Histórico
4 octubre 2009Francisco Ortí

Un beso contra los problemas

1253099873978_besoTodos los conflictos políticos del mundo se solucionarían con relaciones sexuales”. La cita no pertenece a un filósofo, a un analista de la actualidad ni a un político en un intento desesperado por ligar. Su autor es Barney Stinson, el afamado teórico y mujeriego protagonista de la telecomedia Cómo conocí a vuestra madre. La alocada teoría del repertorio de Barney fue idea como un mero chiste, pero por lo visto es completamente cierta. Al menos en lo que a Honduras se refiere.

Un beso ha bastado para que en Honduras hayan olvidado la delicada situación política que atraviesan desde el Golpe de Estado llevado a cabo contra Manuel Zelaya. Los problemas no se han solucionado, pero al menos han desaparecido durante unos días en los que el beso entre dos futbolistas acapara cualquier debate. Orlin Peralta y Bryan Beckeles, jugadores del Vida (curioso hasta el nombre), son los protagonistas de la más ardiente información en Honduras y el centro de la polémica en el país.

El conflictivo beso tuvo lugar durante el encuentro en Vida y Deportes Savio. Orlin Peralta abrió el marcador para Vida y lo celebró propinándole un apasionado beso a su compañero Brayan Beckeles. La imagen pasó inadvertida en un primer instante, pero horas después fue distribuida por los principales medios de comunicación de Honduras, generando una fogosa polémica. La reacción más sorprendente, sin embargo, fue la de los propios protagonistas. Conscientes de la polémica que habían suscitado, cuando fueron preguntados por el beso lo negaron categóricamente.

Estoy un poco molesto por lo publicado y más por la foto. Yo sé que en ningún momento he besado a mi compañero, ni jamás voy a besar a ningún hombre como yo. Creo que todo es un malentendido. Hasta la gente que estaba ahí se dio cuenta de que no fue un beso”, explicó Beckeles en el diario La Prensa de Honduras.

La reacción de los besucones jugadores resulta curiosa negando lo evidente. Ellos sólo quieren escapar de la polémica sin darse cuenta de que con un simple beso han conseguido eliminar por unos días todos los problemas nacionales. Con ello queda demostrado que la teoría de Barney Stinson funciona. Así que será mejor que le escuchemos. Por lo pronto me acojo a la Ley Limón y me marcho.

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