Histórico
23 septiembre 2009Jose David López

Manu, Craig y los malos modales

bellamy-2Hace unos años que la mística que rodeó históricamente todo lo relacionado con el fútbol inglés está en entredicho debido a la llegada en masa de jugadores extranjeros que han perdido el respeto por la tradición británica. Ese cambio, reflejado en la actitud de muchos futbolistas en acciones concretas durante un partido, generó polémicas por quejas ante los colegiados (algo que antaño no podía ni imaginarse), críticas por ‘piscinazos’ y un sinfín de cruces de declaraciones en la prensa, que se ha convertido en el más fiel compañero del ‘morbo’ comercial en el que se ha convertido la Premier League cada fin de semana.

Todo ello ha desembocado inexorablemente y como si de un camino previsible se tratara, en un aumento terrible de la rivalidad (por la mala interpretación de la misma) donde todo está permitido y donde la grandeza se mide en absurdeces. Aquellas que se empeñan en recalcar jugadores sin educación y cuya única meta es crear polémica lejos del espectáculo de un fútbol que se desvanece al son de sus maleducados ‘profesionales’. Si quienes aseguran que en Inglaterra está el mejor futbol del mundo quieren mantener ese alto caché, deberían liquidar de inmediato las salidas de tono que han dado la vuelta al mundo en estas dos últimas semanas. Adebayor y Bellamy ya saben de qué va este ‘circo’.

Antes de que el singular Enmanuel Adebayor se dedicara a increpar a aquellos seguidores que hace menos de un año le aplaudían en el Emirates Stadium y de que su extravagancia superara cualquier acto de grosería antes visto, el togolés llevaba un inicio de campaña sencillamente espectacular en lo deportivo. Un gol por partido desde que se vistiera de citizen era suficiente reflejo de alegría en lo personal y más que plausible bagaje para enfrentarse a su ex equipo, del cual salió, curiosamente, por cuenta propia y sin reclamar un esfuerzo económico a sus viejos dirigentes. Esa carrera contrarreloj sin sentido (por mucho que quiera justificarlo), con la lengua fuera y con el único objetivo de crear polémica, encendió aún más la rivalidad entre los ‘grandes’ de la Premier y alimentó la dinámica anti-City que existe desde que el jeque Mansour despertara a los celestes hace unos meses con su economía petrolífera.

Ese desprecio que ha despertado en muchos rincones ingleses la nueva factoría del City Stadium volvió a reflejarse con notoriedad este fin de semana en el derby más apasionante y vibrante de los últimos tiempos. Manchester volvió a temblar con el clásico entre ‘vecinos’ y si no había suficiente con el regreso de Tévez a Old Trafford o con los pulsos burlescos entre Hughes y Ferguson, otro carácter endemoniado entró en escena.

Graig Bellamy, viejo veterano de la Premier y perfecto ejemplo de la camorra lejos del césped entre los jugadores ingleses (ha sido acusado tres veces de agresión a mujeres y se ha visto inmerso en dos revueltas violentas en pubs), quiso poner la nota desagradable a la fiesta (4-3) cuando, ni corto ni perezoso, agredió a un aficionado que había saltado al terreno de juego. No pidió explicaciones, soltó la mano y luego a rendir cuentas. Poco antes, como ya sucediera con Adebayor, había mostrado toda su calidad con dos golazos que evidencian su capacidad, la misma que tiró por la borda cuando volvió a dejarse llevar por esos instintos violentos que están aflorando en la Premier a ritmo de infarto.

Dos tardes de gloria futbolística, dos partidazos, dos cracks (cuando quieren) que vuelven a enmarcar el volumen y el talento de un campeonato irrepetible que, pese a todo, por culpa de aquellos que no entienden que espectáculo no es sinónimo de controversia, sigue nutriendo de daños al otrora inmaculado fútbol inglés.

Contacta con El Enganche




Nuestras redes sociales

 

Contacta con nosotros

Puedes ponerte en contacto con El Enganche a través de este formulario.

Envíanos tus consejos, dudas, quejas o sugerencias para ayudarnos a mejorar. Rellena el formulario y haznos llegar tu mensaje. #yosoyenganche