barcelona y, sobre todo, su excelente presión eclipsaron todo lo que estuviera pintado de nerazzurro. Una victoria culé (2-0) disfrazada de normalidad, pero que suena a suspiro de alivio.

Los culés obtuvieron una victoria necesaria que les permite coger aire con el que apagar el temor de una temprana eliminación de la Liga de Campeones. Los tres puntos del Camp Nou sumados al empate del Rubin ante el Dinamo de Kiev (0-0) dejan a los azulgrana como líderes del grupo y virtualmente clasificados para los octavos de final. Sólo una debable mayúscula en Ucrania impediría a los de Pep Guardiola continuar vivos en su lucha por revalidar el entorchado europeo.

El Inter de Milán saltó al Camp Nou vestido de ogro. A Los nerazzurri se les había dibujado como el verdugo del orgullo europeo del Barcelona, que podía caer eliminado en la primera fase de la Liga de Campeones por primera vez en mucho tiempo. Los culés, huérfanos de la magia de Messi e Ibrahimovic, no llegaban en su mejor estado de forma, ni el partido en el momento más oportuno. Una cita de tal calibre como lo es un duelo ante el Inter y con urgencias clasificatorias no es el mejor aperitivo para el clásico ante el Real Madrid.

Pese a todo, los jugadores del Barcelona lograron abtraerse de todo lo que le rodeaba para centrarse únicamente en lo que sucediera durante noventa minutos sobre el césped del Camp Nou. Hipermotivados, los culés ahogaron desde el primer minuto a un Inter de Milán que se vio sorprendido por el impetu local. En los primeros compases del encuentro los nerazzuri se desdibujaron y fueron incapaces de superar la excelente presión ideada por Guardiola.

El supuesto duelo entre titanes se convirtió en un monólogo azulgrana. El Inter estaba ahogado. El Barcelona lanzado. A los 10 minutos el marcador ya reflejaba la superioridad local después de que Gerard Piqué mandara a la red una jugada ensayada de saque de esquina. Thierry Henry peinó el centro en el primer palo para que el prolífico central apareciera libre de marca en el segundo palo para inaugurar el resultado.

El gol de Piqué no apagó la euforia azulgrana. El Barcelona no bajó el ritmo de la presión y el Inter de Milán no encontró el modo de escapar de ella. Julio César sufría un asedio y a los 25 minutos tuvo que volver a recoger el balón del interior de su portería tras una sensacional jugada colectiva culé. Pedro fue el encargado de materializarla, pero el gol nació desde muy atrás, con una jugada horneada a fuego lento.

El partido quedó sentenciado. En la segunda mitad, el Barcelona dio un paso atrás y se dedicó a defender con el balón en su poder. El Inter tampoco se lo intentó robar. Eto’o, exiliado en el área rival, apenas entró en juego. Mourinho, perplejo, no supo como tomar la iniciativa en un encuentro que se le escapaba de manera irremediable. Fue una debacle interista en una gran noche europea del Barcelona.

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