Histórico
1 julio 2009Jose David López

Rebrota el ‘café blanco’ de Manizales

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La producción de café es uno de los grandes tesoros económicos de Colombia pero muchos ignoran cuál es el epicentro del tercer máximo exportador mundial de tan estimulante sustancia. Risaralda, Quindío y Caldas forman el denominado ‘eje cafetero’ del país, una zona donde las condiciones climáticas, geográficas y geológicas, facilitan la producción de un café de alta calidad, con periodos de cosecha relativamente cortos. Manizales, capital del departamento de Caldas es una ciudad con un aroma cegador a café que, además, vive de manera especialmente pasional el fútbol. Tierras que crearon ese café inigualable que muchos tachan de ‘oro’ marrón y cuyos beneficios (antioxidantes y minerales) compiten ahora con el café ‘blanco’, ése que ha levantado a la ciudad al son de una pegadiza sintonía… ¡Once, Once, Once…!

El Once Caldas, aquél equipo que muchos recordarán por haber levantado la Copa Libertadores del 2004 tras haber derrotado a Boca Juniors, se coronó campeón del torneo Apertura del fútbol colombiano tras imponerse en la final al favorito Atlético Junior. Un título muy festejado en Caldas pues supone la ‘tercera estrella’, muy lejos aún de los clásicos del país y en la séptima posición histórica tras América de Cali, Atlético Nacional, Deportivo Cali, Santa Fé, Junior e Independiente. Sin embargo, por estilo, ambición, recursos y espectáculo ofrecido, Once Caldas se ha ganado por unos días el protagonismo entre su ‘cafetera’ hinchada.

El ‘equipo albo’, pionero en el país en cuanto a la explotación de publicidad entre las grandes empresas nacionales, ha vivido a lo largo de toda su historia entre crisis financieras y posibles desapariciones. Un claro reflejo de esos titubeos está en los nueve nombres que ha desarrollado en su dilatada cronología, algunos tan particulares como Atlético Manizales u Once Philips Colombiana. Sin embargo, el punto de inflexión para la entidad llegó en 1997, con la arriesgada apuesta de Javier Álvarez en su banquillo, un técnico (el mismo que les ha hecho ahora campeones) que les colocó en la senda de los grandes del país (clasificándoles para la Libertadores y logrando hacerles fuerte en el campeonato nacional) antes de marcharse a la selección colombiana. Sin embargo, desde 2005, la institución ‘blanca’ ha estado inmersa en una gran inestabilidad política y futbolística, quedando relegado a la sombra absoluta en un continente que ahora le ve florecer de nuevo.

La Copa Mustang (deberá dejar de usar ese nombre debido a la ley anti-tabaco aprobada en el Congreso de la República), que se divide en fase regular, play-off (con dos grupos de cuatro) y eliminatoria final (entre los dos campeones de cada grupo), estuvo a punto de dejar en la primera fase a Once Caldas, que entró en el octavo y último cupo, aunque siendo el equipo menos goleado y el menos derrotado. Aunque en un torneo tan equitativo y más aún en una plantilla donde el éxito llega desde la humildad absoluta, el principal poder reside en el bloque, hay algunos nombres que merecen destacarse por su contribución a la desbordante alegría que inunda el Palogrande.

El golero (portero en la jerga local) Landázuri, clave bajo palos pero un auténtico filón para lanzar las contras con su poderoso saque, los líderes de la mejor defensa del torneo, Henríquez (marcó de cabeza en la final) y Romero, así como el argentino Carreño (capitán en ausencia del lesionado y afamado Viáfara) y el goleador del torneo el peruano Fano (13 goles atestiguan su estupenda relación con las redes rivales), han sido determinantes en un título que vuelve a dar brillantez a la figura de Javier Álvarez. El técnico del ‘milagro’, aquél que hizo despegar al club hace una década, es ingeniero químico pero nunca ha ejercido y tras tres finales, ha logrado sumar su primera estrella tras 23 años de profesión. Un auténtico ‘alquimista’ manizaleño.

Este miércoles 1 de julio se conmemoran los primeros cinco años del título de Copa Libertadores alcanzado por Once Caldas. Desde aquí, y justo después de su ‘renacer’, les dedicamos este post con la esperanza de que el fútbol colombiano reaparezca entre nosotros al primer nivel. La próxima Copa, con el regreso del once albo, tendrá un ingrediente especial, el café ‘blanco’ de Manizales.

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