Histórico
28 agosto 2009Francisco Ortí

El Barcelona también se apunta la Supercopa

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Deleitando, sufriendo o regalando jugadores al equipo rival. El Barcelona gana títulos de cualquier modo. Por la Supercopa de Europa tocó sufrir. Los de Guardiola –que ha ganado todos los títulos que ha disputado desde un banquillo- aparcaron su carácter virtuoso y se enfundaron el mono de obrero para derribar el firme muro defensivo que levantó el Shakhtar Donetsk frente a su portería. Los culé batallaron hasta el final, y en la segunda parte de la prórroga apareció Pedrito para adjudicarse el quinto título consecutivo de los azulgrana.

Desde el comienzo del encuentro las cartas se repartieron boca arriba. El Barcelona sería el dominador absoluto del esférico y el Shakhtar se encerraría en la frontal de su área. La estrategia le funcionó a la perfección a Lucescu y desarmaron a los azulgrana, a los que les faltó profundidad en los últimos metros. En el centro del campo el dominio catalán era total, pero les resultaba imposible acercarse con peligro al área rival.

Zlatan Ibrahimovic volvió a mostrarse incómodo y desubicado, retrasando en exceso su posición para entrar en juego y dejando huérfano el papel de nueve goleador que tan bien interpretaba Samuel Eto’o. Sin un hombre referencia en el interior del área, a las internadas de Messi o a los pases interiores de Xavi le amputaron un definidor. Mientras tanto, del Shakhtar apenas hubo noticias en ataque. Los ucranianos se limitaron a defender y se olvidaron de visitar las inmediaciones de Valdés.

En la segunda mitad el guión no varió. El Barcelona continuaba sobando el balón a la espera que se abriera una fisura en la defensa del Shakhtar o los ucranianos se adormilaran fruto del aburrimiento. No sucedió ni una cosa ni la otra y hubo que esperar a la prórroga para conocer al ganador de la Supercopa.

El tiempo extra, pese a lo que suele ser habitual, fue activa y se vieron ocasiones en ambas áreas. De hecho, la Supercopa pudo acabar en manos ucranianas de no ser porque Víctor Valdés, inactivo durante todo el encuentro, sacó una mano milagrosa para salvar una ocasión clarísima del nigeriano Julius Aghahowa.

Faltando dos minutos para la conclusión de la prórroga y con todo el mundo pensando en la tanda de penaltis volvió a aparecer Pedrito. Don Pedro. El canterano trazó una pared en el interior del área con la ayuda de Messi y definió de frialdad a la base del palo como si llevara años jugando este tipo de encuentros. El gol de Pedro sentenció la Supercopa de Europa, que se convirtió en el quinto título del Barcelona de Guardiola. El Mundial de Clubes será el próximo reto.

La ficha del partido:

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